43. Rutina

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Organizar un hogar nuevo no era tan sencillo como creyeron en un inicio, y en realidad no pensaron que fuera a ser sencillo de ninguna forma. Casi siempre terminaban tan agotados con ello, la universidad y sus trabajos a tiempo parcial que solo se dejaban caer a dormir; a veces Luzu se despertaba a mitad de la noche con sueños del día del ataque...a veces era Reborn quien pecaba de sobreprotector o, por el contrario, se esforzaba demasiado reprimiendo sus instintos de alfa mostrando inseguridades que antes no tenía.

Trabajaban en ello, así como trabajaban en acoplarse a las nuevas cosas que tenían por hacer.

Cada uno por su lado llevaba cierto calendario, tuvieron visitas agradables y otras no tanto, con doctores, visitas al juzgado, visitas a terapia. Luzu pasó su siguiente celo en la casa de su madre, aun absteniéndose de usar el parche hasta que le indicasen que era seguro usarlo de nuevo...y de hablar con su psicóloga que no debía tomar la decisión solo como una solución para que un ataque de alfa no volviera a suceder.

Esperaron, mientras tanto preparaban el almuerzo, hacían la colada, se presentaban con los nuevos vecinos, se quejaban de sus jefes, discutían por quién se tomó la última Coca Cola o a quién le correspondía lavar el baño, luego de algún problema tonto uno u otro comenzaba las disculpas, entrelazaban las piernas al dormir y empezaban de nuevo al día siguiente.

—Reb...— el castaño retorció los dedos después de cerrar el correo que acababa de recibir, dejando el móvil en la mesa, el otro levantó la mirada de su tarea al sentir las notas amargas en el últimamente regular aroma a espresso del otro —¿Cómo va nuestro calendario? —.

Luzborn ABO monthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora