CAP 3

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Era una mañana lluvioso todo había sido tan asquerosamente agobiante había sido desechado, así como si nada las personas que lo impulsaba a seguir a delante le habían dado la espalda.

Cómo si todo fuera un simple espejismo,  todo se desmoronó frente a sus ojos como si fuera papel quemandose, todo por lo que se esforzó todo por lo que lucho, había sido en vano.

No podía soportarlo las miradas de tus seres queridos no podía evitar sentir que había, decepcionado a todos aunque en realidad el no había hecho nada.

Nada de esto había sido su culpa había, tenido que hacer servicio comunitario y estar vigilado constantemente.

Gracias a un collarín que llevaba en su pierna, todo esto era jodido, Izuku ya no aguantaba mas se sentía, tan devastado, tan humillado, ellos no creyeron en el.

Que debería hacer el ¿Debería perdonarlos? ¿Debería fingir que nada paso? ¿Debería abandonar su sueño de niño?

Todas y más preguntas rondaban por su cabeza, las noches eran los peores, el chico pecoso no podía dormir debido al trauma generado por la “traicion” por decirlo de alguna manera, y aunque no lo golpearon y no fue torturado, o enviado a tartaros, no había peor dolor, o peor golpe que uno emocional, te carcome por dentro hasta que no puedes y rozas el abismo sobre si es bueno continuar viviendo o no.

El chico se había resignado a cumplir su condena, y vivir una vida como una persona sin Quirk como un Quirkless.

Toda su vida había sido acosado, maltratado, excluido, solo por no tener un don tal parece que en la sociedad moderna de hoy en día.

Aquellos que tienen un don son la especie dominante de la cadena alimenticia miéntras que aquellas personas que nacían sin uno eran tratados como si fueran otra especie.

Aunque esto también variaría dependiendo del tipo persona desgraciadamente, para Izuku al no le tocaron de las amables.

Todo lo contrario.





Su vida había sido un infierno y por más que intento escapar de el.






Regreso.

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Izuku se levantó de la cama su mamá no estaba le había dejado una nota en la mesa

Hijo salí a comprar para hacer  el desayuno, regreso en una hora te amo"

El peliverde sonrió como no lo había hecho en su vida, su madre era la persona más importante la persona por la cual nunca se dio por vencido.

Pero la vida tenía un problema personal personal con el pecoso y parecería que le iba pasar factura otra vez. 

Era tarde en la noche su mamá no había regresado, rayos si tan solo tuviera el One For All habría ido a ver qué le pasaba desde hace mucho tiempo pero desde ese día ya no podía usarlo ( no sé si aclare este punto una disculpa, escribo esto sobre la marcha).

Tocaron la puerta casi como designio de un mal acontecimiento, el sin más fue y abrió la puerta rápido

(Izuku): Mamá te tardaste que estabas haciendo *dijo preocupado*

Pero grande fue su sorpresa cuando enfrente estaba el detective Naomasa Tsukauchi el mismo que había abogado por qué el joven tuviera un castigo acordé a su edad, apesar de la gravedad de su delito.

(Izuku): Detective Tsukauchi, ya estoy cumpliendo con la condena ¿acaso encontraron más pruebas falsas? *Dijo este en tono sarcástico*

El detective no sabía cómo decirle esto este chico ya había pasado mucho si bien las “pruebas" decían todo lo contrario el todavía dudaba de la procedencia de está, por eso abogó por el chico se podría decir, qué creyó en su inocencia de forma indirecta, pero su trabajo y sus años como policía, le hacían dudar por naturaleza.

La traición dueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora