10. Obito

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"Y después de una disculpa, otra"

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Obito no ha visto la luz del sol en lo que probablemente han sido semanas. Pero Obito no ha visto la luz hace mucho, el camino delante de sus pies ha sido confuso y equivocado. Lleva corriendo en la oscuridad más de lo que sinceramente le gustaría admitir.

Así que cuando le quitan la venda de los ojos (incluso si todavía tiene un sello de control de chakra en el cuello y las manos atadas) está completamente sorprendido.

Naruto tiene prohibido verlo porque es demasiado vulnerable y liberar a Sasuke ya ha sido un favor especial. Sasuke lo odia. Kakashi no quiere volver a verlo, preferentemente (y según sus propias palabras) nunca.

Él los comprende a todos. Naruto tiene un corazón demasiado frágil. Sasuke ha sufrido suficiente. Y Kakashi... bueno, Obito ni siquiera tiene palabras para describir todo lo que le ha hecho daño a lo largo de su vida.

No son las únicas personas a las que lastimó, por supuesto, todo Konoha lo odia. Unos más que otros, pero el sentimiento está ahí.

Obito no se está quejando por eso y, en todo caso, se lo merece. Morir hubiera sido rápido y fácil. Obito necesita pagar sus culpas.

— Tienes una visita — Ibiki le da una mirada cuando sus ojos (ahora ojos normales sin sharingan que Naruto le fabricó) se acostumbran a la luz y parpadea a la puerta de su celda.

Hay una pequeña contracción en su estómago al pensar en quién puede ser. Tal vez, es alguien que conoce, pero también podría ser un completo desconocido que Obito dañó y viene a escupirlo en la cara, si es lo suficientemente amable para no intentar apuñalarlo mientras Ibiki se distrae.

Por supuesto, Ibiki no necesita una confirmación y se hace un lado, dejando la reja abierta y recargándose en la pared cuando un ruido suave comienza a llegar desde el pasillo.

En otro momento, hace ni siquiera demasiado tiempo, Obito se hubiera burlando, pero ahora se encoge en su lugar y prefiere no alzar la vista. No sabe porque Gai está aquí. O porqué de todas las razones que tiene para repudiarlo, está aquí.

Ibiki se burla de él muy suavemente y después camina al lado contrario del pasillo para dejarlos solos y entonces fingir que no se dio cuenta de cuando Gai lo mató. O de cuando murió, porque Ibiki no traicionaría a un amigo, pero sí ansía verlo muerto, como muchos, muchos más.

La silla de ruedas de Gai en realidad no es algo para burlarse porque Gai todavía es Gai, y todavía le patearía el trasero, con mucha más fuerza y más razón ahora que Obito no tiene sharingan ni rinnegan y además ha hecho algo completamente horrible como matar a su alumno.

Siente la mirada de Gai detrás de la reja y luego escucha el siseo de la manija abriéndose con casualidad, como si le diera la oportunidad de decir sus últimas palabras antes de atravesarle el pecho.

Tiene que admitir que Gai ha sido paciente. Los otros alumnos de Gai lo maldijeron al instante en el que fue arrastrado a prisión. La niña de los chongos incluso trató de matarlo. Supone que solo ha dejado pasar el tiempo mientras se recuperaba y entonces matar a Obito de una forma despiadada y certera, posiblemente incluso cruel.

Y tal vez incluso aproveche para vengarse de él por todo lo que le hizo a Kakashi. Gai siempre ha resentido a Obito por eso, desde el principio.

Su venganza es tan inmensa que ni siquiera tendría derecho de negarse.

Obito en verdad, en verdad, merece esto.

Gai pasa por la puerta con su silla de ruedas, muy lentamente, dejando que la reja se cierre otra vez antes de deslizarse cerca del pequeño banco donde obligaron a Obito a sentarse, encadenado al piso, con las manos inutilizadas en un traje que ni siquiera le permitiría arrodillarse e implorar perdón, o que solo hará que Gai no disfrute tanto su venganza cuando use su pierna estable y haga un espectáculo de tripas por toda la celda.

14 parejas para Maito GaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora