En la actualidad
Luxanna apoyó la espalda sobre la pared de piedra e intentó que el aire pasase a través de sus pulmones. Tras unos segundos respirando la fresca brisa nocturna, trató de apaciguar y silenciar sus emociones.
Elevó una mano y vio cómo se apagaba el brillo que recorría el contorno de su piel.
Hoy, de nuevo, había notado crecer aquel intenso torrente de energía dentro suyo. Cada vez le golpeaba con más fuerza y el temor de no ser capaz de tenerlo bajo control volvía a resurgir.
En cuestión de días; horas, alguien descubriría su verdadera naturaleza y estaría en problemas.
Desde que la magia despertó en Luxanna hace tres años, se limitó a sobrevivir a los efectos de la misma. Como si de una maldición se tratase.
Aquella noche, por tercer día consecutivo, se había visto obligada a levantarse y escapar de la cena familiar. Su padre odiaba a los magos y la había estado estudiando en silencio durante un largo rato.
Segundos después, el miedo brotó y con él, su poder. Rezaba porque no hubieran visto la luz que empezaba a desprender su cuerpo en cuanto huyó del gran salón. Su familia seguramente empezaba a sospechar.
Había llegado a la conclusión de que no sabía controlar el miedo, pues sus emociones estaban sometidas ante aquella fuerza imparable que brotaba de su interior.
Un nudo de angustia se formó en su garganta. ¿Qué era ese poder? ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado?
No sabía nada sobre la magia ni sus tipos. Solo podía ver cómo, en ocasiones, un extraño brillo emanaba de sus manos o su cuerpo. La cuestión era que Luxanna quería que desapareciese.
Ahora lo verdaderamente importante, era que nadie, bajo ningún concepto, debía descubrir que ella tenía poderes. Quién sabe a qué torturas o experimentos estaría sometida por los cazadores de magos. En el mejor de los casos tendría que huir de la ciudad.
Un dolor lacerante se clavó en su pecho al pensar en tener que abandonar Demacia. No se imaginaba una vida lejos de su familia. Pero tampoco soportaba la presión que ejercía su entorno cercano y por la seguridad de todos, Luxanna se exigía llevar una vida sin mostrarse tal y como era en realidad.
La piel de sus manos estaba salpicada de quemaduras, algunas eran más recientes que otras. En alguna ocasión, su madre le había preguntado qué había hecho para quemarse de aquella manera. Luxanna siempre contestaba lo mismo: tratando de cocinar, o moviendo la leña de la chimenea.
La mayor parte del tiempo ocultaba las heridas cubriéndose con unos guantes, que también, le ayudaban a limitar el contacto con todo lo externo. Aunque algún día la tela había acabado convertida en cenizas.
Deseaba que aquella pesadilla acabase ya.
Sus ojos ardieron al contener lágrimas de impotencia. Todo lo que le estaba ocurriendo le parecía un sin sentido. Se sentía tan perdida y sola como un náufrago a la deriva.
¿Cuánto tiempo más aguantaría en aquella situación?
Mientras cruzaba los brazos para refugiarse de la fría noche, removió sus recuerdos acerca de la lenta transición por la que pasaron sus poderes —o su maldición, como ella lo llamaba. —
El primer año, tuvo la sospecha de que había algo que no estaba bien en ella: en ocasiones, podía sentir una misteriosa calidez que se apoderaba de sus manos. El efecto duraba unos minutos y seguidamente, brotaba una luz muy tenue. Decidió no darle importancia.
Pero con el tiempo la tuvo.
La calidez inicial se transformó en un calor abrasador y el brillo se volvió más intenso, de la misma forma que sus emociones: percibía todo de una forma profunda e inmediata, llegando a alcanzar altos niveles de sensibilidad.
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¿TOMAS MI MANO?- SYLAS X LUX ✧League of Legends✧
FanfictionHace quince años, Sylas de Dregbourne fue condenado a cadena perpetua en la prisión para magos. Sin poderes y totalmente deshumanizado por las torturas a las que ha sido sometido, la ira y la sed de venganza fueron lo que lo mantuvieron con vida a l...