Libro n°10 de la saga: "Improntas Quileutes."
"-Desde que te vi a los ojos, dejé de pertenecerme. Y ahora soy tuyo, Nessie.
-¿Solo mío?
-Completamente."
👤 Jacob Black
Si a Jacob Black le hubieran dicho que, luego de tantos años, regresaría a su hogar, él habría muerto de la emoción. Ahora que regresaba, no estaba muy feliz, mucho menos con el motivo de su regreso. La Reservación estaba en problemas, su manada y familia lo estaban, y él no era capaz de sentirse feliz de su regreso con aquello en mente.
Bajó del auto de Renesmee frente a la casa de Sam, la híbrida seguía en el auto, sintiéndose fuera de lugar. Jacob suspiró y se acercó al copiloto, abriendo la puerta.
-¿Qué ocurre?. -Preguntó Jacob, mirándola con el ceño fruncido.
-¿Y si les caigo mal?. -Preguntó Nessie, mirándolo con sus labios apretados en una fina linea.
-Katherine y Fiorella están allí. -Recordó Jacob.-Los demás, te amaran. Tranquila.
Antes de que la híbrida pudiera replicar, una mujer de cabello azabache y panza extremadamente grande salió de la casa con Sam pisándole los talones.
-¡Jacob!. -Gritó la mujer, con alegría de verlo.
-Ven.-Le susurró Jacob a la chica, tendiéndole su mano, ayudándola a salir del auto. Sonrió al ver a Marlene casi corriendo a él, con su panza grande.-Hola, mamá. -Saludó, cuando fue abrazado por la mujer.
Renesmee le soltó la mano, sintiéndose intimidada por la mujer, pues Jacob le había contado de ella, y realmente temía por su vida. Aunque, ahora viéndola, se veía menos amenazadora con sus mejillas regordetas y su prominente vientre.
Cuando Marlene se separó de Jacob, lo peinó con sus manos y lo tomó de las mejillas, besando la fuente del lobo. La mujer se mostraba tan feliz de tener a su hijo lobuno allí, que no se había dado cuenta de la joven que estaba a unos pasos, hasta ahora. Marlene la miró con una sonrisa ladina y su mirada tan suave que parecía estar a punto de llorar.
-Lene, ella es Nessie.-Presentó Jacob, con una sonrisa al ver que la mujer se acercaba lentamente a la chica. -Nessie, ella es mi madre lobuna, Marlene.
-He oído mucho de ti, Renesmee.-Dijo Marlene, una vez que estuvo frente a ella.
-Lo mismo digo.-Respondió Renesmee.
Marlene elevó una ceja y miró de reojo al lobo.
-Espero que cosas buenas.-Dijo la embarazada, en tono amenzante. El lobo elevó las manos y se hizo el desentendido.-Me alegra que por fin puedo conocerte.
