𝐗𝐗𝐕

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Jin lloraba abrazado a los pies de Yoongi suplicando migajas de amor ─Yoon... por favor,no me deseches, yo te amo.

Yoongi lo empujó con sus pies. ─Ya esta dicho Seok Jin, no me sirves más, fuiste inútil en tu única tarea

─¡Yo di un hijo varón! ─Rompio en llanto Jin

─¡Muerto! Fuiste un inútil y no serviste para más

Jin abrazo sus piernas en el suelo ─Por favor no me dejes...

─Ninguno de los hijos que diste sirvieron, ina hija enferma, un hijo deforme y muerto y una simple niña débil, no sirves SeokJin

─No sirvo mi Rey, perdón...─ Seok Jin repitió

Lloro en silencio procesando las palabras de su esposo. No servía, no servía, no servía, no servía, no servía.

Yoongi salió de la habitación dejando a un pequeño Jin roto, un pequeño Jin sin ganas de vivir

Pasaron las horas y el seguía en el suelo, llorando su desdicha, su cabeza dolía y sus ojos no paraban de llorar, el tiempo era frio y parecía saber su estado de ánimo, uno sepulcral

─Le dejare el camino libre mi Rey, yo deseo que usted sea feliz, ese siempre fue mi sueño ─Susurro quedito y se puso de pie, busco en su ultimo cajón una pequeña cuchilla, la cual usaba Yoon para ir a cazar

─No... no quiero ensuciarla

Jin ya no quería su vida, odiaba su vida pero amaba a su esposo.

Desde el día que le dijeron que su matrimonio sería anulado su mundo se vivo abajo, sabía que su esposo no le amaba, jamás le amo

Casi hipnotizado por los recuerdos salio al balcón de su habitación, se detuvo en la ventana y ahí se quedó mirando al suelo, miro el borde el no sabía nadar, moriría ahogado y así no sería una carga para su esposo

Por su pequeña no se preocupaba y no es que no la amara, si no que sabia que sería cuidada por el nuevo esposo de Rey

El no soportaría ver a su pequeña en brazos y alimentadonse de alguien más

Miro sus pies y al río, sus ojos se llenaron de lágrimas y sin pensarlo más se dispuso a de una vez saltar

Nunca contó con el par de manos que lo sujetaron y se aferraron a él, no quiso abrir los ojos, quiso pensar que era su esposo

Que su esposo que había tenido lástima de él y le había venido al rescate pero bien sabia que no era así, por lo que solo se abrazó al cuerpo que le dio seguridad en ese momento

Hwan acaricio los cabellos del Rey SeokJin y pasaron la noche en el suelo abrazados, no quería que un ser tan perfecto como Seok Jin tratara de hacerce daño otra vez






































NamJoon despertó gritando, luchando, Hoseok quien dormía a su lado se sobresaltó en demasía trato de sujetar a su esposo pero era inútil

─¡Guardia! ¡guardia!

Hoseok tuvo que recibir ayuda para poder sujetar a NamJoon desde la muerte de su único hijo tenía pesadillas recurrentes y en el sueño luchaba, gritaba, lloraba por razones que nadie sabia

Claro que la muerte de su hijo afectó a Hoseok pero al parecer no tanto como a Kim NamJoon

Había pasado ya un tiempo y cada vez NamJoon estaba más enfermo, pálido cada día perdía más la vida

Ya habían visitado a todos los doctores del Reyno, ya le habían dado miles de diagnósticos pero nadie daba con la enfermedad, si es que era una enfermedad

Hoseok se encontraba desesperado, así que recurrió a un viejo amigo, en sus años de aprendiz conocio a alguien que practicaba la magia blanca, claro el no creía en eso pero había la posibilidad de que esa fuera su solución

Así que atravesó cielo, mar y tierra para llegar donde el viejo amigo, luego de esa misma manera volvió al pequeño palacio donde vivían

NamJoon yacía recostado en la cama, dormía no tan plácidamente, se encontraba sudado y repetía cosas sin sentido

Hoseok llevo al wika a la habitación que compartía con su marido y ahí se encerraron los tres

El wika primero coloco sus manos sobre la frente de Nam

─Está hirviendo...

Camino por la habitación

─Su alma está sufriendo

Olió las prendas de NamJoon

─Es un hombre recto y justo pero cometió un pecado

Hoseok miraba atento lo que aquel hombre hacía a la ropa de su marido, la olía cual si fuera éxtasis, de cierta forma le daba miedo.

─Huele a culpa, su alma sufre por una muerte pero no esta muerto, es como el Fenix de las cenizas renacerá ¡El Rey renacerá! ─El wika empezó a gritar ─¡Despiertalo! ¡despiertalo!

Hoseok obedeció, despertó a NamJoon, este muy apenas respondía.

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