𝐗𝐈𝐗

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Toda la familia real dejaba una flor blanca en la pequeña caja, despedían a la pequeña princesa, aquella que no alcanzó a ver la luz

Jeon Mina, ese sería su nombre

─Descanse en brazos de la diosa luna. ─Dijo el sacerdote antes de proseguir a cerrar el diminuto ataúd

Jeon Jimin portaba un traje negro, llorando abrazado al ataúd de su hija

Se sentía culpable, culpable por haberle quitado la vida a la pequeña por que el sabia de su salud, el sabía que su esposo no estaba de acuerdo y el aún así, engendro a la pequeña que ahora dormía para siempre en ese pequeño ataúd

Jungkook en ningún momento le culpo pero sentía en la obscura mirada de su esposo el peso de sus acciones

Tampoco habían tocado el tema de la dichosa "infidelidad" que había mencionado Lalisa

No tenía ganas de nada, el tenía la culpa, ya no quería humillarse más

Nayeon trató de alejarlo de la caja de cristal donde dormía la pequeña Mina, Jimin se negaba

Como última medida Jungkook tuvo que quitarlo a la fuerza, sintiendo la opresión en su pecho el sentimiento de inutilidad al no servir de nada dominar un pueblo, miles de soldados y tener todo el oro del mundo, si nada podía traer a la vida a su hija

Por fin el ataúd fue cubierto por tierra, todos se retiraron uno a uno dejando solos a los Reyes

─Jungkook...

─¿Mgh?

─Perdoname...

─¿Por que?

─Por todo, estoy listo para dar la cara ante el consejo, todavía nos quedan unos meses. ─Solto un diminuto pero doloroso llanto

Jungkook suspiro, no le diría a su esposo el típico "te lo dije" no servia de nada juzgarlo, nada traería a su hija de vuelta

Pero en este momento, Jungkook ya no podía entregar la Corona si el consejo se enteraba que Jimin había visitado a un bruja, que Jimin le había envenenado y más ahora había perdido un hijo del Rey lo podían matar, por herejía y adulterio.

─Jimin, no abra heredero...

─¿De que hablas? Aún puedo darte un hijo Jungkook, por favor

─Jimin, mira donde estamos, acabamos de enterrar un hijo, no quiero enterrar otro.

─Jungkook...─Sollozo

─Perdoname Jimin, ahora solo falta esperar a que el Rey SeokJin de a luz

Para Jimin Y Jungkook sería más fácil que Jeon Seok alumbrara al varón, así el trono sería revocado y podrían vivir como nobles

En cambio si Jungkook ahora daba el trono lo perderían todo


























Al paso de los días, semanas e incluso meses todo parecía llevar calma, Jimin pasaba todo el día cuidando a sus hijas, mientras Jungkook arreglaba los pedidos del pueblo

Yoongi viajaba de Reino en Reyno, Lalisa se paseaba por el castillo o salía a montar

Mientras SeokJin se mantenía encerrado en su habitación, con su fiel hija, la única que desde que llegaron no le había dejado y estaba al pendiente de el

Su existencia era casi invisible para los demás

─¿Como te sientes hoy padre?─Jisoo acostó sin poner todo su peso en el gran vientre de SeokJin

─Hoy le he sentido moverse, hace tanto no sentía esa bella sensación ─Acario los negros cabellos de su hija

─Seguro será hermoso como tu padre

─O hermosa

─Tienes razón padre, sea lo que sea le amaré, amare a mi pequeño hermanito

─Si algo llegará a pasarme, promete que lo cuidarás

─Padre

─No confio en nadie Jisoo, prometemelo, cada dia siento menos fuerzas, un día de estos creo que ya jamás voy a despertar.

─Lo prometo padre...

─Gracias.

SeokJin se permitió cerrar sus ojos para dormir un poco, su vientre ya estaba grande pero el perdía fuerzas

Cosa que le dolía, no por el hecho de dar la vida por su hijo o hija, si no por el hecho de que se encontraba solo

No tenía a su esposo a su lado, no tenía familia, su hija Lisa no lo miraba y acababa de condenar a Jisoo a llevar la misma vida que el

Cuidando un hijo que no sería suyo, entregando su juventud a los hijos y un marido

Rogaba al cielo, su hija encontrara alguien que de verdad la amara y la llevara lejos de allí

Por que si, Seok Jin fue en su momento un joven soñador, lleno de esperanza y alegría. Hasta que un día fue entregado al Rey.

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