Lo escrito y lo dicho

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Recuerdo lo primero que me dijiste
Y ver tu rostro quieto en soledad
Quejas que nacían de tus heridas
Y dudas que no pude aclarar

Traigo esos recuerdos al presente
Bajo la luz encantadora de la tarde
Cabello alborotado y ojos alegres
Sonrisas sinceras y risas tenues

Viajas con el tiempo
Y como el viento me hacer suspirar
La tarde para ti será siempre
Y para mí una imagen permanente
No tendré que detenerme a pensar
Porque te recordaré perfectamente

Chifuyu Matsuno
Esfuerzos pasados
Resultados futuros

Aún caricias a sus manos el par de rubios se quedaron sentados en el sofá del más alto sin intenciones de hacer algo más que contemplar la pared frente a ellos, sus manos unidas o sus propias caras con sonrisas de idiotas

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Aún caricias a sus manos el par de rubios se quedaron sentados en el sofá del más alto sin intenciones de hacer algo más que contemplar la pared frente a ellos, sus manos unidas o sus propias caras con sonrisas de idiotas.

La abrumadora sensación de estar tan cerca de la persona que les gusta y que ahora sabían les correspondía seguía presente pero ya no les daba miedo solo los dejaba ansiosos de saber ¿Qué harían a continuación?

Takemichi tomo la iniciativa y sugirió el noviazgo a lo que Chifuyu acepto sin dudar, ninguno se detuvo a pensar hasta pasado un tiempo ¿Que tanto cambiaría su relación a partir de ese momento?

Definitivamente muchas cosas serían diferentes otras más quizá no tanto.

Asi de nuevo Takemichi decidió tantear terreno y ver si la idea que le surgió en la cabeza desde iniciada su especie de pelea y confesión podía ser cumplida.

—Chifuyu

—¿Uhm?

—¿Puedo pedirte algo?

—¿Qué cosa?

¿Me leerías las cartas?

Si pensaba que después de su pobre y patética confesión nada podía ser más vergonzoso se equivocó, Takemichi sabía cómo atacarlo aunque no fuer la intención.

—¿Eh?— no entendía para que quería que hiciera tal cosa —Oye no te burles, escribirlas fue vergonzoso, además ya las leíste tú mismo ¿Qué diferencia hará que las lea yo de nuevo?

—No me estoy burlando, en realidad solo leí una de ellas, después de eso solo vi rápido las demás y vi que tenían mi nombre, por favor, solo quiero escuchar las palabras que me escribiste ¿Sí?

—No— negó lo más tajante que pudo, no, no, no y definitivamente no, se negaba, nunca, jamás, no lo haría por nada en el mundo.

—Chi-fu-yu— alargó cada vocal de ese nombre y siguió insistiendo mientras lo sacudía para que lo volteara a ver y le hiciera caso —Por favor, hazlo, vamos, hazlo, hazlo, ¿Puedes, si, por mi? Hazlo, por favor...

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