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Me desperté. Lo tenía al lado. Seguro se pasó en algún momento. No importa. Intenté despegarme sin despertarlo, pero fue imposible.
-Buen día gorda- dijo con la voz de dormido

-Donde estuviste ayer? Por qué apagaste el celular?

-Tan molesta desde la mañana?

-Tan caradura desde ayer?

-Te dije que iba a estar solo. Vos donde estabas?

-Cenando con mi familia. Me había cansado de tanto esperarte...

-Perdón, se me paso. Me perdonas?

-Que hiciste tantas horas solo?

-Cosas. Pensar. Eso necesitaba.

-Y como estaba Sabri?- pregunté sarcásticamente. Sí, lo sabía.

-De qué hablas?

-Cuando llegue acá, sonó tu celular y leí el mensajito "Gracias por hablar conmigo. La pasé muy bien. Te quiero. Besos"

-Ah...

-Por qué no me lo ibas a decir?

-Para generar una pelea?

-No, porque supuestamente confías en mí.

-Bueno, perdón. Fue un error mío, me perdonas?

-Puede ser que sí.

Desayunamos en total silencio. Por primera vez sentí que estaba teniendo el control. Obvio que me molestó lo de Sabrina y que quería tirarle lo primero que encuentre en la cabeza. Pero soy demasiado orgullosa para decírselo.

-Te parece que hagamos la lista de invitados hoy?

-No sé, capaz quiero estar sola y encontrarme con Mati, o algo por el estilo

-Dale, mi amor, perdoname. Si queres me pongo de rodillas

-No

-Perdón

-No

La verdad es que soy débil. Tres NO más y ya estaba dándole un beso mientras lo abrazaba muy fuerte. Me puede. Me puede mucho. Lo amo. Lo odio. Lo amo. Pero más lo amo. Así es. Y así será para siempre.

-Te juro que nunca más voy a necesitar estar solo

-Eso espero. Pero no me mientas.

-No te voy a mentir más, perdón mi vida.

-Bueno- lo besé, me besó.

-Te amo

-Te amo mucho

Nos bañamos y pensamos donde podíamos ir hoy. Ya habíamos pensado la lista de invitados pero faltaba escribirla y elegir las invitaciones. Pero lo dejamos para más tarde. Como todo. Como siempre. Abrí la puerta para irnos, aunque todavía no sabíamos donde. Una caja de chocolates apareció mágicamente cuando mire hacia abajo.

"Bueno, digamos que es un regalo adelantado. Pero no iba a estar para dárselos, así que felicitaciones por la nueva etapa. Sabri"

-Que genia o no?

-Sí- respondí. Amaba los chocolates y me pareció muy buen gesto, solo que yo era demasiado celosa. Demasiado.

Salimos con el auto. Todavía no sabíamos a donde, pero bueno, estábamos juntos. Subí la música y miré la ventana. Era un día horrible.
-En qué pensas?

-Es un día espantoso

-Sí, esta para tirarme a dormir con vos

-No es mala idea..- pensé y dije en voz alta

ORIAN- Miedo a perderloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora