CAPITULO 08

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Michael.

Una vez mas, escuchaba los reclamos de Fátima, mientras dejaba mi desayuno en el comedor, era estúpido que no dejara el tema de Valentina, hacía oídos sordos a decir verdad, ella estaba empeñada en que la güera me gustaba, y no era así, ella solo me atraía sexualmente, me volvía loco tener sexo con ella, eso si era la realidad; Termine mi desayuno mas rápido de lo normal, tome mi maletín y me fui a la escuela. The weeknd estaba de fondo, mientras manejaba hacia el colegio, tome de mi café mientras entraba al estacionamiento de la escuela, pude ver a Valentina con el cabello rizado, estaban platicando muy cerca, hasta que cortaron esa distancia con un beso, aprete el volante. Ayer estaba gimiendo mi nombre, pidiendo que le diera mas, y hoy besándose con ese puberto, que se veía de lejos que no sabia como besarla, salí del coche y azote la puerta del piloto, mi día había sido arruinado sintiendo una opresión en el pecho, y ganas de ir y besarla como a ella le gustaba, jugar con nuestras lenguas, me dirigí al salón de Laura, estaba escribiendo algo en el pizarrón.

—Buenos días Mike.—Sonreí.

—Buenos días Lau. Estaba pensando en que podemos salir a cenar hoy, ¿que dices? —Ella dejo de escribir y me miro, me acerque a ella y deje mi portafolio en el escritorio, vestía con un pantalón entubado color beige, una blusa un poco holgada color blanca con botones, tenia un maquillaje poco cargado, y sus tacones que hacían que solo hubiera aproximadamente 4 centímetros de diferencia en la estatura, la tome de la cintura mientras acariciaba su mejilla.

—¿Me está proponiendo una cita profesor?

— Si. —Dije dejando un beso suave en su mejilla, y sin despegar mis manos sobre su cintura. —¿Entonces?

— Ya sabes en donde vivo.— Sonreímos.

— Hasta en la noche.—Asintió con una sonrisa y salí del salón.

Necesitaba quitarme la imagen de Valentina besándose con el estúpido puberto, porque de verdad que yo sentía que me iba a hacer cenizas del calor que sentía en mi cuerpo, comencé a dar mis clases, tratando de dejar atrás todo pensamiento indeseable, y agradecí a dios cuando mi jornada laboral había acabado para poder irme a mi casa, a seguir trabajando, guarde mis cosas en mi portafolio, y salí del salon, deseando no presenciar ninguna otra escena como la de en la mañana, mi mirada se topo con la de la rubia, pero decidí ignorarla completamente, aunque eso no se logro, al menos lo intente. Ella ahora necesitaba mi ayuda y por eso venía a mi, ¿Qué creía? Que era su salvador? ¿Su superhéroe? Rodee los ojos internamente y leí los papeles, ella esperaba una respuesta impacientemente, su apretón de labios me hacía saber que estaba nerviosa, y no era para menos, le querían quitar su casa, pero eso no era problema mío desde que decidió salir sin aceptar mi ayuda.

Conduje de vuelta a casa, tenia mucho trabajo que hacer como para seguir pensando en la güera ojiazul, puse música y me fui a casa tranquilamente, al llegar, pude oler desde afuera el olor a comida, haciendo que mis tripas despertaran con mucha hambre, entre y salude a Fátima quien estaba en la cocina lavando trastes.

—¿ Por que esa cara?

— Es la que tengo.

— ¿Quién te hizo enojar?

— Nadie Fátima. —Dije mientras me dirigía al refrigerador para llenar un vaso con agua, bebí un poco y deje el vaso en la barra.—¿Por que me miras así?

—Paso algo, ¿cierto? — Rodee los ojos. — Miras como si quisieras matar a alguien.

— Valentina se estaba besando con Jorge.

— ¿Qué problema con ello? es su novio supongo.— Dijo despegando la vista de la comida, para mirarme divertidamente. — Espera... ella te gusta.

— No es eso Fátima.

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