Michael.
Apagué mi alarma antes de que empezara a sonar, a decir verdad, no había podido dormir casi nada, los recuerdos con Laura volvían a mi mente, y no me daban una sensación tan buena, termine de arreglarme y baje las escaleras, estaba Fátima en la cocina, con música y cantando como una desquiciada, lo que me faltaba, soportar una loca, Ella me miro y me sonrió, tenía que decirle lo sucedido con Laura, me miro confusa, rodee los ojos, iba a hablar pero los toques en la puerta me distrajeron, me ofrecí a abrir, era la correspondencia, le agradecí a mi vigilante y tome los sobres que me dieron, los deje en la mesa y volví a la cocina, Fátima me dejo mi desayuno en la barra de la cocina, le agradecí.
— ¿Que te pasa?
— Ayer salí con Laura. — La vi poner los ojos en blanco, mientras tomaba asiento frente a mi, con un plato de comida. — Me acosté con ella. —me miro fijamente, mientras yo metía un bocado a de omelete a mi boca.
— ¿Por que me cuentas tus intimidades? —Me quede callado, quería decirle tantas cosas, pero a decir verdad, ni siquiera sabia como decírselas. —¿ Qué pasa Mike?
— Ayer, cuando me acosté con ella, no sentí nada que no fuera simple excitación, pero excitación por follar, ni siquiera porque estaba acostándome con ella. — Suspire. —A lo que voy es que... Laura es una mujer bella, elegante, tiene muchas cualidades, es como Raquel, pero después de hacerlo con ella, me sentí extraño, mal, con ganas de salir de ahí.
—No es como que no te acostaras con ninguna otra mujer Mike.
— Lo se... pero, fue eso, un acostón, y aunque no es que haya sido desagradable, no era lo que esperaba.
— Así te gustan las mujeres Mike, todas las que haz tenido han sido iguales, altas, elegantes, adineradas... todas excepto la niña con la que te acuestas. — Me quede callado, porque era justo lo que yo ya me había percatado desde que me acosté con la rubia, ella se me quedo mirando como si quisiera abrirme el cerebro y entrar en el para ver que pensaba. — ¡Te gusta! eso pasa, ¿Cierto? — Dijo mientras soltaba una sonrisa picara, yo rodee los ojos mientras trataba de ignorarla, iba a negarlo, pero mi teléfono comenzó a sonar, número desconocido, deslice mi dedo y conteste.
Era ella... Valentina, justo como si la hubiéramos invocado, me levante rápido de mi asiento, haciendo que Fátima me mirara raro, limpie mi boca rápidamente, mientras me dirigía a la puerta de la casa, colgué el teléfono y tome mi maletín.
— ¿Todo bien, Mike?
— Si, nada de que preocuparse, es trabajo, regreso al rato, debo irme. — Me acompaño hasta la salida, mientras yo me acomodaba la corbata.
— Tenemos una conversación pendiente Mike. — Decidí ignorarla, mientras me subí a mi BMW negro, y me dirigía a la ubicación que me había mandado Valentina.
Llegue después de aproximadamente 20 minutos, vi a unos hombres sacando cosas de la casa, me acerque y estaba Valentina recargada en la pared a lado de su madre, quien estaba llorando desconsoladamente, observe a la rubia, solo abrazaba a su acompañante, ella me miro de arriba abajo, justo como yo lo había hecho, y es que esa bata dejaba ver sus piernas desnudas, no lloraba, no decía nada, solo estaba viendo como sacaban cada una de las cosas, hable con ambas y me dirigí con los policías, y el abogado, no podía hacer nada ahorita, todo parecía estar en orden. Mire a Valentina y de verdad me sorprendía la manera en la que ella sobrellevaba las cosas, no lloraba, no podía ver si estaba frustrada, enojada, o triste, simplemente estaba con una cara seria, su madre se fue y yo me encargue de la mudanza, me sentía mal por ellas, mas por Valentina, quien parecía lloverle sobre mojado, su calificaciones, su madre sin trabajo, sin casa, sin cosas, me ofrecí a llevarla al hotel, me subí al coche después de abrirle la puerta a ella, la pude ver llorando, no sabia que decirle, solo la abrace, pero sentí una punzada en el pecho al verla así, tan frágil, tan rota, así que solo le dije lo que pensaba de ella, después de estar unos pocos minutos simplemente en silencio, y ella llorando, conduje hasta donde me dijo, nadie hablaba, solo se escuchaba la música de fondo, estacione el coche frente a un hotel bastante lujoso en el centro de la ciudad, era enorme, y la sola fachada se veía elegante y caro.
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Jugando Con Fuego
Любовные романыValentina Zenere, con un futuro comprometedor en la mejor escuela del país, se ve en crisis al estar a punto de perder su beca estudiantil. Después de la muerte de su padre, Valentina cae en una depresión, dejando de lado sus estudios, y dejando su...