Valentina.
Cada vez estaba más arrepentida de estar aquí, estaba en un gran trance, tratando de procesar lo que estaba haciendo, y, a decir verdad, no podía siquiera aceptarlo, pero estaba aquí, suspire pesadamente, estaba aquí, y haría lo que fuera para no perder lo único que me queda de mi padre. Quite mi ropa, quedándome en ropa interior frente a él mientras bailaba, imaginándome una canción en mi mente para mover mi cuerpo, parecía disfrutarlo porque lo veía mirándome atentamente, mi cuerpo reacciono a su tacto en mi feminidad, no pude evitar soltar un pequeño jadeo, mi mirada se centró en su abdomen muy trabajado, lamí mis labios, no pude evitar mirar a su pene cuando el bajo su bóxer, trague saliva, era muy grande, me dolería yo lo sé, hice lo que me pidió, su miembro salía y entraba en mi boca, lo mire y sus jadeos se escuchaban en la habitación, el me movió y pude ver liquido saliendo de él, me acosté en la cama y él se puso encima mío, masajeo mis pechos por encima de mi sostén, saco una de mis bubis y la metió a su boca, mientras me miraba, sentí su lengua jugando con mi pezón, hizo lo mismo con el otro, su mano viajo hasta mi sexo, mordí mi labio para no soltar ningún sonido, sentí su mano mover un poco mi pantaleta, sentí su dedo entre mis labios.
— Puede gemir señorita, no tiene por qué contenerse. —Su dedo siguió acariciando mi coño, y yo solté un leve gemido, sentí un dedo entrar en mí, me queje un poco al sentir un pequeño ardor, que desapareció después de sus movimientos, gemí levemente, lo vi sacar un preservativo del cajón de lado de su cama, trague saliva al ver que rompía el plástico plateado y deslizaba el látex por su pene grande y duro.
— ¿Va a dolerme?
— Si. — Dijo sin tacto alguno, sentí la punta de su miembro en mi feminidad, jugueteando en mi entrada, un ardor mas fuerte que el de hace unos minutos se hizo presente, me quejé, mis manos apretaron la sabana.
— Espere. — Detuvo su movimiento, y dirigió su boca a mis pechos otra vez.
— ¿Puedo proseguir? — Asentí, su miembro entro completamente en mí, y yo sentía como si de una cortada se tratase, el saco su pene y lo volvió a meter, el dolor fue disminuyendo, cambiando el ardor por excitación, una vez más, mordí mi labio inferior, sus movimientos eran lentos, y yo sentía la necesidad de sentir su pene dentro de mi una y otra vez.
—Mas rápido profesor. — Sus movimientos subieron de velocidad, dándole a mi cuerpo lo que necesitaba. — Profesor
— No se contenga, déjese llevar. — Sus movimientos aumentaron haciendo que yo llegara a mi clímax, segundos después el salió de mí, se quitó el condón y se fue al baño, sin decir nada, mi ritmo cardiaco estaba aún acelerado, aun así me levante de la cama y me vestí.
[...]
Mi tarde de ayer se había basado en llorar parte de la tarde y casi toda la noche, me sentía usada, sucia, llegue a la escuela después de caminar, Karol había estado pasando por mí, pero a decir verdad, hoy necesitaba pensar y estar sola, porque sabia que estando en la escuela la soledad no sería opción, me quite los audífonos y guarde el celular, Jorge dejo de platicar con sus amigos en cuanto me vio, acercándose a mí, le sonreí, el me tomo de la cintura y me dio un beso en la comisura de mis labios, él era tan lindo, tan caballeroso, si el hubiera sido con quien perdiera mi virginidad, esto no me estaría pasando.
— ¿Estas bien?
— Si. — Dije saliendo de mi trance, y le sonreí.
— Eres tan linda. — Me sonroje, sus ojos conectaron con los míos, el acaricio suavemente mi mejilla, y yo le sonreí al sentir su tacto, nuestros labios estaban muy cerca, y estaban listos para besarse, pero los malditos recuerdos de la tarde de ayer volvieron a mí, moví lentamente mi cara, y él se alejó. — Lo siento.
ESTÁS LEYENDO
Jugando Con Fuego
RomansaValentina Zenere, con un futuro comprometedor en la mejor escuela del país, se ve en crisis al estar a punto de perder su beca estudiantil. Después de la muerte de su padre, Valentina cae en una depresión, dejando de lado sus estudios, y dejando su...