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El ambiente se sentía cálido, no sabían el porqué pero todo se sentía tan bien, estando alrededor suyo, en ese momento no le importabano no poder colocarse de pie correctamente, con sólo ver cómo jungkook lo miraba con ojitos brillosos era suficiente para saber que estaba bien.

Con su estómago revuelto y lleno de mariposas que revoloteaban en su interior haciéndolo querer vomitar por el cosquilleo que le causaba nervios en su ser.

Levemente sonrojado, trato de acomodarse en la camilla, pero fallando en el intento al sentir una punzada en su costado lastimado, jungkook al ver su mueca de dolor se acercó de inmediato, colocando una de sus manos en su espalda baja para ayudarlo.

—¿Que haces? —pregunto, sintiendo la mano de jungkook tocandoló como sí fuera de cristal y pudiera romperse en cualquier momento.

—Puedes lastimarte... Espera.

Para este punto, jungkook ya había olvidado cuál era la causa del porqué se encontraba en esa habitación de paredes heladas, vacías y blanca, dónde solo se mostraban los diplomas de la enfermera que nunca estaba en su puesto.

El castaño logro acomodar a TaeHyung, doblando un poco la camilla para que pudiera recargarse en ella, quedando a centímetros de su rostro sin darse cuenta, Kim no podía quitar su mirada de él, por más que quisiera despegar sus ojos de ese bello rostro que no puede sacarse de la cabeza.

Sus respiraciones se habían mezclado y ambos quedaron encantados con su contrario, jungkook se dió más tiempo para examinar ese rostro tan masculino que le había cautivado, su piel se veía tan bien cuidada, sin ningún grano o mancha en ella, su piel que afirmaba ser tan suave como se veía, de un color canela que le daba su encanto. Sus cejas sin ningún pelito extra que desencajara, tan perfectas a la vista de cualquiera, paso a sus ojos y tragó saliva al ver que esos orves oscuros como la noche lo miraban intensamente causando su sonrojo.

Brillantes bajo esa fina capa de pequeñas pestañas delgadas, por un momento quiso besar la punta de su nariz donde un tierno lunar se encontraba, esos labios... Dios, esos labios que estaban siendo relamidos por una rozada lengua, esos que tomaban una forma geométrica al sonreír, sonrisa que le encanta y ha visto muy pocas veces, por no decir solo dos.

A TaeHyung se le ocurrió, por un momento, besarlo, besar esos labios rosas brillantes, se preguntaba cuál sería su sabor, ¿Cereza?, Eran de un rosa intenso, ¿Fresa?, Se veían muy jugosos, ¿Durazno?, ¿Sabrían tan dulce como todas esas frutas? O ¿Siquiera tenía algún labial o brillo que los hiciera lucir de esa forma?.

Quiso hacerlo, pero no quería asustarlo.

Así que se resistió.

—Gracias.

—¿Que te paso ahí? —señalo su costado, curioso pero a la vez asustado de que TaeHyung lo viera como un metiche— Digo... Sí se puede saber.

TaeHyung enmudeció unos segundos, no sabiendo que decir, obviamente no podía decir que su padrastro lo golpeó con un palo de béisbol que tenía por ahí, estando borracho. ¿Que le diría?, Él se la pasaba pateando traseros de idiotas en la escuela ¿Y no puede defenderse en su casa?.

Evitando la mirada curiosa de jungkook, no tuvo de otra más que inventar alguna excusa.

—Cuando venía de camino a la escuela un perro me comenzó a perseguir así que salte una barda y me caí. —dijo tan rápido que jungkook apenas pudo distinguir las palabras— y ahí alcanzó a morderme.

Típico Cliché ♥︎ [Taekook] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora