La sombra del rey: Los Caminos de Gaia.

VIII: Entre las sombras

Después del duelo de con Casper Timers, Nikolai Ivanov, mano derecha de Wolnirh Winterwolf, caminaba a su habitación para cambiar de espadas. Sus espadas gemelas eran similares a las de su maestro, pero el siempre guardaba las suyas bajo llave para ocasiones especiales. La pelea contra Casper le hizo ver dos cosas. La primera, deberá estar preparado para luchar contra alguien como Casper y la segunda, un cambio monumental se aproximaba a Arcadia. Una vez en el tercer piso del castillo, en la sección de dormitorios de la elite de Wolnihr, Nikolai entro a su habitación para relajarse un rato.

El cuarto de Nikolai era pequeño y sencillo. A diferencia del resto de la elite con cuartos encantados para hacer mansiones enteras dentro de un cuarto, Nikolai sentía que había calma y paz en un pequeño y bien arreglado cuarto con todo lo necesario. Una chimenea de madera, una cama de lana de cordero, una mesa con dos sillas y un baño con una bañera metálica y su respectiva letrina. Tomo asiento en su mesa y abrió una botella de licor norteño – Maldito seas, Timers... – se decía con una sonrisa – Tu si que sabes pelear – le dio un trago profundo al licor transparente mientras meditaba el siguiente paso a seguir. Tenía dos problemas que resolver, el primero siendo el hombre de madera y el segundo es seguir un rastro frio de la misteriosa desaparición de Samuel Cazna, el hijo mayor de la maestra Claudia Cazna y el director de una de las grandes casas de caballeros gryphon.

El combate no solo le había destrozado las espadas, sino que también su sospecha de todos y cada uno de los gaianos que llegaron a Belltown. La mención del hombre de madera era otra situación alarmante. Un hechicero o mago con poder sobre la naturaleza, extremadamente difícil de combatir en pleno bosque. Nikolai ya había tenido un combate con él en el norte del continente, en los bosques gélidos de Kasvarova. De su equipo de cinco, solo él regresó con vida después de huir del catastrófico intento por asesinar a un objetivo en Nigrumferro. Arboles se alzaban para luchar como si fueran gigantes, las raíces de toda planta en el suelo se enredaban en las botas y los hundían hacia el centro de la tierra y ese árbol con un extraño ojo rojo, los perseguía con una violencia antinatural. Ni el fuego y el acero pudo contra el hombre de madera y su ejército de vegetación.

Tomo otro trago más al licor. El dolor al parecer iba desapareciendo, no tenía heridas graves que atender, ahora era tiempo para pensar. Tomo con su mano la botella y la puso en medio de la mesa – Dime, Timers... ¿Cómo conoces al hombre de madera? – le pregunto a la botella – Mas importante aún, ¿Cómo lograste sobrevivir al hombre de madera junto con una diminuta caravana de sobrevivientes? –Volvió a preguntar, sin respuesta de la botella, se puso de pie y alzo su cama. Debajo había un cofre con un candado de hierro enorme. Tomo la llave de su bolsillo y abrió el cofre para descubrir un par de espadas gemelas. Un mango rojo sangre con un brillo plateado en los detalles. Desde el pomo hasta el filo, sus espadas "Colmillo" estaban diseñadas para asesinatos. Se amarro las espadas a su cinturón y salió de nuevo para regresar a Mirrah.

En los pasillos de la escuela número dos de Arcadia, todos saludaban de manera marcial a Nikolai. Dentro de los rangos de soldados, él es un comandante de los capa negra de Arcadia. Una unidad oculta entre las sombras dedicado a la recolección de información, asesinatos de objetivos importantes que amenacen la nación, espionaje y contra espionaje. A pesar de ser muy joven, Nikolai supo escalar los rangos con solo el trabajo duro y el sudor de su frente. Gracias a su inteligencia, perspicacia y a su sentido de la justicia, Wolnihr lo había puesto a cargo de los capa negra sin pensarlo dos veces. Desde los reclutas hasta los soldados lo admiraban, pero eran los generales y capitanes de escuadras quienes lo envidiaban y con justa razón. Ninguno era capaz de cargar con el peso de los secretos de Arcadia y no aprovecharse de ellos, Nikolai usaba esos secretos como un arma para mantener la paz y el orden. Otros simplemente lo usarían para subir su posición en el consejo o peor aún, hacerle daño a la nación.