III: La gente verde

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Al día siguiente, los cien segundos de campanadas despertaron a todos en la ciudad para que recibieran los primeros rayos de luz del día. Los Gaianos se levantaron, se tomaron un baño y se vistieron con la ropa que les proporcionaron. Sin darse cuenta, cuando todos salieron al patio central, se dieron cuenta que todos eligieron sus ropas de color verde - ¡Ha! Incluso fuera de nuestro bosque tenemos que demostrar que Gaia nos sigue en todas partes- Exclamo Marisa con una gran sonrisa en su rostro. Todos empezaron a reír ya que era curioso y casi obvio que todos elegirían verde para vestir. Casper salió, espada en su cinturón y vestido con su túnica y pantalones verdes de gala y se dirigió a su gente -Escuchen todos, nos presentaremos ante el regente de Belltown y su corte- Empezó a dar instrucciones Casper -Hay que mostrar educación y agradecimiento a nuestros anfitriones- Marisa se puso al lado de Casper, usaba un elegante conjunto que enmarcaba su figura sin ser demasiado revelador. El cuello amplio de la túnica dejaba apenas ver sus clavículas y la parte superior de sus hombros, y las amplias mangas parecían flotar con cada movimiento de sus manos, el resto de la prenda dibujaba su figura en un suave terciopelo verde bosque y una abertura frontal dejaba entrever unos pantalones anchos de seda café - ¿Quién eres tú y que hiciste con Marisa? - dijo Casper con una sonrisa amplia. Marisa lo empujo entre risas -Se baño y se peinó para agradecer a nuestros anfitriones- Empezó a caminar alrededor de Casper -Y tu al fin te bañaste correctamente y dejaste a un lado esa armadura abollada... ¿acaso huelo lavanda? – Casper carraspeo un poco para ignorar a Marisa y dio unos pasos al frente -Bien, ya somos todos- señalo a la puerta -síganme y no se separen- Dijo mientras dirigía al grupo a las calles de Belltown.

Una vez afuera de su edificio, enfrente había unos cuantos soldados guiados por Ginger y Marco -Buen día, Gaianos- Empezó Marco a decir con elocuencia, vestido de gala en azul marino y blanco, colores de Arcadia -Nosotros los escoltaremos al castillo de Belltown- Dijo señalando hacia el castillo, Ginger dio un paso en frente con su vestimenta formal de cualquier noble de Arcadia, vistiendo una túnica y pantalones azules con detalles en blancos. -Nuestra gran maestra de la escuela número cuarenta y dos y regente de Belltown, Lady Erma, los recibirá con gusto en su corte- dijo con la formalidad y confianza tan características de Ginger. Casper se detuvo un momento a admirar a ambos capitanes, asintió y el dio un paso al frente -Estamos agradecidos con todas estas formalidades. Por favor... - Los capitanes asintieron y el grupo empezaron a caminar hacia el castillo de Lady Erma. Por las calles, la gente de Belltown iba observando como un grupo de personas en verde desfilaba hacia el castillo. Algunos saludaban y les daban la bienvenida, otros aplaudían y les vitoreaban, como si el simple hecho de salir vivos de ese bosque fuera una hazaña que no cualquier persona seria capaz de sobrevivir -Se corrió la voz rápidamente de su aventura- Empezó a platicar Marco con su simpleza innata -Incluso los bardos de la ciudad les escribieron canciones como "La travesía de los Gaianos" o "Pasos Verdes"- Se detuvo unos segundos a pensar la tonada de otra canción -Mi favorita creo que es "Acero Verde"- Marisa empezó a reírse como ella solo sabia reírse, a carcajadas - ¿Acero Verde? ¿y de que habla? – Pregunto entre risas, Ginger sonrió y volteo a ver a Casper -De ti, "caballero verde"- Marisa empezó a reírse aún más fuerte - ¿Y cómo va? – Marco empezó a hacer ritmo y canto una parte de "Acero Verde"

"Y entre árboles y sombras, escondido entre las hojas

Ahí estaba el caballero con su acero al descubierto

Ni entre dos ni entre tres lo pudieron tumbar pues Gaia le daba fuerza de mas

El hombre de verde y sus diez sobrevivientes luchaban con el bosque a su favor"

Casper y Marisa quedaron en silencio. Una canción dedicada a su lucha por sobrevivir, casi como un himno dedicado para los sobrevivientes de Mooneth. -Con el bosque a su favor...- dijo Casper como un susurro -Me gusta- Marco sonrió y le estiro la mano -Espero y me des una moneda, porque cuando termine de escribirla quiero que seas tu mi primera moneda que gane en la taberna- Marisa empezó a reírse - ¿La escribiste tu? ¡Vaya! Que talentoso eres Ser Rolfe – Marco dio media vuelta y se inclinó como un artista -Gracias- Ginger se volteó a darle un coscorrón -Y es por eso que no te dejamos salir tan a menudo, una disculpa si los insulto de alguna manera- Casper negó con la cabeza -Al contrario, es un honor servir de inspiración para el capitán Rolfe- Rolfe dio in codazo a Ginger -Vez, todos me aman menos tu...- Ginger dejo escapar un suspiro de frustración -Cállate y compórtate, ya mero llegamos a las puertas del castillo- Dijo mientras iba alisando su ropa. La sombra del castillo iba creciendo mientras se acercaban. Los negocios se iban viendo más lujosos y la gente que caminaba por la calle se iba viendo más refinada. Rolfe se separó por unos segundos para atender unas mujeres que vitoreaban su nombre a un lado de la calle, Ginger saludo a un par de personas con amabilidad y gentileza. Mientras tanto los Gaianos iban admirando la inmensa arquitectura del castillo - ¿Alguna vez has visto algo tan grande, Casper? - pregunto Marisa -En Floristia, pero nunca tan de cerca...- Marisa se acercó a Casper tomándolo del brazo, Casper la vio con más detenimiento cuando vio un brillo peculiar en su pecho -Así que tu joya si sobrevivió al viaje- Marisa se tocó el pendiente, una pequeña joya verde como un esmeralda empotrado en un dije de plata -Me da suerte desde que era niña, y necesitamos toda la suerte el día de hoy- Casper dejo escapar un suspiro -Gaia nos trajo hasta acá, la suerte nos guio a Bramble y a Belltown- Dijo sin más mientras observaban como la puerta del castillo se abría para dejar ver un grupo de soldados vertidos en armaduras plateadas y capas azules.

La sombra del rey: Los Caminos de Gaia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora