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Jimin manejó a toda velocidad para llegar a la comisaría, debía mostrarle a Namjoon las fotos que había tomado, no podían perder más tiempo. Lo mejor era emboscar esa bodega ya que habían sido dos veces las que los habían visto ahí. Entre más rápido actuaran sería mejor, antes de que cambien de lugar.

Una vez llegaron, ambos se bajaron corriendo, encontrándose con sus compañeros Min y Hoseok comiéndose la boca.

— Me parece que este no es el lugar — Jeon les llamó la atención y ambos se separaron rápidamente con sus rostros rojos.

— Lo siento — dijo Yoongi.

— ¿Está Namjoon? — preguntó Jimin.

— No. Él salió hace rato, por eso es que, bueno; Hoseok y yo estábamos...

— Vale, sí. Ya entendí — se pasó la mano por su cabellera exhalando el aire acumulado. Le dolía tener que entregar a su amigo pero era su trabajo, no tenía más opción.

— ¿Estás bien? — Jungkook se preocupó — vamos a tomarnos un café mientras llega el comisario. Iré a la tienda del frente a ver qué consigo para que puedas comer algo también — dijo con voz suave sobando el hombro del más bajo.

— Gracias, Kook.

Un rato más tarde habían comido y seguían esperando al moreno pero este no llegaba ni atendía su celular.

— ¿Deberíamos ir nosotros a la bodega sin avisarle? Creo que ya hemos esperado mucho, son las 6 de la tarde y no tenemos respuesta.

— Al diablo, vamos — el pequeño estuvo de acuerdo.

Se encontraban en el departamento equipándose con lo necesario para tratar de infiltrarse en el lugar. Una vez en el sitio, ya estaba obscuro. No había tanta gente al rededor ya que la mayoría se encontraba en el bar. Jimin y Jungkook estaban detrás de un auto estacionado, esperando el momento para acercarse.

No habían señales de los Kim, incluyendo a Namjoon que seguía sin aparecer. Un hombre corpulento salió de la bodega a fumar y ese fue el momento perfecto para que ellos entraran...

— Sígueme sin hacer ruido — pidió el oficial y su compañero le siguió los pasos en perfecto sigilo.

El hombre estaba de espaldas votando el humano mientras revisaba su teléfono. Se adentraron dándose cuenta que el lugar estaba en completas tinieblas y avanzaron cada uno con un arma en la mano. Jeon llevaba su máscara de Anonymus y Jimin lucia un barbijo y capucha, mirando al rededor con cuidado de no ocasionar ningún sonido que llamara la atención.

La puerta principal fue cerrada, eso los alertó, así que se escondieron detrás de unas máquinas de demolición. El tipo que anteriormente estaba afuera, ahora caminaba por el lugar sacando un radio walkie talkie — aquí número 5, las calles están desoladas hoy, tal vez deberíamos cambiar al dealer rojo a otro punto.

— Aquí número 3, no podemos hacerlo sin consultar con el señor Vante, llámale primero y pide autorización.

El mastodonte sacó el celular y marcó — Señor, disculpe la molestia. Las calles del centro están vacías ¿Cree que debamos mover al dealer rojo a otra ubicación? — esperó unos segundos — oh, ¿Viene para acá? Ok, ya mismo salgo a recibirlo.

Jimin y Jungkook se miraron al escuchar todo. El más bajó al ver salir a aquel hombre volvió a llamar a Namjoon pero nuevamente no obtuvo respuesta — Maldito seas, Kim Namjoon.

Un ruido los puso en guardia y vieron como tres figuras caminaban juntas. Eran los hermanos Kim junto al vigilante.

— Tenemos uno en la zona oeste, y tres esparcidos por todo el norte, es mejor que dejemos al rojo en el bar, ya que aún es temprano. Más tarde habrá movimiento — aseguró Taehyung.

— Ve a vigilar en la puerta y no vengas hasta que no te avisemos — ordenó Jin.

Una vez solos, el más alto tomó por la cintura al rubio besándolo con pasión — No me gusta que me dejes a medias...

— No podemos estar follando a toda hora — respondió entrando en un cuarto con aspecto de oficina.

— Claro que podemos — lo siguió. La pareja infiltrada se acercó más para poder oír y tal vez ver algo. El Mayor tomó la nuca de su hermanastro y lo volvió a besar pero esta vez llevó una de sus manos a su entrepierna para estimularle el miembro — déjame chupártelo aquí — dijo arrodillándose frente a él.

— Eres insaciable, hermanito mayor — se burló.

— Sabes que detesto que me digas así. Somos hermanastros y nos amamos. Es lo que importa, ahora. Pon tu gran polla en mi boca — pidió sacando la lengua. El menor liberó su pene dando leves golpecitos en su mejilla y labios.

— Adelante, chúpalo y no dejes nada — ordenó y el contrario, con devoción engulló hasta los testículos, con destreza total.

Jimin y Jungkook veían todo a través de una ventana que les dejaba un pequeño espacio ya que tenía archiveros en frente.

— Joder — dijo Jungkook en una exhalación — esto es retorcido pero...

— Yo sabía que eras un pervertido. No puedes tener una erección ahora — lo miró con el ceño fruncido y una ceja levantada — controla tu polla y guarda eso para más tarde — susurró

El peligris tomó la mano del más bajo y la llevó a su entrepierna — Mira lo duro que estoy... Al llegar a casa te voy a romper el culo, tan... Delicioso, que solo te quedará rogar por más o pedir piedad.

Las mejillas del pequeño se tiñeron de rojo y una muy morbosa imagen de él en cuatro sobre la cama siendo vilmente follando por Jungkook usando esa máscara, inundó sus pensamientos. Dio un golpe en el brazo del más alto, avergonzado y volvió a mirar por la ventana. Esta vez, Vante se estaba cogiendo a Jin sobre el escritorio. No lo admitiría en voz alta, pero él también estaba excitado. Aprovechó la oportunidad para robarle un beso al mayor y en ese momento su celular comenzó a vibrar. Se escondió dónde estaba anteriormente para atender, al darse cuenta de que era Namjoon — ¿Dónde están?

— La pregunta es donde demonios estás tú. Te esperamos toda la jodida tarde y nos tocó entrar en la bodega donde Vante surte la droga. Juro por Dios que estoy jodidamente cabreado por tu ausencia cuando se te necesita.

— Tenía cosas qué hacer, Park, y no me tutées.

— Cómo sea. Aquí están Seokjin y Tae... Vante ¿Mandarás refuerzos para emboscar el lugar?

— No, salgan de ahí. Aún no es el momento. Vuelvan a la comisaría.

Jimin alejó el celular de su oreja y miró la pantalla negándose a creer lo que había dicho el comisario. Tenían a los tipos atrapados y él no quería capturarlos, ¿Pero qué carajos le pasaba?, colgó frustrado ¿Y ahora cómo saldrían de ahí?







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Police brutality (kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora