El trabajo de una concubina imperial.

CAP 80....

Marzo ya había terminado, y las flores de durazno ya habían caído. El clima comenzaba a calentarse, pero ninguna de las concubinas imperiales se sentía más cálida. Más bien, se sentían más fríos que antes.

El emperador estaba furioso porque un malhechor casi había asesinado a Xianrong Zhao del Palacio Xihe. Todos fueron investigados, y todos los sirvientes temblaron de miedo. Miedo de que estarían inexplicablemente implicados.

Hasta ahora, quizás la única persona relajada era Zhuang Laoyan del Palacio Xihe, que estaba curando su herida. Se recostó en un sofá suave, jugando con las flores del palacio que el Departamento del Palacio había enviado especialmente.

"Su Alteza, estas hojas de té..." Tingzhu sostenía un frasco de hojas de té. "¿Deberíamos conservarlos?"

"¿No envió el Departamento del Palacio nuevos biluochun y bitanxue?" Zhuang Laoyan miró el frasco. “Entierra las hojas debajo de la tierra en la maceta del árbol bonsái. De esa manera, no los desperdiciaremos”.

Ella no era una entusiasta del té. Como tal, no terminaría el nuevo té demasiado rápido. Incluso si el Departamento del Palacio no le enviara té nuevo durante un mes, aún sería suficiente. Sin embargo, dado que había sufrido agravios, ¿cómo podría pasar un buen rato el Departamento del Palacio? ¿No sería genial si el emperador bebiera té viejo cuando viniera al Palacio Xihe?  

 “Este esclavo escuchó que ayer, Gao Gongong degradó al asistente del supervisor del Departamento del Palacio a un sirviente de trabajos forzados en la Oficina de Shangyi”, dijo Tingzhu. Enterró con cuidado las hojas de té en la tierra del árbol bonsái. Después de que no quedaron rastros visibles de las hojas, dijo: “Además, Zhaorong Xu de la Casa Changtian se enfermó. Hoy, sus doncellas de palacio de primer rango se arrodillaron en el Palacio Qianzheng durante medio día, pero el emperador no fue a verla”. 

Zhuang Laoyan se rió. ¿No dijo hace unos días que le faltaban sirvientes? Ahora que está enferma, uno teme que le faltarán aún más sirvientes”.

Después de escuchar esas palabras, Tingzhu sonrió. “Su Alteza aún no sabe esto: aunque Su Majestad no fue a la Casa Changtian, envió un decreto. Y decía que, dado que Zhaorong Xu estaba enferma, necesitaría recuperarse, y una gran cantidad de sirvientes de la Casa Changtian fueron removidos”.

Zhuang Laoyan estalló en carcajadas, alegría en su corazón. El emperador originalmente se había enfermado y cansado de la falsedad de Zhaorong Xu. Ahora que descubrió que ella se había aprovechado de su posición para intimidar a otros, naturalmente se cansó aún más de ella. Los hombres deberían simpatizar con las mujeres débiles. Pero también odiaban cuando las mujeres pretendían ser débiles.

Actuar una vez fue interesante. Siempre actuar era aburrido. Zhuang Laoyan había adivinado lo siguiente tan pronto como el emperador castigó a Zhaorong Xu debido a que el sirviente de la noble dama Qian sufría agravios: el emperador se había cansado de Zhaorong Xu.  

 Después de un período de ser indiferente, Zhuang Laoyan pudo ver quién la odiaba más. Hasta el punto en que Zhaorong Xu había quemado todos los puentes con ella, acosándola directamente. Consort Rou podía confiar en su buena apariencia y gran favor. Xiuyi Su podía confiar en su prima, que era muy favorecida. Pero, ¿en quién podría confiar la noble concubina imperial Yan?

No es de extrañar que, aunque imitó a Noble Consort Shu para subir de rango, solo podía ser una noble concubina imperial. Sus palabras y acciones no se pueden comparar con las de Noble Consort Shu.