¿Confesión?

286 16 2
                                    


El castaño estaba sentado en los alrededores de la estructura de piedra, observaba atentamente como entrenaba Lilian, pues estaba esperando que su entrenamiento acabara para poder hablar con ella. Mientras aguardaba por su amiga desvío su mirada a la chica que le robaba el corazón desde que la había conocido, Susan, ella entrenaba a otros narnianos, así que en vista de que Lilian tardaría en concluir su entrenamiento, tomó su ballesta y se acercó con los arqueros.

Todos estaban escuchando las instrucciones de la reina, después lanzaron sus flechas, pero nadie dio en la estructura que había creado buscatrufas, tenía la forma de un soldado.

- No está mal - aseguró la chica - con un poco más de práctica y lo conseguirán.

De la nada todos vieron como una flecha dio justo en el blanco, Susan busco con la mirada y chocó con los ojos cafés de Caspian.

- Lamento interrumpir majestad - ambos sonrieron, los narnianos veían divertidos a los dos muchachos - pensé que era un telmarino - habló con diversión.

- Nada mal - se acercó al castaño - tienes buen tiro.

- No se compara con el tuyo - la halagó - ¿Tienes algún otro objetivo?

Ella sonrió y buscó algo en el bosque, miró uno de los frutos de un árbol.

- ¿Ves esa piña de haya?- señaló y el chico asintió mientras calculaba, la reina sonrió al notar el objetivo del joven- no, yo habló de esa.

Acomodó a al chico con suavidad, para que pudiera disparar a donde ella quería, el príncipe al notar la piña que le señalaban miró a la chica.

- ¿No está muy lejos? - la cuestionó.

- ¿No puedes dispara hasta esa altura? - la mucha lo miró con diversión.

El príncipe con tal de salvar su orgullo y ego, terminó por disparar, pero solo rozó el fruto, la reina sonrió y apuntó a la piña, logró disparar sin ningún problema y la fruta calló. Entre los árboles consiguieron ver a un soldado que salió huyendo.

Todos los arqueros prepararon sus armas y dispararon en su dirección, pero ni la reina consiguió dañarlo, Lilian junto con algunos faunos se acercaron, pues habían visto a los arqueros lanzar las flechas a la nada.

- ¿Qué sucedió? - miró a sus amigos.

- Un telmarino - comentó el chico - necesitamos avisarle a Peter.

- Yo iré - anunció la chica y se alejó de la pareja para después acercarse a un fauno- que nadie entre al bosque sin compañía- él asintió y empezó a dar la orden.

Llegó corriendo a donde estaba Peter y Lucy, les contó lo sucedido, por lo que el rey les ordenó a todos los narnianos que entraran a la base hasta que los Telmarinos dieran otro paso, vigilaban la fortaleza día y noche, en busca de algún movimiento extraño, pero no sucedía nada. 

Ya llevaban cuatro días encerrados, Lilian salía a vigilar cada que podía, pues estar viendo el cariño que se expresaban Susan y Caspian la estaba matando, intentaba mostrarse feliz por la situación, pero entre más tiempo pasaba, más le afectaba.

- No me pude haber enamorado de un chico que acabo de conocer - se decía a si misma - he estado dolida por la infidelidad de mi novio, debo de estar enojada con el amor, no puede ser que un príncipe venga y me quede embobada por él.

Estaba tan sumergida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que el susodicho y Edmund acababan de llegar para tomar su lugar en la vigilancia.

- Es prácticamente imposible, Lilian, él quiere a Susan - se regañó - Caspian se fijó en ella desde que la vio, tu solo eres una amiga para él, a parte ellos se han pasado conviviendo desde que nos reconciliamos, seguramente ya hasta son novios - se pegó en la frente con la palma de su mano, la acción sobre salto al príncipe y su amigo intento no estallar en risas - Lili, tienes que calmarte....

- Si, eso sería una buena opción - aseguró el mayor, la chica se dio la vuelta asustada.

- Caspian - la chica estaba pálida - ¿Qué fue lo que escuchaste?

- Empezamos a escuchar desde que mencionaste que era imposible - contestó Ed - deberías de tener más cuidado con lo que dices Li.

- Yo...- su mente se quedó en blanco después de eso.

- Bueno, los dejo hablar solos, regresaré en unos minutos - se alejó Edmund, dejando a su amiga sola con el chico que le gustaba.

Ambos se miraron, en la mirada de ella se notaba la vergüenza, mientras que en la de él se notaba conmoción por lo que acababa de escuchar, ninguno sabía que decir con exactitud, pero el silencio se volvía más incomodo con cada segundo que pasaba.

- Entonces...- Caspian intentaba formular algo decente - tú...quiero decir, yo te....- realizó un va y ven con sus manos.

- Sí - la chica miraba sus pies, sabía que mentir era imposible en esta situación - un poco.

- Ya veo.

Y así, en once palabras, se creó otro momento incómodo, la chica no levantaba la vista y él seguía sin saber que decir ante tal confesión.

- Pero... No tengo intenciones de estar contigo - aclaró - es sólo una atracción temporal, no quiero tener una relación o algo parecido.

- ¡Oh! - él suspiró con tranquilidad - ¿Entonces no estás esperando tener algo?

- No - fingió seguridad.

- Eso es bueno - se llevó una mano al pecho - por un momento, me preocupe por no poder corresponder tus sentimientos.

- No, no te preocupes por eso - sonrió - solo que mi mente creo una historia no muy agradable, a veces imagino cosas que ni al caso.

- Entiendo - le sonrió - me ha llegado a pasar.

- Bien - apretó disimuladamente su vestido para contener sus nervios - yo voy a ir a descansar, le avisaré a Ed que venga contigo.

- De acuerdo, gracias - ella se alejó lo más rápido posible.

Mientras bajaba unas escaleras se topó con Ed y Lucy discutiendo.

- Te apuesto a que no se lo dirá - la menor hablaba con gran seguridad.

- No tiene escapatorias esta vez - el rey miró a su hermana con superioridad - es obvio que se lo dirá, se lo que te digo, soy mayor que tú y tengo más experiencia.

- Pues tú experiencia es defectuosa - se acercó su amiga - porque no se lo dije, inventé otra cosa.

- Te lo dije - festejó la menor.

- ¿Por qué no lo hiciste? - el chico ignoró a su hermana.

- Es mejor así, no quiero que mi relación con Susan se arruine - sonrió en un intento de mostrar tranquilidad - aparte no podríamos estar juntos, en cuanto nos vayamos...es posible que nunca lo vuelva a ver.

- Bueno, en eso tienes razón - sonrió el pelinegro- pero aún no nos hemos ido, entonces debes de arriesgarte.

- Por el momento estoy mejor así.

- Como quieras, iré a vigilar con tu príncipe.

Las chicas se retiraron a una habitación, Susan estaba ahí con la mirada perdida en su arco y flechas.

- ¿Pasa algo? - Lucy espero a que su hermana contestará - Susan.

- ¿Sí?- observó a sus compañeras - ¿Qué sucede?

- Nada- contestó Lilian - descansaré un rato, vigilar toda la noche me dejó exhausta - se acostó en una de las tres camas de piedra que había - me levantan si pasa algo importante.

Las hermanas asintieron y salieron de la habitación, pues no querían molestarla con sus voces.

Daniela M.

Narnia: El príncipe Caspian (1/2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora