Narnia: El príncipe Caspian (1/2)

La despedida

Debido a que la coronación de Caspian sería al día siguiente, todos corrían de un lado a otro, varios narnianos ayudaban en lo que podían, por primera vez en más de cien años, narnianos y telmarinos convivían en armonía.

- ¿Qué te parece este? - preguntó Lucy mientras le mostraba a su hermana un vestido azul.

- Creo que es mejor el rosa - habló desde la entrada Lilian - ¿Puedo pasar?

- Claro - aseguro la menor - entonces usaré el rosa.

- Deberías probártelo - sugirió su hermana y la niña comenzó a quitarse sus prendas

- ¿Tú que usarás? - preguntó con curiosidad a Susan.

- Un vestido de mangas amarillas y el resto es rojo - la otra chica asintió - ¿Qué piensas llevar tú?

- Digamos que, deje que los chicos decidieran por mi, así que cuando encuentren un vestido adecuado me lo mostraran.

- Prácticamente, acabas de echar por la borda tu oportunidad de lucirte ante todo el reino - aseguró Lucy - recuerdo que cuando gobernábamos, un día dejé que Edmund eligiera que ponerme, no sé de donde, pero consiguió un vestido naranja chillante.

- Sí, ese mismo día llegó un embajador de Calormen para pedir la mano de nosotras.

- Fue horrible ese día, aunque al menos jamás volvió a insistir con ese tema después de verme con tan horrible vestido -La pequeña terminó de ponerse la prenda y recibió halagos por parte de las mayores.

- Bueno, entonces mi única esperanza es que Peter tenga un mejor gusto - aseguró- pensándolo bien, iré a ver que vestidos llevan hasta el momento, nos vemos en un rato chicas.

En cuanto salió, la reina pelinegra corrió a cerrar la puerta para no tener más interrupciones y poder hablar a solas con su hermana.

- Lucy, he pensado en lo de quedarme - la chiquilla asintió dándole a entender que la escuchaba - pero, aún no estoy segura de mi decisión. 

- Habla con Aslan - le recomendó - de seguro él te ayudará.

- ¿Pero que piensas tú?

- Sinceramente, si tuviera un príncipe esperándome me quedaría sin pensarlo, - habló con algo de nostalgia recordando a un joven príncipe con el que estaba comprometida- pero tu debes de tomar la decisión y aceptar las consecuencias.

Escucharon que golpearon la puerta y la pequeña se acercó a abrir, era Edmund con dos vestidos, Lucy lo miró confundida.

- ¿Cuál es mejor? - cuestionó mientras alzaba los vestidos - azul o verde.

- ¡Vaya! - admiró su hermana - hasta que eliges algo decente.

- Esos colores no quedan con su color de piel y tampoco para la ocasión -explicó desde la cama la mayor - ese verde es muy claro y el azul es muy obscuro para una ceremonia a las primeras horas del día.

- La celebración se extenderá hasta la noche -se justificó Edmund.

- Hermano mío - habló el mayor de todos - permíteme mostrarte, mi perfecta elección.

Ambos entraron por completo en la habitación y Peter le indicó a Lilian que podía ingresar.

- Te ves hermosa - aseguró la menor.

- A eso me refiero con buscar un vestido par la ocasión y que quede con su tono de piel - le comentó Susan a su hermano menor.

- Bien, ya entendí - se quejó el Justo.

Lilian portaba un vestido con lindas mangas acampanadas, largo hasta el suelo, en el torso era un diseño de cordones cruzados, la parte interior del vestido era blanca mientras que la exterior era de un rojo sangría.