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* 🔞AVISO: este capítulo alberga contenido sexual. 

LENA POV:

Era de noche, no podía pegar ojo. Hoy había visto a tantas personas importantes para mí... aunque solo las vi por una pantalla.

Abrí las puertas del balcón de mi habitación y me asomé mirando el jardín trasero. Estaba todo en silencio. Miré al balcón de al lado. La habitación de Miller estaba con la luz apagada y vacía, aún no había regresado de su reunión con Lea Wang.

Conozco muy bien a Hackie y a Tony y sé que después del mensaje que les dio Rufus se sienten decepcionados conmigo. En ese mensaje cifrado decía que yo seguía viva y trabajando para la Agencia Nacional de Seguridad con la intención de atrapar a Mustang y sacar de la cárcel a Jack con mi trabajo.

Sé que saber que sigo viva les habrá hecho sentirse más calmados, pero también sé que el trabajar con la policía les habrá decepcionado tremendamente y  que yo esté  trabajando con Miranda López, les habrá generado una repulsión enorme hacia mí, no puedo culparlos. Sé que por mucho que me quieran, no van a perdonar que haya traicionado mis valores y haya decidido colaborar con la policía. Entiendo que no quieran saber más de mí, pero me siento aliviada sabiendo que por lo menos saben la verdad.

Me volví a meter en la habitación y después de dar vueltas en círculos, salí al pasillo y me quedé mirando la puerta cerrada del cuarto de Jack, me acerqué y llamé a la puerta. Abrí la puerta lentamente y vi que la luz estaba apagada, pero inmediatamente se encendió y vi a un Jack con el pelo alborotado y el rostro congestionado y los ojos apenas abiertos mirando hacia la puerta.

–¿Qué pasa?–preguntó algo desorientado.

–Soy yo, perdón, no quería despertarte.–dije en voz baja.

Jack sonrió y negó con la cabeza, luego se restregó los ojos y se sentó en la cama.

–¿No puedes dormir?–me preguntó y luego le dio palmadas a su cama para que me sentara a su lado.– Hoy ha sido un día muy duro y estresante, es normal, ven aquí.–su voz estaba algo ronca, porque aún su cuerpo no se había despertado por completo.

Negué con la cabeza y entré en su habitación. Me senté a su lado. Nos quedamos en silencio, él me rodeó con sus brazos dándome un abrazo y pegándome a él. Suspiré, me siento en casa con Jack. Estar rodeada por sus brazos y sentir su calor me hacen sentirme segura.

–¿Sabes qué?–pregunté mirando sus bonitos ojos miel. Él con una sonrisa y el pelo alborotado negó con la cabeza.–Te quiero.–dije.

En ese momento él me miró serio y frunció el ceño, inmediatamente me di cuenta que acababa de decirle que le quería, de la nada y teniendo en cuenta que realmente no somos nada, que estamos realizando una operación en la que nos jugamos la vida y que quizás podría entender mis palabras no como sentimientos reales, si no más bien como la desesperación de toda esta situación  hablando.

Me noté sonrojada, me separé de él y me llevé la mano al cuello.

–Lo siento, no tendría que haber dicho eso.–dije levantándome de la cama. ¿Qué me acaba de pasar?¿Qué acabo de decir? Acabo de meter la pata.. así solo voy a conseguir alejarle... Es verdad que le quiero, me he estado dando cuenta estos días, con él me siento calmada, entendida y lo más importante muy feliz. 

Jack me cogió del brazo y tiró de mí hacia él.

–No, no tendrías que haberlo dicho, porque mira...–me dijo cogiendo mi mano poniéndola en su pecho, podía notar como su corazón latía muy acelerado. –Casi me das un infarto al escuchar esas palabras, pero me has hecho la persona más feliz del mundo.–me dijo.

Lena Jennings // La segunda parte de La CarteristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora