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LENA POV:

Salí al jardín trasero. Era aún muy temprano, el sol todavía no había salido y hacía mucho frío. Respiré hondo y solté el aire de mis pulmones. Estoy esperando a que Miller baje a entrenar como hace todas las mañanas.

La verdad que me sorprendió todo el día de ayer... la muerte fingida, leer los informes,  lo que piensa de nosotros Miller y la discusión con Miranda.

Me quejaba de su inestabilidad mental y es la mía la que salta en medio de una discusión, cuando en esa ocasión era ella quien tenía razón... perdí los papeles porque ya que estoy tan desorientada y lo he perdido todo, la idea de que uno de mis pocos aliados a día de hoy, Miller, tenga algo oscuro que ocultar cuando yo quiero confiar ciegamente en él me aterra. Pero tiene razón, Miller es raro y algo oculta. No tendría que fiarme tanto de él.

– Anoche llegaste muy tarde, ¿todo bien con la Sra Wang?–pregunté al notar su presencia a mi espalda.

James Miller se puso a mi lado estaba serio. Se aclaró la voz tosiendo.

–Conseguí la orden del juez.–dijo.–Ya he visto que me habéis cotilleado la habitación.– añadió muy serio. 

Mierda.

–Fue muy interesante ver lo que opinas realmente de mí... criminal peligrosa y manipuladora...–dije en voz baja. Él miró al suelo y se rascó la nuca.

–Son cosas que tengo que escribir Lena, no significa que crea que me manipulas a mí...–dijo algo sonrojado. Imagino que tiene que dar mucha vergüenza que alguien lea lo que escribes en secreto... como si hubiera leído su diario secreto.

–Bueno hemos venido aquí a entrenar ¿no? A enseñarte a ser invencible en el combate cuerpo a cuerpo.–dije cambiando bruscamente de tema, di un suave salto y me dispuse a darle un puñetazo a James en las costillas, él fácilmente me esquivó.–¿Te acuerdas de la lección número 1?–pregunté con una sonrisa. 

¿A caso hay mejor manera de empezar el día que peleando con el jefe de la sección de crimen organizado dentro del FBI?

Con cada exhalación, el aire se condensaba del frío, nuestros cuerpo aún seguían entumecidos del día anterior y nuestras menten seguían algo espesas del sueño. 

–En el combate cuerpo a cuerpo tienes que ser un caos total, no puedes dejar que tu enemigo vea tus intenciones.–me dijo repitiendo las palabras que dije aquel día en el Centro de Control cuando peleamos por primera vez.

James Miller se acercó a mí y me cogió del pelo bruscamente. Sonreí. 

Ya veo, James aprende rápido, desde luego que un movimiento así es totalmente inesperado de alguien que ha recibido formación policial tan estricta, este movimiento es poco ortodoxo. Me pegó contra él cogiéndome del pelo, me dolía el cuero cabelludo. 

Puse mi mano recta y rígida y di un golpe seco en la muñeca de la mano que sujetaba mi pelo, el golpe hizo que su mano se abriera y me liberara.

Le metí un rodillazo en el abdomen, él se protegió poniendo el abdomen duro y haciendo que la que se lastimara fuera yo, me moví rápidamente agachándome, él quiso darme una patada pero yo me tiré al suelo y rodé haciendo una voltereta, luego me levanté y vi que él se acercaba rápidamente hacia mí, siguiendo una trayectoria errática. Madre mía, ¡Qué rápido apredende! está siendo totalmente caótico, es muy difícil poder adelantarse a sus movimientos porque son tan extraños... ya no hace las típicas llaves de combate, ni los golpes preparados y eso que esta es la segunda vez que peleamos. James se lo toma todo muy enserio, me dijo que aprendía rápido y es cierto.

Lena Jennings // La segunda parte de La CarteristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora