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- Tae...yo...soy tu alma gemela.

- Lo sé. - siempre lo supe.

- Esto es increíble.

- Me gusta, Jungkook.

- Y-yo... no sé qué decir.

Narra Jungkook

La verdad no sé qué decir, nunca tuve tiempo de pensar sobre Taehyung y yo juntos. Bajé a la cocina para hablar con Tae, pero no estaba, le llamé al teléfono y no contestaba.

Estaba preocupado hace una hora que no sabía nada de Tae, llamé a sus amigos y me dijeron que no sabían nada. Estaba a punto de salir cuando mi teléfono comienza a sonar. Era Tae.

Kookie

¡¿Dónde mierda estás?!

TaeTae

Ven a esta ubicación.

Ubicación📍*****

Kookie

Ya voy y juro golpearte.

TaeTae

Aquí te espero.

Colgué el teléfono y salí.

Era tarde y estaba en el último autobús. Llegué. Bajé del autobús y vi a Tae esperándome en la parada de autobuses.

- Andando.

- Hace un poco de frío.

- Si. - ¿Acaso no me darás nada para disminuir el frio, tarado?

Llegamos a la orilla de la playa y estaba decorada, quedé impactado por algo tan romántico.

- ¿Tu lo hiciste?

- Si. ¿Te gusta?

- ¡Me encanta!, pero, ¿Tenía que ser casi llegando a la medianoche?

- Vamos a disfrutarlo y no te quejes.

Salimos corriendo a pasar el rato en un lugar tranquilo. Bailamos, cantamos, comimos, jugamos y muchas cosas más. Pero, nada pasando los límites.

- Gracias por darme esta sorpresa.

- Te mereces esto y mucho más.

- ¿A qué te refieres?

- Jeon Jungkook... ¿Te gustaría ser mi novio?

- ¡Si! -me tiré hacia Tae y le di un abrazo, le llené su cara de muchos besos.

- Jungkook, eres demasiado tierno.

Tae colocó sus manos en mi cintura, encajaba perfectamente. Me besó. Lleve mis manos hacia su cuello. Tantas cosas pasaban por mi cabeza, muchas cosas eran magníficas, impredecibles, y este sentimiento efímero era sorprendente. Kim Taehyung era todo lo que siempre soñaba cuando era pequeño. Me imaginaba un amor único, clásico y romántico, pero al mismo tiempo gracioso y humilde. Él era todo eso y mucho más. Su sonrisa cuadrada. Sus labios finos y delicados. Su aroma a canela combinado con esencia de menta. Tan inusual. Y finalmente lo bese. Fue un beso lento, lleno de sentimientos mutuos y amor. Mucho amor. Nuestras lenguas bailaban una nueva danza. Una danza tan pacífica que te pedía a gritos que siguiera aunque el aire fuera necesario. Dejo de besarlo por falta oxígeno, pero no nos alejamos. Juntamos nuestras narices y aún puedo sentir su respiración, cada vez más lenta.

𝓣𝓾 𝓨 𝓨𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora