𝓣𝓾 𝓨 𝓨𝓸

18

- Poética es la forma en la que me vas a pintar desnudo.

- ¿Vas a aceptar?

- Lastimosamente, sí. No puede decirle no a esa carita y a ese puchero.

- Te amo. - besé sus labios.

- Te amo.

Estoy en mi estudio arreglando todo lo que utilizaré. Al principio quería hacerlo con pinturas óleo o acuarelas, pero Jungkook dijo que no. Él quiere recrear la escena del Titanic, es tan lindo. Fui a la sala a buscar el sofá y lo traslade al estudio. Lo acomode y ajuste las luces. Aún no podía creer que iba a dibujar desnudo. Mis mejillas se tornaron rojas a más no poder y una sonrisa inconsciente se asomó por mis labios. La puerta fue tocada y luego de eso abierta. Un lindo chico con una bata transparente se asomó. Entró con total confianza, asimismo como entró a mi corazón. Su única prenda se deslizó por sus hombros y cayó al suelo. Todo en mi se desconectó. Sus hombros medianamente anchos encajaban perfectamente con su pequeña cintura. Sus caderas se iban volviendo voluminosas, dando paso a su lindo y redondo culo. Sus muslos pomposos, brillantes y blanquecinos. Es perfecto, es malditamente, condenadamente e ilegalmente perfecto.

- B-bien. Siéntate en el sofá y recuéstate. Relájate. - soltó una bocanada de aire e hizo lo que le pedí. - Ahora, enrolla esa tela blanca en tus caderas. - Le señale la tela. La agarró y se tapó con ella sus partes íntimas. - Jungkook, necesito que te mantengas quieto. No quiero que te muevas para nada.

- ¿A do-donde debo mirar?

- Donde tú quieras.

Narra Jungkook

Taehyung agarró el lápiz y empezó a rayar la hoja de papel. Sus ojos me miraban de forma penetrante y su concentración era inquietante. Cuando sus luceros color avellana se posaban en mí, sólo duraban segundos, escasos segundos, y luego al papel. Estaba tan concentrado que no veía como mi mirada le gritaba que me tocará y explorará cada rincón de mi piel blanquecina, queria que me quedara viendo mucho más tiempo. Qué me mirará como si yo fuera lo más hermoso  de este mundo. Sólo si me hubiese mirado y tocado notaría como mi piel se volvió más caliente, como mis mejillas estaban sonrojadas, como mis labios estaban más rojisos, como mis pupilas estaban dilatadas, como mi respiración se volvió un poco más errática. Las horas pasaron y nada de eso sucedió. Él jamás me tocó. Jamás me miró como yo quería que lo hiciera. Jamás me dijo nada bonito para hacerme sonreír. Jamás insinuo con palabras. Absolutamente nada.

- He terminado. Ya puedes levantarte, ponte la bata y vístete. En un momento yo subo. Primero debo acomodar todo el lugar y esas cosas.

Agarre mi bata turquesa. Me di media vuelta y me la coloque. Jure sentir la mirada de mi novio penetrarme pero, al darme media vuelta lo vi con su atención puesta en las hojas. En las malditas hojas. Vi mi autoestima pisoteada a más no poder. Salí de la habitación y tiré la puerta enojado. Pero, era más que eso, estaba decepcionado. Decepcionado que la persona que quiero me vio desnudo y no me dijo nada, ni siquiera me miró de reojo. Nada.

Narra Taehyung

Cuando mi hermosa musa salió del cuarto pude respirar en paz. Casi me pillaba viéndolo de una manera para nada inocente. Acomode el bulto que se encontraba en mis pantalones. Saqué el sofá y subí al cuarto. Toque. No hubo respuesta.

- ¿Jungkook? - pegue mi oreja a la puerta y nada. No había ningún tipo de ruido. -Abrí la puerta y no había nadie. Jungkook no estaba. Salí y toque la puerta del baño. Nada. Rendido fue a mi habitación, abrí mi puerta. Mala idea. El omega estaba en mi cama desnudo con varias prendas mías dispersas a su lado. Su respiración era acelerada y se masturbaba. Estaba a punto de salir y aparentar que esto nunca pasó. Pero, antes de que eso pasará el aroma de mi novio se hizo más fuerte. Lo sabía. Soltaba su aroma, porque sabía que yo lo estaba oliendo.

- ¿Kookie? Amor...¿Por qué me haces esto?

- Porque eres muy cruel.

- ¿Lo soy?

- ¿Acaso no te das cuenta lo que quiero? ¿Acaso no te diste cuenta cómo te miraba?

- Amor, me di cuenta de todo.

- ¿Por qué no me miraste entonces? ¿Por qué no me tocaste?

- Porque pensé... No tengo respuesta para eso, no lo hice porque fui un egoísta y pensaba en mi trabajo. Lo siento.

- Vales mierda, Kim Taehyung. - agarró su ropa y se la colocó rápidamente.

- Amor, lo lamento.

- Yo lo lamento más. - salió y tiró la puerta.

Desde el día del incidente de la pintura Jungkook no me dirige la palabra, mientras que el trabajo tuvo la nota más alta de la clase. Y todo se lo debo a mi modelo. Salí del salón de arte y me dirigí a mi siguiente clase; química. Mi compañero de escritorio es muy lindo, pero extraño. Siempre está pendiente a la clase, incluso más que toda la clase junta. Sin embargo, eso no sirve para nada, porque siempre por su culpa los experimentos nos salen mal y el profesor nos regaña, ¡y en las actividades o experimentos que hacemos en casa lo hace a la perfección!

- Hola, Taehyung. - saludó animadamente.

- Hola.

- ¿Todo bien? Por lo general eres más enérgico.

- Maravillo. Por favor, terminemos esto rápido que de verdad quiero irme. - no respondió.

- Buenos días, estudiantes. El día de hoy haremos algo sencillo. En sus mesas hay varios recipientes de diferentes PH y necesitaremos sangre, sólo una gota. A la gota de sangre le echarán los diferentes líquidos y apuntarán como esos líquidos le podrían afectar al cuerpo humano. Empiecen a trabajar.

- Te ofrezco como voluntario para sacarte la gota de sangre. - hablé rápidamente.

- ¡¿Qué?! ¡¿Acaso estás loco?! - mi compañero me miró sorprendido.

- Deja de lloriquear, sólo es una gota.

- ¡No seas ridículo! ¡Hazlo con tu sangre!

- No voy a dejarte que me saques sangre.

- ¡Profesor, Kim! - llame al profesor.

- Dime, Taehyung.

- Mi compañero no me deja hacerlo y quería pedirle a usted si le puede sacar la sangre. - le entregué la aguja.

- Seokjin, por favor, dame tu mano. Sólo será un pequeño pinchazo.

- Bien. - le entrego la mano. Él profesor le pincho el dedo e inmediatamente la sangre brotó. - Estoy viendo una luz.

- No seas tarado. Sólo fue una gota.

- Aquí tienen estudiantes. - me entrego la aguja. - Se que pueden hacerlo bien. Confío en ustedes.

- Gracias, profesor. ¿Por qué todo ese show por una simple gota de sangre?

- Me tocó la mano. Me dijo que confía en mí.

- ¿Qué?

- ¡A trabajar! ¡No podemos defraudar al profesor!