𝗘𝗫𝗧𝗥𝗔 1

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Dᴀɴᴀᴇ Eʟɪᴢᴀʙᴇᴛʜ Lᴇғᴀʏ Rᴏsᴇs
EL RUBI

En una dinastía llena de mujeres adoradas por Dioses no puedes crecer sin sentirte por encima de todo ser mortal

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En una dinastía llena de mujeres adoradas por Dioses no puedes crecer sin sentirte por encima de todo ser mortal. Dánae había sido recibida por los brazos de la Diosa del amor en cuanto todo se enteraron de que había otra mujer en la familia bendita. 

Cabello negro como una noche en donde las estrellas no brillan y con unos ojos grises, cuál tormenta, capaces de volver loco a cualquiera. 

Dioses y mortales supieron de la belleza de la bebé, por años creció frente a la prensa siendo denominada como perfecta. Perfecta y buena en batalla, todos lo supieron cuando coloco la flecha en el arco, dando siempre en el blanco, aunque nunca fue capaz de dañar a un ser querido. 

Como hija de Eros podía leer las emociones y ver los deseos de las personas, aunque la primera se le daba mejor a su hermano mayor, durante su infancia y adolescencia supo divertirse sabiendo los más profundos deseos de las personas a su alrededor. 

Ella conocía lo que querías, bueno o malo, y aunque intentarás negarlo, Dánae lo sabría para siempre. 

En cambio, durante su estadía en el campamento mestizo de pequeña, siempre se había divertido con su abuelo Dionisio, el hombre al que su Diana Lefay llamaba padre. 

Años y años de la misma rutina en Manhattan la aburrían constantemente, ir a cenas aburridas, habla con los ricos que tienen más poder, sonreírle a la cámara y posar junto a tu hermano para la prensa. 

¿Quién dijo que ser rico era fácil? 

Los ricos se creían invencibles o al menos eso decía su Madre, le causaba gracia, ya que todos los Lefay entraban en esa categoría. 

Ricos e invencibles. 

A Danae le gustaba bromear al respecto con Nate y su hermano Nick. 

A pesar de que Nick no era un Lefay de sangre, podía decir con seguridad el apellido porque legalmente era suyo, igual que un porcentaje de la gran empresa de vinos que era el negocio familiar. 

El escándalo en la prensa no se hizo esperar cuando a los dieciséis Danae fue expulsada del prestigioso instituto Constance Billbord School. 

A ella o podía importarle menos, pero casi se le cae el mundo cuando su madre decidió enviarla a un colegio público para niños especiales. O como Danae los llamaba, raritos sin sangre divina. 

Danae tenía Dislexia y Déficit de atención, pero eso era culpa de su padre. Cuando bajó del lujoso auto negro enfundada en Chanel no pudo evitar sentirse como un pez fuera del agua y pudo evitar preguntarse que diría su amigo Chuck Bass si la veía ahí. 

—Caíste bajo pequeño rubí. 

Sí, seguro diría eso. 

Su día solo empeoró cuando un ratito que no se fijaba en el camino chocó con ella. Ni siquiera se molestó en mirarlo, solo lo llamo idiota.

—Fíjate por donde vas, idiota. 

Claro que no había contemplado que ese idiota la salvaría de pasar sola detención después de "accidentalmente" derramar su jugo de uva sobre la compañera que le había metido el pie cuando caminaba, de no ser por los buenos reflejos de Danae hubiera caído al suelo. 

Ahora únicamente estaba ahí mirando el reloj de la pared en el vacío salón de clases esperando que su castigo terminará. Sintió la mirada del chico a su lado y volteo a verlo. 

Lo detallo sin vergüenza, cabello castaño oscuro, despeinado y los ojos azules más hermosos que había visto en su corta vida. 

Encontraste al futuro padre de tus hijos y lo llamaste idiota. 

Danae sonrió de lado y ladeo la cabeza. Curiosa.

—¿Cómo te llamas? — preguntó 

Al chico pareció sorprenderle lo hermosa que era su voz o talvez era el hecho de que Danae le hablara. Lo último era la opción más viable.

—Bueno, me llamaste idiota en el pasillo —dijo él sonriendo con sarcasmo. 

—Pues yo soy Danae... 

—Lefay Roses — recitó él — sí, sales en el periódico y esas revistas que mi Mamá suele leer. Todas las adolescentes quieren ser tú. 

—Nadie puede ser como yo —aclaro Danae acercándose a él, de reojo vio el reloj, la detención había terminado— ¿te han dicho que eres muy lindo? 

Él se sonrojó. 

—Que... No... Bueno... Mi madre tal vez...

Danae rio con suavidad al oírlo tartamudear y levantó su mochila. 

—Pues lo eres — dijo antes de caminar hacia la salida. 

—Soy Percy —se presentó el muchacho aún sentado en la silla, Danae volteo a mirarlo y conecto sus ojos grises con los azules de él — Percy Jackson. 

Danae sonrió. 

—Pues, fue un placer Percy Jackson. Lindos ojos, por cierto. 

Las Moiras se hubieran reído en la cara de ambos al ver que ninguno de los dos recordaba que ya se conocían.


























Las Moiras se hubieran reído en la cara de ambos al ver que ninguno de los dos recordaba que ya se conocían

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¡Es Febrero!

Nuestra Diosa Danae Lefay nació el catorce de febrero y planeo subir algunos extras que tengo guardados.

Nick nació el 4 de febrero así que ese día subiré un extra de el.

No saben lo feliz que estoy al ver que Rame ha recibido mucho apoyo estos últimos meses.

No puedo creer que lo que empezó como un borrador que no tenía el valor de publicar terminó convirtiéndose en lo que es el día de hoy.

Muchas gracias.

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Se despide Brenda Moreno 💮

Se despide Brenda Moreno 💮

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𝗥𝗔𝗠𝗘 | 𝗣.𝗝 𝗠𝗢𝗩𝗜𝗘𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora