CAPÍTULO 2

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El albino abría sus ojos, le dolió como el infierno la cabeza, ¿Qué fue lo que pasó? ¿Y dónde diablos estaba? Esa no era su habitación, pues esto apenas era del tamaño de su baño, jodida suerte que se cargaba, ¿Dónde rayos estaba Sanzu cuando lo n...

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El albino abría sus ojos, le dolió como el infierno la cabeza, ¿Qué fue lo que pasó? ¿Y dónde diablos estaba? Esa no era su habitación, pues esto apenas era del tamaño de su baño, jodida suerte que se cargaba, ¿Dónde rayos estaba Sanzu cuando lo necesitaba? Se bajó de la cama, tenía que irse ya, ¿Desde cuándo las camas eran tan altas? ¿Desde cuándo sus piernas se habían hecho cortas? Bueno daba igual, tenía que irse, no sabía si era seguro seguir ahí, después de todo habían demasiadas personas detrás de él.

Takemichi no hace mucho había abandonado el hogar de su amigo dejando solo a él Ryuguji con los niños, era cierto que no había nadie más que conocieras al Sano mejor que él, pero aún así, ¿Qué se supone debía hacer? Podrán tener la misma edad que ...

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Takemichi no hace mucho había abandonado el hogar de su amigo dejando solo a él Ryuguji con los niños, era cierto que no había nadie más que conocieras al Sano mejor que él, pero aún así, ¿Qué se supone debía hacer? Podrán tener la misma edad que él, pero eran niños, él no sabía cuidar niños.

—Kenchin tengo hambre —exclamó el rubio.

Cierto, cómo pudo olvidar algo como eso, Manjiro tenía un gran apetito, seguramente ambos se morían de hambre y cuando el tercero despertar seguramente lo primero que haría sería buscar comida.

—Tú también ¿Verdad? —le pregunto al azabache, este no respondió, aunque no fue necesario ya que su estómago lo delató provocando una risa en el rubio.

A Ken le daba especial curiosidad el pelinegro, ya que lo veía de forma muy rara, casi como si le tuviera miedo, no se le acercaba ni nada, además tenía la duda del porque se tatuó el dragón en el cuello, ¿Qué tanto a vivido aquel Mikey?

Reviso el refrigerador en busca de ver qué podía hacer, aunque no tenía mucho, si se quedaría con los niños tendría que ir al super mercado a comprar comida. Saco huevo, pollo y un poco de arroz que tenía, podía preparar Omurice, a Mikey solía gustarle.

—No tengo mucha comida pero puedo preparar Omurice, ¿Bien?

—¡Por supuesto! —asintió repetidas veces él Mikey líder de Toman. Para Ken verlo así le traía tanto buenos recuerdos que no pudo evitar sonreír, por su parte el pequeño tatuado solo movió la cabeza una vez.

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Mikey [Drakey] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora