Mikey [Drakey]

CAPITULO 5

El mayor entraba desgastado a su departamento, había sido un día demasiada cansado, primero las compras y luego su trabajo, al parecer el día anterior el taller se había saturado pero como era su día libre Inupi no quiso molestarlo así que se les junto el trabajo para ese día, por ello solo quería acostarse a dormir hasta el día siguiente, pero por supuesto que eso no sería posible, al mirar su sala vio manchas marrones de sepa dios que era, pero estaban por todas partes y a los tres Mikey's envueltos en papel de baño. 

—¡¿Pero qué rayos paso?!

Los tres miraron para otro lado sin saber cómo explicarle que poco después de su salida se sentaron a comer las donas que el albino pidió mientras miraban la TV hasta terminarse las y quedar manchados del chocolate que tenían, en el momento al rubio le pareció de lo más divertido intentar manchar a sus otros yo con sus manitas comenzando así una persecución por toda la sala llenando de chocolate todo a su paso, luego de todo terminaron durmiendo en la sala para no manchar la cama, así hasta hace unos minutos en donde despertaron y decidieron limpiar para que el mayor no se molestará, pero no contaron con que el chocolate ya se había pegado tanto que el papel de baño solo le pegaba, por lo que desesperado y frustrado el azabache lanzo el rollo pegándole por accidente al albino que rápidamente se lo regreso de igual manera, iniciando ahora una pelea que los hizo quedar envueltos en el papel creando la escena que encontró Draken.

—Kenchin~

—¡Nada! —estaba molesto, él solo quería dormir y ahora tendrá que limpiar—¡Miren nada más cómo están!

Ante el accionar del mayor los tres se sorprendieron, Ken nunca les había gritado, ni siquiera cuando el Mikey de cabello negro lo asesino, este estaba neutro sin ningún resentimiento, pero ahora estaba molesto, se sintieron raros, no avergonzados pero se sintieron regañados, no pensaron que Ken se pondría así.

—Vayan a bañarse —dijo esto dándoles la espalda.

—Ken-

—Vayan a bañarse.

El mayor camino a la cocina para sacar los utensilios de limpieza, aunque quería dormir no podía dejar así las cosas o mañana sería peor, suspiro, estaba muy molesto consigo mismo, sabía que debió llamar a Takemichi, pero no, confío en que se comportarían, pero no.

Los tres Mikey's se quedaron parados mirando como el mayor desaparecía al cruzar la puerta de la cocina, él estaba exagerando, pero se sintieron mal por ello, al menos el rubio, los otros dos solo se fueron a bañar como les dijo.

El azabache estaba llenando la tina sin importarle nada, la verdad ya se quería bañar, había sudado mucho esa tarde. Mientras tanto el albino y rubio se estaban desvistiendo.

—Kenchin está muy molesto —comentó el menor de los tres.

—Esta exagerando —respondió el albino quitándose la última prenda que le quedaba.

—Y mucho —concordó el azabache que comenzó a quitarse la ropa.

El albino y rubio entraron a la tina seguidos por el azabache, el menor seguía con pesar, Ken se veía muy cansado, entendía su malestar, mientras que a los otros dos no les podía importar menos, luego se le pasaría.

—¡Tenemos que pedirle una disculpa! —dijo decidido el líder de la Toman.

Los dos restantes lo veían desinteresados recordando la época en donde aún se preocupaba por las personas de su alrededor.

—No —respondió el albino.

—Se lo debemos, Kenchin es nuestro corazón, él siempre nos cuido, al menos le debemos una disculpa.

Su corazón, hace cuánto no habían oído eso, el azabache lo había matado, mientras que el albino lo había alejado, ellos ya habían perdido a su corazón.

—No sé que fue lo que pasó conmigo en sus líneas temporales, pero sé que Kenchin ya no está, no lo pierdan de nuevo.

Esas simples palabras fueron suficientes para hacer pensar a los dos, ya lo habían perdido una vez, no podían perderlo de nuevo por algo tan estúpido.

Luego de vestirse y salir del baño miraron que el mayor ya había terminado de limpiar, ahora estaba acomodando la cama, este no los miraba, estaba absorto en sus pensamientos, sabía que había exagerando, pero en su defensa estaba cansado, ya les pediría una disculpa luego.

—¡Kenchin lo sentimos! —exclamó el rubio agachando la cabeza, con sus orejitas y cola en dirección al piso en señal de culpa, los otros dos no dijeron nada pero imitaron la acción.

El mayor los miro sorprendido, sabía lo orgulloso que era Mikey, por ello lo difícil que debió ser decirlo, suspiro.

—Yo también lo siento no debí gritarles —les sonrió, sí ellos se disculparon él también lo haría.

—¡Fuiste muy cruel! —acusó el azabache.

—Exacto, como castigo dormirás en el sillón —dijo muy seguro el albino.

Una vena salto de su frente, comenzó a contar hasta diez, era Mikey después de todo, no iba a disculparse así nada más, se acostó sobre la cama seguido de los tres alfas gato, estos muy sonrientes se acomodaron sobre él, Draken se podía acostumbrar a eso.

—Buenas noches Kenchin —le dijeron los tres al unísono.

Yo sé que es corto, pero lo hice con amor, perdón por no actualizar la semana pasada pero estuve muy ocupada, por eso subiré dos capítulos está semana.