Mikey [Drakey]

CAPÍTULO 7

Una semana había transcurrido enérgicamente, Ken no recordaba cuando había sido la última vez que se había sentido tan bien, la compañía de los tres era de lo mejor, desde su llegada su vida se sentía como cuando tenía 15 años, esa época en donde solo eran un grupo de chicos rebeldes queriendo divertirse.

—Kenchin~

El mencionado bajo la cabeza mirando las tres cabecitas que estaban sobre sus piernas, era demasiado lindo pues intentaba hacerle piojito a los tres, pero al tener solamente dos manos se le complicaba por lo que al intentar hacerle a uno tenía que dejar a otro provocando que hicieran puchero mostrando su descontento, muchas veces pegándole con su colita.

—Tengo hambre —le dijo el rubio, pero estaba seguro que no era el único.

—Yo también —informo el albino.

Draken en verdad quería levantarse, pero es que estaba tan cómodo con sus tres Mikey's acostados así, no tenía corazón suficiente para hacerlos a un lado.

—Tendrán que levantarse entonces.

Esto claramente ya no les gusto, se sentían tan agusto siendo mimados por el mayor.

—Ya no tengo hambre —volvió a hablar el albino.

El pequeño de 15 años se vio en un gran dilema, tenía hambre, pero no estaba dispuesto a levantarse, tal vez podría aguantarse.

—Yo...

Entonces la pancita del azabache rugió, no había de otra, Draken tenía que cocinar.

—Vamos arriba enanos —se levantó de golpe haciendo que los tres cayeran al piso, en su defensa entre más tiempo pasarán así menor iba a ser la posibilidad de levantarse.

—¡Bruto! —le gritaron los tres mientras se sobaban sus cabecitas.

Ken no pudo evitar reírse así como tampoco evito la chancla que uno de ellos le lanzó, pero ni así se borró su sonrisa. Entro a la cocina no tenía idea de que preparar así que reviso su alacena en busca de algo que pudiera hacer, entonces vio los ingredientes que compro para hacer panes al vapor, desde hace más de una semana tenía el antojo, hoy sería el día, además tenía aún anko que había preparado hace unos días para los dorayakis que les había hecho.

Mientras tanto los tres alfas se levantaron ¡Kenchin era tan malo con ellos! Primero los tira y no tiene la mínima decencia de levantarlos, que falta de modales, caminaron hasta la cocina para reclamarle.

—Kenchin malo.

Este solo los miro y les paso la harina y la levadura.