Mikey [Drakey]

CAPÍTULO 1

—¡Draken-kun! —tocaba desesperado el Hanagaki la puerta del departamento del alfa, pues necesitaba ayuda con los tres Mikey's.

—Nhe Takemitchy~ —lo llamo el rubio haciendo que esté volteara a verlo —, desde cuándo Kenchin vive aquí?

—Sigue vivo... —dijo el azabache con un tono de voz lleno de tristeza.

—No se preocupen todos están bien —dijo mientras sonreía para intentar tranquilizar al azabache, pues él mejor que nadie sabía cómo es que había terminado el Mikey pelinegro.

Se preguntarán qué fue lo que pasó, resulta que luego de tantos viajes en el tiempo hubo una falla que provoco la aparición de tres Mikey's en una misma línea de tiempo y con cuerpos infantiles, cosa que Takemichi no tenía ni idea de cómo arreglar, por eso estaba tan desesperado, necesitaba buscar a Naoto para poder arreglar la situación antes que provocará consecuencias que no pudiera arreglar, pero para poder hacer eso primero necesitaba que los tres infantes se encontrarán bien, por eso estaban ahí, pues, sí alguien sabía cómo lidiar con Manjiro Sano era sin duda Ken Ryuguji, Takemichi necesitaba a Draken antes que a cualquier otra persona.

—Que ruidoso eres hombre, recuerda que tengo vecinos —exclamó el mayor detrás de la puerta mientras la abría.

Ryuguji observaba la imagen frente a él sin entender con exactitud que era lo que sucedía, ¿Por qué Takemichi estaba acompañado de tres mocosos? Dos de ellos a sus costados, un rubio y un azabache que por cierto estaba aferrado a la camisa del Hanagaki, escondiéndose detrás de él, cómo si le tuviera miedo, el rubio por su parte era todo lo contrario, él lo miraba fascinado con una enorme sonrisa plasmada en su cara, ese sin duda le recordaba a su mejor amigo, por último estaba el albino, este era el menos interesante, pues según creía estaba dormido en los brazos del mayor.

—No me digas que ahora eres niñero —se burló de su amigo.

—Draken-kun no te burles — recriminó el omega al mayor con un puchero —. Yo necesito de tu ayuda.

—Takemichi no me jodas sabes cuántas veces al año tengo días libres del taller —iba a continuar reclamando pero uno de los menor lo interrumpió entrando cómo si nada a su departamento —¡Hey! ¿Quién te dijo qué podías entrar?

Y antes de poder evitarlo Takemichi y los otros niños ya se encontraban dentro, así que sin más suspiro y cerró la puerta tras de él.

—¡Wow! Esto es mucho mejor que tu cuarto en el burdel Kenchin —comento alegre el rubio mirando todo con detalle.

Comentario que molesto al más alto, ¿Cómo es que ese enano conocía que vivía en un burdel? Mataría a Takemichi por andar contando cosas que no le correspondían a extraños, además ¿Quién se creía para llamarlo de esa forma tan ridícula? Solo había alguien que tenía derecho a hacerlo.

—Draken-kun...

Entonces miro a Takemichi, él cuál se encontraba muy nervioso, algo dentro de él le decía que algo no andaba bien, una alerta se había encendido en su cabeza.