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En esta época, siento como si el amor se hubiera vuelto más genérico y menos romántico. Todo parece seguir un patrón preestablecido, una serie de clichés y expectativas que se repiten una y otra vez en las relaciones modernas. Las redes sociales y las aplicaciones de citas han hecho que el amor sea más accesible pero también más superficial. Se trata más de acumular likes y matches que de verdaderas conexiones emocionales.
Las demostraciones de afecto se han reducido a emojis y mensajes rápidos, mientras que los gestos románticos genuinos parecen estar en peligro de extinción. Ya no se valora tanto el esfuerzo y la creatividad en expresar sentimientos, sino la rapidez y la eficiencia en mantener una relación virtualmente.
A veces me pregunto si realmente estamos perdiendo la esencia del amor verdadero, ese que involucra complicidad, intimidad y dedicación. El romanticismo parece diluirse entre la prisa de la vida moderna y la necesidad constante de estar conectados digitalmente. Echo de menos las cartas escritas a mano, las citas planeadas con cuidado y las conversaciones profundas que antes eran la base de las relaciones duraderas.
Aunque sé que el amor puede adaptarse a los tiempos, aún guardo la esperanza de que podamos encontrar un equilibrio entre la tecnología y la autenticidad emocional. Creo en el poder del amor romántico que trasciende las pantallas y las expectativas sociales, y estoy dispuesta a seguir buscando ese tipo de conexión en un mundo que a veces parece más interesado en la cantidad que en la calidad del amor.
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Susurros del Alma: El Diario de una Adolescente
Teen FictionCada capítulo es una ventana a mi mente, donde las páginas de mi diario se convierten en un refugio y un espacio para explorar sueños, luchas y pequeñas victorias cotidianas. A través de mis palabras, te invito a recordar nuestra propia juventud y a...