𝐄.𝐓 | Druig 《 completa en español✔︎ 》

𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗩𝗜𝗜𝗜. ❝THE FLOWER THAT BLOOMED❞

➜ ᎒ ☈ ❁ ⸙͎۪۫ ⊰ CAPITULO VIII.
❝LA FLOR QUE FLORECIÓ❞

1530 𝗱.𝗖
𝗕𝗢𝗦𝗤𝗨𝗘𝗦 𝗗𝗘 𝗔𝗠𝗔𝗭𝗢𝗡𝗶̄𝗔

— Pensé que podríamos hacer un taller de costura — menciona Aleska al ver a Druig sentado en su pórtico ocupado.

— ¿Y eso se te ocurrió porque...?

— Coser y tejer son mis especialidades, quizás podría enseñarles a las personas que quieran. No tengo nada qué hacer últimamente, además de que se mejoraría la comunicación entre los habitantes y la producción de nuestras vestimentas. Me aburre estar vistiendo con una bata gigante de un solo color.

— ¿Te vas a hacer cargo? — la chica asiente con orgullo— ojitos de miel, no creo que sea buena idea.

— ¿Por qué no?

— Jamás te he visto tomar una aguja y un hilo, siendo sincero. Y si no lo sabes hacer tan bien, estaríamos gastando material y perdiendo otros recursos necesarios.

La diosa frunce su ceño — ¿lo que tratas de decir es que no soy buena? Te lo demostraré, y si te gusta lo que hago, me dejarás hacer mi taller.

— Bien, bien.

Aleska se marcha de su cabaña molesta. Tratará de hacer alguna prenda de vestir que le sirva a Druig, para así poder convencerlo de que está cometiendo un error al no aceptar su propuesta enseguida. Agarra sus implementos con tela y se sienta en la banca afuera de su cabaña pensando. ¿Una camisa? no, no tendría tanto significado además de que ya tiene muchas. Quizás pantalones... ¿Y si le quedan apretados?

Hace una mueca indecisa y desvía su vista hacia la cabaña de su jefe. No tiene tantos busos y por lo que sabe, le da muchísimo frío en la noche ya que siempre lo oye quejándose. El bombillo en su cabeza se enciende empezando a tejer.

Druig pasa por allí y la mira concentrada, ni siquiera lo notó, sonríe de lado y continúa con sus deberes. Estos 9 años que han estado conviviendo solos, se ha dado cuenta de otras cosas que antes no veía. Aleska es única a su manera, y él la tachó de egoísta, quizás debería disculparse en algún momento.

— Druig, hallamos mucha comida en unas cosechas cerca — le comunica uno de los exploradores que siempre salen en busca de provisiones.

— ¿Miraron si era de alguien más?

— No había nadie cerca, tampoco una aldea. Por suerte las frutas y verduras estaban frescas gracias a la lluvia.

— Bien, traiganlo todo.

— Ese es el problema, es demasiada comida y tardaremos en traerla. Apareció de repente. — una sonrisa alegre ilumina el rostro del señor.

El telepata lo mira pensativo sabiendo quién lo ha hecho —Okey. Empiecen desde ahora a traer, por su esfuerzo, en la noche dejaré que hagan una pequeña celebración

A Druig le gustan las fiestas, no por el hecho de convivir con personas, sino para relajarse mientras toma vino casero. Ver a toda su comunidad felices es muy gratificante, no habían encontrado tanta comida desde hace mucho y ya hacía falta.

Bebe un trago de su bebida y suspira alzando sus piernas en una banca sintiendo el calor de la gigantesca fogata a metros de él. Voltea hallando a su hermosa Aleska viniendo hacia él, pero al parecer no es el único que piensa que se ve muy bonita para la ocasión.

— Aquí te traigo mi prueba de que soy mejor haciendo ropa de lo que crees — habla extendiéndole una bolsa.

— ¿Viniste a celebrar?

— Sólo vengo de paso, estas reuniones son incómodas. Ahora, pruébate esto, si no te gusta me lo devuelves.

Druig rueda sus ojos dándose cuenta de que algunos observan de más. Toma a Aleska del brazo sentándola en sus piernas. It's hard to keep my cool when other guys try to get my girl.

— ¿Y tú qué te crees? — intenta levantarse enojada pero la agarra de la cintura con fuerza— ¿acaso quieres que te llene de agua otra vez?

— Calla, dame eso — ignora el tema con seriedad quitándole lo que tiene en sus manos. Una bata de lana azul. Si la necesita bastante — Está bien... Dejaré que hagas tu taller

— ¿Enserio? gracias — sonríe contenta, pero la borra y carraspea su garganta — sabía que aceptarías.

— Pero primero debes hacer más ropa para todos, no te la pondré fácil. A ver si mejoras — la diosa pone los ojos en blanco— estaba pensando que podríamos practicar defensa unos días.

— ¿Por?

— No es novedad que soy bueno peleando pero no tanto como tú. Aprovechando que no hacemos peleas en esta villa ¿Qué opinas, mi rayito?

Ella lo mira con sus ojos entrecerrados — quizás sea divertido patearte el trasero.

— Bien, tengo un lugar. Cerca del acantilado.

Aleska se queda sin expresión y simplemente se levanta yéndose de una vez de vuelta a su cabaña para descansar. El telepata frunce su ceño confundido ante su acción pero acaricia sus cienes con una mueca de dolor y recuesta su cabeza abrumado ignorando ese hecho.

Una vez que entra a su hogar, decide prepararse para dormir. Sus ojos recaen en aquella prenda de vestir tan bien hecha y suave. Por suerte le quedó muy bien.

— ¿Por qué se habrá ido así? ¿Acaso esperaba un lugar más privado? — susurra para sí mismo. Al final se encoge de hombros sin importancia.

Por otro lado, Aleska se encontraba en sus mantas en el pensativa. Usa sus poderes creando una pequeña barrera de energía en su mano pero un incesante dolor de cabeza se hace presente haciéndola parar. Traga en seco al recordar esa sensación a la perfección.

— No puedo volar de vuelta, no alcanzaría.

— Aleska, sé lo que piensas y te prohibido que lo hagas.

— Lo siento, Gilgamesh... pero prefiero hacerlo antes que lamentarme por una vida que no pude salvar.