Un accidente silenció la voz de una joven y bella chica a temprana edad, sus oídos son finos y con todo tipo de música e instrumentos puede llegar a comunicarse, solo si su corazón llega a entender su son.
Alguien que proviene del bajo mundo de la...
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Por varios días la calma estuvo en gloria en la vida de la joven Merodī, despertó al sonido de su despertador puesta a las 9 de la mañana, se dio una ducha, se vistió y al terminar de arreglarse, se hizo un desayuno delicioso, un café con leche, tostadas con mermelada de fresa y su segunda opción, dulce de leche, una exquisitez para darle energía. Su bolso fue cargado con su libreta, algunas nuevas tarjetas, su móvil por si su madre hace sus videollamadas y sus llaves, era momento de salir.
El seguro fue puesto a la puerta principal y cuando observó el cielo, asintió dándose ánimos internamente, estaba segura que sería un gran día y esperaba tener gran cantidad de lectores. Viendo la hora de un reloj en su muñeca izquierda, asintió levemente iniciando su andar, estirándose un poco para después acelerar su paso.
"Será un buen día, de eso estoy segura".
Su camino prácticamente se le hizo un poco corto, antes de que se diera cuenta ya estaba a solo unos cuantos negocios de su biblioteca; el sonido de sus zapatos de plataforma baja se escucha en cada paso que da, siendo observada por algunos transeúntes que ya la conocen y saben que la costumbre de la chica es que esté buscando sus llaves cuando se va acercando a la biblioteca.
La llave fue puesta y las puertas se abrieron, escuchándose la campanilla que siempre le avisa de nuevas mentes sedientas de conocimientos; las luces se prendieron al subir el pequeño interruptor, se quitó su bolso y dejándolo sobre el mostrador, fue a abrir las persianas que cubren las ventanas y como un baño dorado, el sol de la mañana le dio la cálida presencia en su biblioteca.
Esperaba que su día fuera el más tranquilo de todos, esperaba ver lleno el lugar...
Eso es lo que ella esperaba que sucediera.
Cuando apenas tomó asiento en el mostrador y cuando apoyó su cuaderno sobre la superficie plana, un fuerte estruendo voló la puerta de su negocio y lo único que pudo ver en esos momentos fue polvareda y el sonido de la caída en dominó de sus estanterías uno tras de otro. Tirada en el suelo con miedo, observa el polvo abundar, el grito de las personas pidiendo auxilio para ella y algunos heridos llega a sus oídos. De entre los escombros, una extraña y grotesca bestia resurge, sacudiendo su cabeza de un lado a otro, sus ojos saltones recorren el lugar hasta que escucha los gritos de las personas. Este gruñó con fuerza y amenazando con atacar por medio de un grito desgarrador.
El sonido de un violín lo aturdió con fuerza.
Merodī estaba parada, con la respiración agitada y con el corazón latiendo a mil, ¿QUÉ ESTABA HACIENDO?!, no lo sabe con exactitud pero sus instintos de supervivencia le dicen que se defienda hasta que venga un héroe calificado para detener a esa criatura. Viendo a las personas entrar en pánico por ser la única allí adentro con esa cosa, esta les hace la señal de que se vayan de allí, apuntando con su arco a un lado.
Iba a hacerse escuchar.
⬆️🎶⬆️
Haciendo llorar al violín en una tonada gruesa, su poder se activa aún más que las otras veces que lo activó, estaba poniéndose a la defensiva. Con su violín en mano, las tonadas se empiezan a escuchar desde el local, las personas aprovechan que ella lo distrae para ayudar a los heridos y pedir auxilio. La criatura suelta un rugido de enojo, queriendo dar unos pasos hacia ella, pero sentía cuchillas dañarlo de manera interna, retrocedía a la par que ella avanza para sacarlo de allí. Muriendo de miedo por dentro, la mujer avanza a la par que toca su instrumento de plasma, haciendo retroceder a la criatura hasta salir de su destruido local, siendo vistos por un tumulto de gente, escuchando la melodía de la joven de cabellos rosados. Dando varias vueltas sin dejar de tocar, un joven artista callejero de la zona le hace compañía con su guitarra eléctrica a pesar de sus aun no sanadas heridas, eso hizo que la mujer rápidamente lo observe, se estaba arriesgando pero le estaba dando ánimos.
