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Dos días han pasado desde el incidente con aquella amorfa bestia y digamos que la normalidad poco a poco iba tomando terreno, aunque con el brillo de una nueva mañana, una desilusión también nace

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Dos días han pasado desde el incidente con aquella amorfa bestia y digamos que la normalidad poco a poco iba tomando terreno, aunque con el brillo de una nueva mañana, una desilusión también nace.

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Deteniendo sus últimos pasos, nuestra protagonista observa con tristeza los destrozos de su adorada biblioteca, aun teniendo una pequeña humareda de polvo y escombros, teniendo cautivos valiosos libros que tanto le costó conseguir para facilitar a los mas jóvenes a que consigan información para sus trabajos o para aquellos interesados en aprender algo nuevo que nunca hayan leído antes. Sus labios temblaron con tristeza mientras que sus ojos se llenan de lagrimas a causa del dolor interno de ver todo su esfuerzo hecho añicos.
Sus manos rápidamente secaron sus lagrimas y aunque no pudiera ocultar su sentimiento de llanto, se armó de valor para entrar en lo que queda de su lugar de trabajo, haría el esfuerzo de rescatar lo que podía y si aun se mantenía intacto, haría una feria de libros para que estos tengan un lugar seguro...lugar que ya no tiene para poder conservarlos bien.
Entrando un poco mas, observa las estanterías caídas una sobre otras mientras que aquellos documentos valiosos están regados por todo el lugar, algunos sin hojas u otros partidos por la mitrad, sin duda algo que le dolía ver. Tragando duro, observó hacia un lado y notó su campanilla con la cual le llamaban la atención y a un lado, su cuaderno y tarjetas todos sucios o atorados bajo un escombro, tenía mucho trabajo que hacer.

Doblando las mangas de su vestimenta superior, bajó su mochila en el suelo, yendo primeramente hacia los libros a la vista, revisandolos y limpiandolos con un trapo con estampas de flores rosadas y amarillas, soltando mas lagrimas y alguno que otro sorbo de nariz, ¿por qué tenía que ser ella la de la mala suerte siempre?, pareciese que el destino se empeña en hacer que su vida se vaya al demonio una vez cree que finalmente podrá vivir tranquila, sin ningún problema. ¿Hizo algún mal para que todo lo que haga le salga mal o le vaya feo?; sin siquiera darse cuenta, sus lagrimas caen por el libro que yace en sus manos mientras lo va limpiando con aquel trapo de tela.

Sorbiendo la nariz, se limpia las lagrimas con el antebrazo con algo de fuerza, quería darse ánimos mentalmente pero ver por lo que tanto trabajó hecho añicos en cuestión de minutos podía mas por sobre ella.
Los sonidos de alguien más entrando al lugar enseguida llegan a sus oídos y con algo de prisa trató de cambiar su expresión pero para cuando observó a un lado suyo, observó a su madre tendiendole un pañuelo limpio, teniendo en su rostro una suave sonrisa maternal mientras que su padre tropieza con uno de los estantes.

-Sabíamos que estarías aquí...mi niña inquieta. -la madre sonríe levemente mientras se agacha para limpiarle las mejillas con cariño con aquel pañuelo limpio- No quiero que te me descuides, tu alergia al polvo se puede hacer presente y eso que te olvidas de tomar tu medicamento.

-Lo siento mamá... - se expresa la chica con su lenguaje mientras que agacha la mirada, observando triste el libro-

-No llores, mi amor, papá y mamá vinieron a ayudar. -sonríe la mujer- Puede que ya estés grande y que eres alguien independiente pero en situaciones como esta, uno no puede superarlo solo, así que... ellos también están aquí para ayudar.

~🎶🎻NOTES OF SILENCE 🎻🎶~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora