𝄐𝐍𝐮𝐞𝐯𝐞𝄢

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Falling doesn't feel so bad

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𝙰𝚌𝚝𝚘 𝚗𝚞𝚎𝚟𝚎
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Silencio, acompañado de sólo una luz tenue que se filtraba por la ventana, una mañana tranquila, cualquier persona se sentiría con un buen ánimo para levantarse y poder ser productivo en el día.

No era el caso del ojos índigo, este ni siquiera podía buscar algún motivo para abrir los ojos, hasta que el constante tintineo que producía su timbre al ser tocado repetidas veces, era más que molesto, lo obligó a por fin apartar cada una de las sábanas y almohadas que había apilado para poder "sentir" que estaba seguro, claramente no funcionó y sólo lo hizo sentir cada vez más sólo. Sin más divagaciones, como pudo y restregando con algo de pereza sus ojos, camino a paso desanimado hacia la puerta para poder detener ese irritante ruido y ver quién veía la necesidad de molestar su miseria.

Abrió sin cuidado la puerta, provocando un ruido seco cuando esta se estrelló contra los limites que le permitía. Un, dos, tres parpadeos consecutivos por la inesperada visita de aquel rubio cenizo.

¿Qué demonios hacía ahí?, ¿Acaso había avisado?

Ni siquiera podía confirmar eso, puesto que por el irritante vibrido de aquel aparato, posiblemente lo estrelló contra la pared entre sueños, menuda bola de malas decisiones estaba hecho.

Forzandose a sonreír intentó hacer algo para que el cenizo se marchara, pero sin siquiera darle una cavida a poder hablar, este ya había ingresado con agilidad al hogar del ojeroso. Suspirando pesadamente y sin más, sólo pudo observar cada movimiento que realizaba el cenizo, parecía buscar algo o tal vez sólo estaba limpiando, aún no distinguía bien puesto que si fuera por su voluntad, seguiria echado en su triste, pero cómoda cama.

Cualquier otro día, con otro ánimo, en otras circunstancias, tal vez estaría completamente fascinado con la visita tan repentina de su pareja, pero, no era un día de esos y tampoco tenía fuerzas para echarlo, sólo lo estaba dejando ser, seguramente después le avisaría qué estaba haciendo.

No le importaba ahora mismo lo que pasaba a su alrededor, simplemente volvió a su habitación y se dispuso a envolverse entre las sábanas nuevamente.

No le importaba lo que hacía el rubio en ese instante, sólo quería desaparecer y seguir en silencio, por más que esto lo hiciera sentir cada vez peor.

Cerró los ojos, sintió el movimiento acompañado de leves ruidos nuevamente por su recámara, no quería hacerle caso alguno a ello, si notaba que lo estaba ignorando tal vez se iría sin dirigirle la palabra, ese era su escenario ideal. Sin embargo al por fin creer que este se había rendido, fue tomado junto a las sábanas y sacudido un poco.

-¿Qué demonios, Katsuki? Apenas pudo sostenerse de la cama para evitar caer contra el suelo de manera estrepitosa, más aún con su mirada sobre el cenizo, este no habló ni por un segundo, tampoco parecía que iba a hacerlo.

Quiso volver a acomodarse, pero fue sostenido nuevamente por el de orbes rubí, llevándolo esta vez hacia la bañera, se sorprendió al ver que estaba todo justamente preparado para un baño, el vapor hacía que el ambiente se sintiera cálido y las burbujas sobresalían sin ser exageradas de donde yacían.

¿Cómo demonios lo hizo tan rápido?

Antes de siquiera preguntarle el cómo sabía donde estaba cada cosa o el porqué lo estaba llevando, Katsuki le quitó con agilidad las prendas, no tenía algunas intenciones ocultas, simplemente lo hacía para proseguir, luego el ojeroso fue depositado con delicadeza en el centro de la bañera, haciéndose presente un beso en la frente por parte del que hasta ese momento no emitía sonido alguno, lo único que se podía observar diferente era su mirada, la cual era un poco más suave de lo usual, sin dejar de lado el profundo rubí en el que podría perderse cualquiera.

Empezó a tararear de una manera dócil, mientras empezaba a lavar el cabello descuidado del índigo, mientras sólo obtenía la respuesta de una mirada completamente confundida y esperando alguna explicación, más fue completamente evitada por el contrario, siguiendo esmerado en ser delicado pero a la vez poder limpiar bien la cabellera de su pareja.

Agarrando el mango extendible de la ducha, se propuso a finalmente enjuagar el cabello todo espumoso por la reacción del shampoo, Katsuki no pudo evitar soltar una risilla al ver cómo todo el cabello había quedado por la parte del rostro ajeno, siendo recibido por una mirada de molestia, pero sólo hizo un ademán de no saber y prosiguió.

Por el otro lado, a Hitoshi no le estaba disgustando aquello, la temperatura del agua estaba perfecta al menos a su parecer y el recibir esas atenciones por parte de su pareja lo ánimo un poco, seguía sin quitar la idea de querer desaparecer, pero al menos era menos que antes.

Cuando este empezó a tallar la espalda del índigo, este se alarmó un poco, exigiendo que él seguiria desde ahí, entre regaños y un par de amenazas sin sentido, por fin pudo lograr el enjabonarse sólo... Pero.

— ¿Planeas quedarte ahí observándome todo el transcurso del baño? — Con un tono de notable molestia por parte del índigo.

—No dudes que lo haré, ahora sigue y está prohibido un "no" — Su posición era firme, no se iba a mover de aquel sitio por nada del mundo, su tono lleno de confianza y altanería por poco hizo que el contrario le lanzara todo a su alcance, más sólo accedió sin querer insistir más.

Se sentía algo extraño el ser observado por este, pero no era incómodo, sólo.... Extraño, sin más, prosiguió con el baño, enjabonando cada parte de su cuerpo y enjuagando siguiendo esto, se extendía en algunas partes o simplemente paraba sólo para sumergirse unos instantes en la bañera, se sentía bien y en calma, por un momento se distrajo de lo que lo atormentaba.

Cuando acabó sólo le hizo una seña al contrario de que ya estaba listo, este inmediatamente salió del cuarto, dejando confundido a Hitoshi por unos minutos, pero luego volvió con un cambio de ropa para el índigo, señalandole que se vistiera con eso, a la vez que arrojaba una toalla a este para que empezara.

Sin embargo, está vez Katsuki sí se volteó y evitó verle, cosa que le causó gracia, habían sido constantes las ocasiones en las que se habían visto desnudos mutuamente, pero, no iba a cuestionar en ese instante.

Sólo se secó y cambió lo más rápido que pudo, acomodándose la ropa decentemente y tocando la espalda del cenizo cómo una señal de que ya estaba.

Este llevándolo por los hombros, hizo que se sentará frente al espejo, mientras que conectaba una secadora, empezando a enfocarse en que el cabello índigo quede completamente listo y como lo usual, claro, pero sin agregarle lo descuidado.

Shinsō simplemente se dejó hacer, colaborando o moviendo su cabeza de vez en cuando cuando Bakugō lo requería, una vez listo salió de aquel cuarto a la par del cenizo.

Este inmediatamente lo jaló hasta el comedor, pocas veces lo usaba, pero había algo diferente.

Estaba limpiado, ordenado y con todo preparado para una comida decente.

¿Qué mierda?

— Oye, Kats... ¿Cómo?... —Las muecas confundidas que anteriormente había dado, no se comparaban a está, más como todas las previas, fue ignorada.

El cenizo sólo sentó a su acompañante, para después sentarse él.

— Traga y no preguntes, mapache. — Ahí estaba su rudeza de siempre, pero por todos los actos anteriores sólo dejaron a un conflictuado Hitoshi que sin opción, obedeció una vez más.

Era raro, demasiado raro, pero no le desagradaba en lo absoluto.

"𝐃𝐞𝐯𝐢𝐥𝐭𝐨𝐰𝐧"     || Shinbaku ( Shinso hitoshi X Bakugo Katsuki) ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora