Minho lleva una vida tranquila, va a una buena universidad, es buen estudiante y siempre pasa buenos momentos con su mejor amigo, Han Jisung.
Sin embargo, cuando cinco niños aparecen en su casa llamándolo "papá" las cosas se descontrolan y su apasib...
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Jisung no podía dejar de llorar incontrolablemente mientras Minho apretaba suavemente al castaño, no llegaba a comprender que estaba sucediendo, pero no le gustaba ver llorar de esa forma a su mejor amigo.
Sí, a pesar de que también lloró mientras se besaban no pudo evitar disfrutarlo como tampoco pudo evitar sentirse culpable.
Como si algo no fuera del todo correcto, como si no fuera suficiente...
— ¿Podrías...podrías decirme que me amas una vez más?— tartamudeo Jisung entre hipidos— Por favor...
No se rendiría tan fácilmente, sí, arruinó las cosas pero el día aún no acababa, tenía seis horas para lograr unir a Minho con la madre de los niños, así tuviera que obligarlo se encargaría de juntarlo.
Lo haría y luego guardaría todos sus sentimientos de una buena vez.
— Te amo, Hannie—
— Bien...— dijo con los ojos llenos de lágrimas— Ahora debes ir con la madre de tus hijos...
— ¿Qué?—
— Lo que escuchaste— murmuró mirando el suelo, Minho intentó abrazarlo, pero el chico se alejó rápidamente— ¿Quieres que me quede a tu lado?
— Sabes que sí...—
— Bien, anda con ella— contestó decidido— Yo no me marcharé si te quedas con ella
Changbin había dicho alguna vez hace un tiempo "nunca aceptes ser el segundo plato cuando puedes ser el primero, Jisung, vales más que eso", pero... había dos grandes fallos en la frase de su castaño mejor amigo, el primero era que Jisung ya estaba acostumbrado a ser el segundo plato, a ser invisible, callado y aceptar todo, y el segundo gran fallo, era que por más que él quisiera ser el primer plato no podría serlo sin causarle daño a Minho y a los pequeños.
— ¿Qué pasará con nosotros?—
Jisung bajó la mirada apenado, era bastante obvia la respuesta, él se quedaría con él mayor por los próximos ocho años, luego se iría, ya tenía una idea de por qué se marcharía en un futuro pero intentaba no pensar en eso.
Serían ocho años de felicidad al lado de todos esos niños, los criaría como sus hijos y llegado el momento saldría de sus vidas intentando no hacerles mucho daño.
— Seremos mejores amigos— contestó con media sonrisa— Siempre
Minho observó con detenimiento los ojos aún llorosos del castaño, quiso abrazarlo de nuevo pero sabía que el chico se negaría.
Tiene razón, no pueden seguir siendo egoístas, se obliga a pensar en sus hijos mientras toma distancia de Jisung.
Es lo correcto, muchas veces se debe hacer lo correcto antes que lo que nos guste.
