Minho lleva una vida tranquila, va a una buena universidad, es buen estudiante y siempre pasa buenos momentos con su mejor amigo, Han Jisung.
Sin embargo, cuando cinco niños aparecen en su casa llamándolo "papá" las cosas se descontrolan y su apasib...
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Nota:
Preparen los pañuelos
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Amaneció nublada aquella mañana, los niños descansaban entre Jisung y Minho quienes habían dormido abrazando a sus pequeños, acunándolos durante toda la noche.
Tendrían que esperar algunos años para que esa escena se repitiese, pero esperarían con añoranza aquello, se prometieron repetir la escena muchas veces en el futuro.
Jisung preparó el desayuno mientras cantaba "Genie" de SNSD y sus bebés le rodeaban haciendo la coreografía, Minho los observaba sonriendo, si todas las mañanas despertaría para observar esta escena, podría jurarle a quien sea que sería muy feliz en el futuro.
- Papi...- Jeongin jaló su pantalón a la vez que sonreía- Mami no te culpa, papi, ya no llodes, no me gusta vedte llodar papi... pometo que no hablade muto contigo papi, pelo no llodes más
Lo abrazó, algo dentro de él se sintió un poquito más unido, su corazón sintió la calidez de las palabras de su bebé y lo abrazó hasta que el niño empezó a gritar el nombre de Hyunjin para que lo rescatara porque "papi me está dejando sin aide, Jinnie Jinnie, savame hyung".
Jisung sonrió y les sirvió el desayuno iluminando el lugar, Minho pensó que el castaño era como un hermoso y buen día, su sonrisa siempre eclipsaría sus tristezas y su amor siempre curaría todas sus heridas.
- ¿Te separo las verduras, Chris? - preguntó Minho a su hijo mayor que sonreía como nunca lo había visto sonreír desde que llegó- ¿Estás bien, Bangchan?
- Síp, papi- contestó despreocupado- Mami ya me separó las verduras...
-Oh...-
-Papi...- el pequeño le observó con los ojitos brillosos-
- ¿Sí, campeón? -
- Te amo, papi- confesó sonrojándose como Jisung- Eres mi ejemplo, papi, por favor cuida de nosotros y enséñame a ser como tú
Minho no se clasificaba como un sentimental, ni siquiera era muy demostrativo con sus sentimientos, pero no pudo evitar empezar a llorar observando a su pequeño hijo avergonzado mirándole, le valió un pepino que el niño este almorzando, lo tomó en brazos y lo hizo sentarse en su regazo.
Bangchan nunca había sido tan cariñoso con él, lo entendía, se había portado como un estúpido con su pequeño retoño, no creía merecer su perdón y que el niño le dijera eso, hacía que su corazón saltase y las lágrimas rodaran por sus mejillas como toda una criatura, quizás no era un mal padre.
- Te amo, campeón - murmuró besando su frente- Yo quisiera ser igual de fuerte y valiente que tú, pequeño
