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Kim Taehyung.

Su sola presencia opacaba a la de los demás. El chico era guapo por donde lo vieras, su cabello era azul, de un azul brilloso y para nada discreto, su cuerpo esbelto pero imponente dejaba a mujeres y hombres babeando por igual, sus mirada era penetrante, sus ojos negros parecían querer consumirte y su sonrisa cuadrada era una característica de él que muy difícilmente era olvidada.

Todos querían y rogaban por un poco de atención del hijo del matrimonio Kim, pues su apariencia y posición social era demasiado reconocida en Corea.

Claro que, había unos cuantos a los que no les importaba quien coño era Kim Taehyung, entre ellos estaba Jimin. Para él, Kim Taehyung no era más que un chico presumido, sin cerebro que se creía el dueño del mundo, nada diferente a toda la mierda de riquillos que se encontraban en el salón.

–¿No hablas, disculpa? – preguntó burlón, mientras veía como el a su lado se llevaba su copa a los labios. – Tal vez no sabes quién soy, déjame ponerte en contexto...

Sus palabras fueron interrumpidas por otra persona.

– ¿Qué tal, Taehyung? ¿Cómo te encuentras? – Jungkook tan oportuno como siempre, había llegado en esos momentos, sentándose alado de Jimin con una copa de whisky en sus manos.

–Oh, me encuentro bien señor, justo hoy regresé de Francia para la celebración de la alianza de nuestras empresas. – Taehyung nunca iba a dejar una oportunidad para presumir de sus cosas.

–De la empresa de tu padre, querrás decir– respondió Jungkook, él nunca se quedaba callado y además conocía al chico, sabía sus intenciones al verlo sentado tan cerca de Jimin. Solo quería llevarlo a la cama y eso era algo que ni en sus sueños iba a suceder.

La sonrisa del peli azul se borró por completo, mientras que Jimin prensaba sus labios para retener la carcajada que quería soltar por culpa de Jungkook.

–Si, como sea. Ya estoy aquí, creo que será interesante pasar más tiempo en Corea. – Dijo con un tono juguetón y fijando su mirada en el chico a su lado, quien a su otro lado estaba Jungkook matando con la mirada a Taehyung y conteniéndose para no saltar encima de él. – Bueno, señor Jungkook, me retiro, tengo que saludar a los demás invitados, nos vemos Jimin.

El chico se puso de pie y le guiñó un ojo al chico, quien solo rodó los ojos fastidiado.

– ¿Ya tan rápido le das tu nombre? – Jungkook no pudo evitar el sentimiento de celos, lanzando la pregunta sin siquiera pensarlo. – No te quiero cerca de ese chico, no es tan bueno como aparenta.

Jimin se quería reír de Jungkook.

–Por Dios, contrólate, ni siquiera le dirigí la palabra. – Respondió calmado y un poco cohibido por la demostración de celos que su padrastro le estaba dando. – Ser tu hijastro me hace ser reconocido, no es mi culpa.

–Te ves precioso y realmente ardiente en ese traje. – El cambio abrupto de tema hizo que se sonrojara, a lo que Jungkook reacciono con una carcajada por lo tímido que a veces se ponía el menor. – Te juro que me está costando todas mis fuerzas calmarme para no ponerte en cuatro sobre la mesa y follarte duro.

Jimin casi se ahoga con su bebida, no podía creer que tan descarado podía ser Jungkook para decirle eso en un lugar así. Se supone que debían guardar las apariencias.

–Tranquilo, nene. Puedo esperar hasta llegar a casa. –Por debajo de la mesa el mayor frotó su mano en el muslo de Jimin, sonriéndole coquetamente, pensando que nadie los observaba.

–Vamos a bailar Jungkook, – la voz de Suni los sacó de su burbuja de lujuria. – Esa música me encanta.

La mujer ni siquiera esperó respuesta, pues jaló al hombre del brazo para hacerlo levantarse de donde cómodamente estaba sentado.

Daddy give me more (Kookmin) ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora