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Un suspiro cansado salió de los labios de Jungkook, había estado en la empresa toda la mañana y se supone que ese era su día de descanso, esa era una de las tantas desventajas de ser jefe.

Algo había salido mal con unos negocios del extranjero y ahora tenía que arreglarlo, su cabeza estaba por estallar, pues además de eso le habían hablado del banco avisándole que una de las tarjetas de crédito que le había dado a su esposa había sobrepasado el límite y debía pagar lo más pronto posible.

El dinero no era el problema, pero no hace un par de meses le había pasado lo mismo con otra tarjeta. Estaba enojado, pero ya hablaría con ella llegando a su casa. Si pensaba que iba a permitir que despilfarrara su dinero de esa forma estaba muy equivocada.

-Mierda.- Jungkook aventó unos papeles, se recostó en su silla y comenzó a girar con los ojos cerrados y con sus dedos masajeándose la cabeza. Necesitaba un descanso.

Gruñó cuando su teléfono celular comenzó a sonar, definitivamente ese sábado no era su día.

Observó el nombre del contacto, lo que menos quería era hablar con Suni, cuando se casaron parecía ser una mujer responsable y ahora empezaba a dudar.

-¿Qué pasa?- Fue lo primero que dijo.

-Mi tarjeta no pasa cariño.- Claro, suponía que era eso.- ¿Podrías ver qué sucede?

-¿Cómo se supone que deba pasar si se bloqueó por llegar al límite otra vez?- reclamó Jungkook, la verdad no quería estar escuchando las quejas de su esposa, así que colgó el teléfono y lo puso en silencio.

Maldita la hora en que le hizo caso a su madre y sentó cabeza.

Ya era un poco más del medio día, así que si se daba prisa en un par de horas estaría saliendo de ahí.

Sin más se puso a trabajar, la verdad es que no era nada difícil, solo hacer unas cuantas llamadas, ordenar el papeleo y actualizar los contratos.

Cuando vino a ver el trabajo que tenía ya estaba hecho y apenas darían las tres de la tarde. Tendría toda la tarde libre y podría ver el partido de beisbol, además de eso pasaría a comprar una estúpida bolsa de papitas y unas cajas de chocolate

Una sonrisa se instaló en su cara al recordar cómo la semana pasada había encontrado una caja de chocolate en el refrigerador y unas papitas en la alacena, como no había nadie se le hizo fácil comérselas, grave error, Jimin al día siguiente lo enfrentó, el maldito mocoso le había aventado el control de la televisión en la cabeza, reclamándole y diciéndole que fuera la última vez que tomaba sus cosas  o se iba a arrepentir.

Le parecía hilarante que un chico de 20 años hiciera tanto alboroto por una simple soda, las peleas con él empezaban a divertirle, de hecho ya hasta le parecía extraño que Jimin no lo insultara a cada minuto.

Recogió las cosas del escritorio, tomó su maletín y salió de su oficina para dirigirse a casa, tal vez llevándole eso a Jimin harían una tregua, al menos por unos cuantos días.

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Daddy give me more (Kookmin) ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora