XI

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—Entonces ¿Alfa es tu alfa?

Eijirou dejo la maceta a un lado y miro a la niña que le observaba con ojos curiosos.

—¿Katsuki?

La menor asintió mientras volvia a su deber de cavar un agujero en la tierra.

—No, no lo es.—Dijo en voz baja, mostrandose un poco deprimido por ese hecho.— ¿Por qué?

—Sus aromas juntos son bonitos.

—Oh, gracias. Muchos nos han dicho eso, incluso nuestros compañeros de clase.

El Omega dejo la las semillas de girasoles en los recientes agujeros que habían hecho para luego taparlos con tierra y regarlos con agua, no hablaron por un buen rato mientras terminaban de acomodar todo lo que habían ocupado de jardinería.

A Eijirou le había tomado un par de horas para llevarse bien con la menor que llevaba por nombre Yeji, era una niña Omega muy carismática si tomaba confianza, tranquila y le gustaban mucho las flores, por lo cual le había propuesto que durante sus visitas hicieran jardinería para pasar el rato. Por el contrario del niño, quien es hermano mayor Omega de Yeji por un año de nombre Niki, había sido algo complicado ya que no era muy confiasudo y eso había resultado ser un arma de doble filo para el dúo, pero no misión imposible para Katsuki, siendo el alfa el primero en llevarse bien con el niño que había quedado fascinado con los anécdotas del rubio en donde le relataba los lugares a los que había ido a hacer senderismo y alpinismo.

Katsuki y Eijirou se habían estado hospedando en un hotel tradicional que era dirigido por un par de ancianos con los cuales el Omega se había llevado bastante bien. Llegaban los días viernes por la tarde y se regresaban los domingo por la tarde-noche.

Ahora Yeji y Eijirou estaban en el patio del orfanato lavando sus manos para que ambos fuesen a ayudar a poner la mesa pues el almuerzo estaba por ser servido.

—Kiri.—Le hablo Yeji.

—¿Si?

—Has pensado en que quizás alfa sea tu destinado.

Eijirou miro sus manos algo cohibido por la pregunta ¿Qué debería responderle?

—Shima.

A su lado Niki iba llegando. La cara del Omega al ver a Niki le hizo dar un salto en su lugar, cerrar la llave y acercarse al niño al igual que Yeji que también parecía asustada.

—¡¿Qué te paso?!

—Niki ¿Qué pasó?

El menor venía con un moretón ya morado en su mejilla izquierda, con una rodilla raspada y la ropa desarreglada. Katsuki se hizo presente soltando un largo suspiro, Eijirou le miro cuestionandole.

—Te lo contaré pero ahora tiene que ir a la enfermería.

El Omega sin decir nada tomo a Niki entre sus brazos y lo llevo al interior del orfanato con Yeji quedandose con Katsuki a petición del mismo. A medio camino Eijirou noto como el pequeño Omega se acurrucaba buscando su cuello para aspirar su aroma y se permitió llorar, sabía que el cachorro estaba asustado por lo cual libero feromonas para tranquilizarlo, incluso al llegar a la enfermería le consoló y le dejo llorar todo lo que quisiera, después de unos minutos el pequeño cachorro Omega se apartó ya más tranquilo.

—Te voy a curar tu heridas ¿Si?

Niki asintió rascándose los ojitos mientras era dejado sentado en la cama.

Eijirou fue a buscar el botiquín limpiando la herida en la rodilla para evitar que se infectara y colocarle alcohol, fue un proceso silencioso para al final ponerle pomada en la mejilla y acomodarle la ropa.

Los pasos de dos personas llamaron su atención y vieron a Katsuki venir de la mano de Yeji, soltó al alfa y se acercó a su hermano.

—Vayan al comedor, los alcanzaremos en un rato.

Yeji asintió y se llevó a su hermano, al final de pasillo el Omega observo a unos tres niños acercarse a ellos y en grupo se fueron al comedor.

—¿Qué ocurrió?

—Deje a Niki y las niñas que me acompañaron en la entrada de la tienda, tuve que regresar porque a una de las niñas se le había olvidado su bufanda en los lockers, para cuándo regrese vi a tres niños alfas tirados.—Se encogió de hombros portando una ligera sonrisa.

—¡¿Tres niños alfa?! ¡Por dios Blasty! ¡¿Y si algo le pasaba a Niki o a las niñas?!— Se sentía aterrado, algo detro de si le hizo querer tomar a los niños y cuidarlos como si aún fueran unos bebés.

—No te tienes que preocupar, Niki los venció solito y sin ocupar su don. Eran tres niños alfa de diez años contra un niño Omega de ocho años.

—¡¿Niños alfa de diez años?!

—Siento que solo estás rescatando la parte fea de lo que te estoy diciendo.

—¡Pero Blasty-!

El alfa atrajo al Omega para abrazarle, siendo ahora Katsuki quien liberaba feromonas para calmar a la parte maternal que se había activado debido a la convivencia entre tanto cachorros.

—Niki está bien y las niñas también. Sabía aún así que Niki estaba asustado y se aguanto las ganas de llorar en todo el camino y por eso deje que viniera solo contigo para que lo hiciera.

—Es orgullo... Se parece a ti.

—No empieces.

—Es que tu también peleabas con niños mayores que tú.—Se permitió reír en el pecho del alfa.

—Ya no vuelvo a tener compasión sobre ti. A la próxima te doy una patada para que se te pase.

—Blasty, tienes una obsesión con las patadas.

—Tsk.

Katsuki le soltó, dándole su mano a Eijirou para que la tomara.

—Vamos a comer, se hará tarde y tenemos que regresar al hotel.

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