La primera tormenta

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Narrador omnisciente

Pánico.

Esa fue la reacción de Jisoo antes de separarse bruscamente de los brazos de Haein. No había forma de que él pudiera salir sin ser atrapado por las demás chicas. Ni siquiera lo conocían personalmente y las miles de preguntas que le harían a Jisoo si lo ven con ella a solas. No, no se podía imaginar a sí misma en esa situación, así que, en un impulso desesperado, lo escondió en el armario de la habitación de invitados. Haein no formuló ninguna palabra y estuvo sumiso a todo lo que la chica hacía, no es como si tuviera otra opción.

Hecho esto, Jisoo rápidamente corrió a desbloquear la puerta de su apartamento y escuchó las voces de las chicas. Todas entraron con bolsas y snacks en sus manos.

Efectivamente, iba a ser una noche larga.

— Unnie, ¿por qué tardaste en abrir la puerta? —cuestionó Jennie mientras las demás chicas se dirigían a la sala de estar y empezaban a preparar todo.

— Jendeuk-ah, sólo pasaron 3 minutos, no es para tanto —murmuró Jisoo queriendo evitar el tema.

— Si tú lo dices —Jennie iba a decir algo más, pero sus palabras quedaron en el aire una vez que Lisa y Rosé pusieron algo de música y sacaron todo lo que trajeron de las bolsas junto con los snacks.

Jisoo agradeció internamente y se unió a las dos maknaes. Jennie rodó los ojos y procedió a hacer lo mismo, después de todo, hoy solo serían ellas cuatro.

Excepto que, tres de ellas no contaban con que un chico estaba escondido en una de los habitaciones escuchando atentamente todo el relajo de ellas. Su lado fangirl tomó control de él y, a pesar de que las circunstancias eran extrañas, no pudo evitar sentirse afortunado de estar ahí. No todos los días se puede estar en el mismo lugar con todo Blackpink.

...

Por lo menos unas 3 horas ya habían pasado desde que las chicas llegaron. Hablaron, rieron e hicieron muchas cosas. Por supuesto, no podían faltar unas cuantas rondas de karaoke y tomar algunos vasos de Vodka, a pedido de Rosé. Jisoo se había negado rotundamente a lo segundo, no es tan tolerante con esas cosas que digamos. Las demás chicas aceptaron totalmente su decisión, pues saben que, si llegara a probar un sorbo de un vaso, su unnie quedaría completamente dormida.

Ya era más de medianoche. Eso significaba que su pequeña reunión estaba a punto de llegar a su fin y, la ansiedad parecía estar carcomiendo a Jisoo.

Rosé fue la primera en notar que Jisoo no paraba de mirar su teléfono. Se acercó e intentó ojear un poco su pantalla, pero la mayor notó sus intenciones y se hizo a un lado.

—¡Unnie-yah! ¿Qué pasa? ¿Estás hablando con alguien en particular? —exclamó la menor con un semblante de sospecha.

—¡Aniyo! Sabes perfectamente que no soy así, sólo me entretuve con un nuevo juego que descargué —mintió descaradamente. Obviamente no le iba a decir que tenía a un chico escondido a metros de distancia.

Honestamente, Jisoo estaba preocupada. Le había enviado cientos de mensajes de disculpa a Haein, pero este no parecía dar señales de vida. Lo que más temía es que él se haya enojado, y si este fuera el caso, lo entendería a la perfección. Básicamente, lo obligó a esconderse, como si de un criminal se tratase, en un lugar cerrado durante algunas horas. Se sentía demasiado culpable, no debió dejar que su lado emocional tome control sobre su lado racional. ¿En qué estaba pensando?

— Ah, ¿sí? Déjame probar —Ingenuamente, le creyó. Rosé sabía que hoy había una vibra extraña en Jisoo, pero supuso que sólo era producto del cansancio por las filmaciones de su drama.

It's gotta be you | HaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora