Capítulo 12. ¡Sorpresa! vol.2

21 1 0
                                    

Desperte al alba después de estar inconsciente por los medicamentos, me senté al borde de mi cama y mire una nota en la mesita de noche.

"Ameli, salí muy temprano por tus abuelos y Harry al Aeropuerto, los llevaré al hotel en el que siempre se hospedan a que dejen su equipaje y pasaremos por ti para ir a desayunar."

-¡DIOS MIO! -grité-
Una ansiedad recorrió mi cuerpo, estaba casi segura que llegarían directo al museo para la exposición.
Corrí hacía el baño y tome una ducha. Salí de inmediato, conmence a buscar ropa en mi closet, recogí mi cabello y como pude me maquille.
De repente escuche el timbre.

Baje corriendo las escaleras y abrí la puerta.

-Madre ¿y los abuelos? -pregunté muy agitada-
-Ameli ¿que haces asi vestida?
-mirandome con asombró- Querida no puedes irte en jeans, sudadera y tenis.

-Yo siempre visto así, ¿que tiene de malo? -dije confundida-
-Apruebo tu maquillaje Ameli, pero dale mas color a tus labios, por cierto tus abuelos y Harry se quedaron en el hotel porque querian descansar. A las 8:30 salimos de casa, busca una maleta gris y ahí esta un hermoso vestido lila que compré en Argentina para ti. -mientras caminaba de prisa hacia su oficina-

Me quedé ahi parada perpleja, porque mi propia madre criticó mi ropa, pero agradecí que recordara mi color favorito.

Busque el vestido y parecia que estaba hecho para mi. Tiene mangas abultadas y un corte que creo que es sirena. Baje las escaleras y mi madre estaba sentada en la sala anotando algo en su laptop, volteo su mirada hacia a mi diciendo asombrada...

-Justo así es como debes de vestir.
-mientras cerraba su laptop- ¡Anda, vamos! -poniendose de pié- Que el trafico de esta ciudad es espantoso.

Salimos y subimos a su auto.
Revisé mi celular y al desbloquear la pantalla inmediatamente apareció el chat de Joss con el mensaje eliminado, me preocupé, pero era algo que no podia averiguar en ese momento, estaba ocupada.

Llegamos al restaurante y caminamos hacia la puerta.

-Buenos días, ¿tienen una reservación? -preguntó la anfitriona-
-¿Mmm?, no, mir....
-¡Por Dios! -alguien gritó interrumpiendo a mi madre- ¡Isabella querida!- era el dueño del restaurante Horacio- ¿Cómo estas amiga mia?
-abrazando a mi madre- ¡Niña! ¿como por que le preguntas a esta cliente distinguida si tiene reservación?
-mirando molesto a la anfitriona- Novata. -dijo manteniendo el tono molesto-
-Disculpe... -encogida en sus hombros-
-Tranquila. -dijo mi madre- Horacio no seas cruel. -soltando una risa- Tu estas igualito ¿ah?, no envejeces.
-Y tu estas radiante al lado de tu querida hija, ya no eres una niña Lunita, eres toda una señorita.
-golpeando mi espalda- Adelanté tomen asiento. -moviendo una silla de una de las mesas-
-Vine aqui con mis padres, de seguro estan en el jardín a ellos les encanta sentarse ahí.
-No los mire que entrarán, sino yo mismo los hubiera atendido.
-Tranquilo, pasaremos a buscarlos.
-Adelante -haciendo una seña con su mano- y nuevamente te pido una disculpa por el disgustito, de mi cuenta corren las mimosas.

Caminé adelante de mi madre mientras se despedía de Horacio; a lo lejos mire a mis abuelitos y una persona de espaldas.

Era Harry con su cabello castaño ondulado. Ellos se pusieron de pié.
Y Harry se volteó como en camara lenta, me sonrió y corrió hacía a mi.

-Luna Ameli -con su acento extranjero, abrazandome muy fuerte- My sweet little girl, ¿como estas?
-susurrando, tomandome de la mano y poniendo su mano derecha en mi mentón-

-¡Ey Harry! que alegria tenerte en México, ¡Bienvenido! -interrumpio mi madre-
-Señora Isabella -apartandose de mi y abrazando a mi madre- Hermoso país.

Chica CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora