Capítulo 18. El Baile de Invierno.

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Míchel.
Media hora antes...

Diego me presto su camioneta y me aconsejó que pasara por Emma a su casa, pues según él a las chicas les gustan los hombres con auto.
Llegué a casa de Emma, se encuentra a unas cuadras del Instituto.

[Sonido de timbre]

Se abrió el portón.
-¿Se le ofrece algo? -una señora vestida con un uniforme rosa preguntó desde adentró-
-Busco a Emma.
-Adelanté, pase. -hizo una seña con su mano para que pasará.-

Me escolto hacía la casa y pasamos por un gran jardín con arbustos de rosales y una alfombra de pasto natural.

Entramos al recibidor de la enorme mansión en donde colgaba un enorme candelabro de cristal, caminamos hacía la sala y en un sillón que estaba al lado de una chimenea se encontraba una mujer rubia que sostenía un libro en sus manos.

-Ahora mismo lo anunció con la señorita Emma. -hablo la misma señora que atendió a la puerta mientras subió por una de las dos enormes escaleras-
Asenti con la cabeza.

-Buenas...-carraspee- Tardes. -con tono nervioso salude-
La mujer bajo el libro y volteo su mirada hacía mi.
-¿Tu quien eres? -fruncio el ceño-
-Yo so... -me interrumpió-
-Le he dicho sientos de veces a Jovita que no pase a los choferes a la casa.
-rodeó los ojos-

De repente la mujer miro hacia las escaleras y de la escalera izquierda venia bajando Emma, lucia tan linda con su vestido azul.
-¡Querida! -la mujer se puso de pié- ¡Que divina estas! ¡Mi muñequita!
-¡Oh madre! -hizo un ademán con su mano- ¡Basta!

Yo me acerqué para tomar su mano y ayudar a que bajara los ultimos escalones.
-¡Hola! -me saludo con un beso en la mejilla-
-¡Emma! ¿Por que saludas al chofer?
-¡Madre! -respondió molesta y apretando lo dientes- Míchel no es ningun chofer, es mi cita para el baile.
-¡Ay Emma! -rodeó los ojos- Vas de mal en peor.
-Él es mi compañero de clase Madre, es un gran chico, inteligente y además es deportista.

Emma estaba mintiendo, era pesimo en clases y odio los deportes, pero no la contradije, capaz lo arruinaba.

-¿Nos vamos? -me miró sonriendo-
-Si claro, mi chofer nos esta esperando allá afuera. -recalqué para dejar impresionada a la futura suegra-

Ambos salimos después de que Emma se despidiera de su madre con un abrazó.
Subimos a la camioneta de Diego.
-De verdad disculpame por el disgustito, mi madre es muy quisquillosa.
-Tranquila bonita.

Avanzamos en la camioneta, Emma estuvo tomandose selfies, tomandome fotos y videos mientras manejaba.

-Que lindo que tomaste en cuenta el detalle de la corbata azul. -mientras me señalaba-
-Por cierto... tu luces hermosa.

Por fin llegamos al estacionamiento y se estaba vacío pues aun era temprano.
-¿Pasamos de una vez al gimnasio?
-pregunté mientras miraba por la ventana-
-¿Que te parece si esperamos aquí un rato?
-Esta bien. -solte el volante-

Nos quedamos en silencio por un par de minutos y rompí el hielo...
-¿Hace cuanto no estas en una relación?
-Hace como medio año, ¿y tu?
-Hace un año.
-¿Hace cuanto no das un beso?
-preguntó mientras se mordia el labio-
-Mmm hace com....-me jalo de la corbata y comenzo a besarme-

Fue un beso sofocante y muy bien robado, se paso para mi lado sentándose en mis piernas, sin parar de besarme.
No me lo esperaba, pero vaya que esta chica si sabia lo que hacía. Me detuve y la miré.

-¿Que sucede? -mientras exhalo profundamente-
-Emma es mejor que no sigamos. -se regresó a su asiento y miró al frente-
-¡Por Dios! -se puso la mano en la frente- ¡Que vergüenza!
-Tranquila, no pasa na...-me interrumpió-
-¡Hay un auto con persona frente a nosotros! -Susurro eufórica y se empezó a deslizar en el asiento-

Chica CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora