Capítulo 7

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Observo con miedo hacia la calle frente a mí. Ahí de frente se encuentra la misma anciana ella me observa con frustración. Yo trato de retroceder pero al hacerlo ella desaparece y reaparece casi a mi lado y yo ahogo un grito de miedo porque hay algunas personas cerca. No puedo evitar voltear a mi derecha y ver al fantasma de la anciana verme con reproche.

-En la mis tiempos los jóvenes eran más respetuosos y educados con los mayores. Pero en este tiempo son lo contrario qué lástima que todo hayan perdido las buenas costumbres que a sus padres les inculcaron.-Dice con tristeza.

-Necesito tu ayuda jovencita. Me gustaría saber si mi amado Alfredo está bien después de lo que pasó, ya sabes, después de todo ya no puedo seguir más tiempo con él, pero tú me puedes ayudar, ¿si, no quién lo hará?

-Yo...-Tartamudeo.-Señora es consciente de que esto no debería pasar o realmente creo que estoy loca. Si, es lo que más se asemeja.-Continuó murmurando.

-Lo siento, pero no puedo evitarlo ya que tú eres algo muy especial y llamativa, demasiado que ayer te seguí a tu casa. -Mis manos tiemblan al escucharla decir eso pero actúo como si no hubiera escuchado eso.

-Pero no pude atravesar tu puerta, el hombre que anda entre la luz y las tinieblas me prohíbe acercarme, y por más que le explique a él que no estaba ahí para hacer daño, no me dejó entrar.

-No entiendo ¿Cuál hombre? Yo vivo sola.- Digo con temor.

-Pues el hombre cree que tú eres de su propiedad, y dijo que me desterraria si me vuelvo acercar a tu casa.-El tono de la anciana es molesto.

-Señora. No sé cómo ayudarle, pero porque no busca a alguien más. Yo puedo buscar en Google direcciones de esos videntes para que les puedan ayudar si me lo permite. -Trato de hacerla entrar en razón.

-Charlatanes. Eso es lo que son, no saben nada y ni siquiera pueden verme ya lo intenté y salió mal, querida, créeme no lo volveré a intentar. Después que tratará de llamar la atención moviendo una taza de té, de el vidente qué se encuentra a unas calles de aquí. Prácticamente gritó como loco y salió corriendo a la calle. Casi me mata otra vez del susto con su grito y eso que ya estoy muerta.

La miro y me encuentro con su carita suplicante y me rindo sintiendo un poco de pena por ella.

- Esta bien. Dígame donde puedo encontrar a su Alfredo. -Al terminar de decirlo ella sonríe y comienza a caminar pero al dar un paso adelante ella desaparece y reaparece a una calle de distancia. Reprimo el grito aún no puedo acostumbrandome a ese tipo de experiencia. Ella se detiene y me espera.

-Apesar de estar joven caminas un poco lento querida, pero bueno podrías caminar un poco más rápido y disculpa por la manera de decirlo pero es que llevo prisa no me queda más tiempo.

-Haré lo que pueda para ir a su paso, pero debe entender que no es como si yo también pudiera aparecer del otro lado de la calle en un parpadeo señora.

-Mis disculpas jovencita se me olvidó que las almas errantes vamos más rápido porque no tenemos mucho tiempo.

***

-Ella dice que lo va a esperar hasta que sea su momento. -Recito cada palabra al anciano frente a mí, que me dice la señora fantasma y el anciano parece que quiere llorar.

Hace unas horas llegue al asilo de ancianos y me dispuse a encontrarme con Alfredo y para cuando lo encontré y le explique porque estaba aquí, se enojo porque pensaba que estaba bromeando y luego de decirle algunas cosas que su amada Laura así se llama la anciana fantasma. No dejo de llorar y preguntarme si ella estaba bien a lo que yo le dije que si por petición de ella.

Entre otras peticiones más, la anciana estuvo agradecida por todo lo que hice hasta prometi volver a visitar a Alfredo cuando tenga tiempo libre con eso ella se fue, pero no sin antes advertirme del hombre que permanece cerca de mí, dijo que le daba miedo pero que entendía que debia protegerme, ella lo llamó el hombre que anda entre la luz y las tinieblas. Realmente no entendí a que o quién se refería porque no conozco a un hombre con esa descripción.

Camino por la calle pero algo llama mi atención a lo lejos observo una niña como de ocho años mirar hacia los lados y buscar entre los contenedores de basura me acerco a ese lugar y ella se percata de eso y retrocede un poco.

-No te haré daño, ¿Tienes hambre?

Meto mi mano en la bolsa de cartón y le ofrezco una hamburguesa ella la mira con desconfianza y me analiza de pies a cabeza eso hace que mi corazón se oprima de tristeza porque sé ve que tiene hambre, pero no cofia porque seguramente ya le han hecho daño.

Ella cierra los ojos y levanta su mano sucia hacia la hamburguesa, la toma con cuidado y retrocede otra vez.

La observo detenidamente su vestido de color blanco esta sucio y roto de algunas partes, sus manos sucias, zapatos rotos y su cabello descuidado sus pequeños ojos azul pálido se ven tristes, eso rompe mi corazón un poco.

Esta niña necesita ayuda. Hay algo en ella que me hace no querer dejarla aquí. Pero llevarla conmigo no sería bueno porque seguramente tiene familia y no se el tipo de personas que sean pero si puedo ofrecerle mi ayuda.

-Debo irme. Si necesitas ayuda no dudes en buscarme vivo a tres cuadras de aquí.-Le señalo a lo lejos la dirección y le indico el color de la casa para que se le haga más fácil encontrarme.

Ella se queda en silencio y retrocede una vez más antes de irse por el camino contrario. Es una pequeña niña que necesita protección pero lastimosamente existen personas que viven en circunstancias peores y dificiles tanto que los ha llevado a vivir en las calles, muchos son menores de edad que corren mucho peligro estando solos.

Sigo caminando hasta detenerme en casa, siento un leve cosquilleo en mi espalda y al girarme encuentro a Izzel mirando seriamente hacia mi.

Le sonrío y me dispongo a abrir la puerta de mi casa, antes de entrar giro para buscarlo pero ya no se encuentra eso fue rápido estaba ahí hace unos segundos y ahora desapareció. Él es, tan raro.

Ahogo un grito al entrar a casa y encontrar frente a mi a una mujer de cabello largo negro, vestida de blanco flotando a pocos centímetros del suelo pero lo que me hace retroceder es ver su mirada completamente negra y vacía. Ella sonríe siniestramente mostrándome sus dientes puntiagudos y amarillentos.

Yo retrocedo y cierro mis ojos con fuerza cuando rápidamente se acerca a mi y se detiene en frente.
Continuo con los ojos cerrados pero puedo sentir como olfatea mi cuello y cabeza.

-¿Que eres? Quiero devorarte, tu esencia es diferente.

Es todo lo que escucho cuando siento como unas garras atraviesan mis brazos sujetándome fuertemente y al abrir los ojos observo como su boca se abre grande y muestra sus dientes afilados. Entonces grito fuerte y vuelvo a cerrar los ojos.

Un golpe se escucha y seguido un susurro lejano las garras desaparecen y trato de no caer siento que me falta el aire y caigo de rodillas abro mis ojos y veo mis brazos llenos de sangre con heridas profundas y una especie de sustancia negra alrededor de ellas.

Al mirar hacia adelante observo como la mujer o mejor dicho la criatura que me atacó es sostenida por el cuello por un hombre en su espalda hay unas alas negras enormes.

La criatura chilla y trata de soltarse pero el hombre arranca fácilmente su cabeza y al girarse lo reconozco es Izzel sus ojos irradian un tipo de luz azul parece un color irreal.

-¿Te encuentras bien?

-Si. ¿Esto es real?

Mi pregunta hace que su comisuras se eleven un poco.

-Soy muy real Ler. Lamento darme cuenta tarde que estabas en peligro eso te daño dice mirando fijamente mis heridas.

Siento mis parpados cerrarse y simplemente me derrumbó hacia la oscuridad escuchando susurros y sientiendo unos brazos que me sostienen en la oscuridad.


Gracias por leer...

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