Capítulo 4

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Observar el interminable desfile de nubes grises en el cielo es algo muy raro. El viento frío es signo de una gran tormenta cerca, me apresuro a cerrar las ventanas pero al llegar a la última una sensación de ser observada me detiene.

Me armo de valor y termino cerrando la ventana, al darme la vuelta siento un leve toque en mi brazo derecho. Ahogo un grito mientras reviso a mi alrededor no encuentro nada, pero la sensación de estar siendo observada.

—Si necesitas algo solo dime, supongo que la tormenta mantendrá a la mayoría de las personas en casa . No quiero que que salgas en ese estado si necesitas algo puede ser peligroso. —Rex trata de ser muy amable cuando no está en modo gruñon, eso me hace sonreír.

—¿Al menos estás poniendo atención Ler?—Pregunta con diversión.

—Si. Estaré bien Rex no te preocupes, agradezco estés aquí.—El se acerca a mi, sin dejar de mirar mi rostro, se lo que piensa. El hematoma en mi mejilla, el cree que alguien me hace daño que no me atrevo a decir quien es el responsable,  pero la verdad es que no recuerdo como me aparecen. El toca levemente mi mejilla cierro los ojos al abrirlos el esta muy cerca de mi su mirada se detiene en mis labios, se tensa.—Ler, yo..

La puerta se abre con fuerza haciendo que mi corazón casi se salga del pecho.—Ler deberías ver tu rostro.—Rex se burla de mi.

—Pense que ya tenias que irte.
El sale de la casa comprueba la puerta,.—Necesitas cerrarla bien desde adentro Ler. Parece que la tormenta será fuerte, el viento debió abrirla, mañana la revisaré.

Lo observo dirigirse a su camioneta, cuando el se va, mis manos tiemblan, del otro lado de la calle se encuentra el hombre que he visto varias veces en el bar. Sus tatuajes lo hacen ver intimidante. Viste de negro, me mira fijamente ¡Sus ojos están brillando! Parpadeo varias veces pero sus ojos estan bien creo que solo es mi imaginación. Su labio se eleva débil. Lo veo caminar hacia mi, me recorre una extraña sensación mis manos tiemblan me aferro a la puerta.

El olor a tabaco inunda el aire junto a otro olor que desconozco pero que es embriagador. Me observa detenidamente sus ojos azules se dirigen hacia mi mejilla lo veo apretar su mandíbula.

—Espero no ser molesto. Me parece que somos cercanos,  pense que es de mala educación no haberme presentado—. Su voz es ronca algo dentro de mi parece que quiere recordar algo.

—¿Cercanos?,— Mi pregunta lo deja sin habla.

—Somos vecinos. Mi casa es esa.—señala la casa de enfrente.—Un relámpago suena seguido de la lluvia. Lo escucho maldecir.

—¿Puedo pedir un favor? Me mira con preocupación.—¿Puedo esperar aquí, a que llegue mi hermano a casa?. El no me dejo las llaves no tengo donde esperar.

Lo miro analizando la situación. Mamá siempre decía que no debía confiar en extraños.—No sé, si sea buena idea.

—No hay problema se que hacer qué confies en mi no es posible, quiero que sepas que no te dañare, si te hace sentir mejor puedo quedarme aqui en este lugar, puedes entrar a tu casa, no te preocupes, entiendo.—Creo ver un poco de decepción en su mirada.

—Puedes pasar. Pero espero que no me hagas arrepentirme. ¿No eres un asesino en serie? —Su risa suena, eso me hace sentir mejor supongo, un asesino no tiene sentido del humor y en el momento en que entró me habría estrangulado.—Se sienta en el sillón, mientras que me dirijo a buscar unas tazas de café.


—No se tu nombre aún.—El me mira sus labios se elevan. —Me llamo Izzel.

—Skyler.— Le ofrezco la taza de café y el la analiza detenidamente.

Lo miro raro. —Disfrutar este tipo de bebidas antes no era posible.—Dice pensativo.

—Se llama café, y es lo más normal que las personas toman a diario. ¿Eres extranjero?

—Si. Supongo que nunca lo he probado. Mis intereses eran diferentes antes no tenía tiempo para poder realizar este tipo de actividades.

—Eres raro, también muy extraño.—El sonríe y se lleva la taza a la boca no sin antes olfatear.—Me gusta el sabor. Muerdo mi labio para evitar decir lo que pienso eso no sería bueno.

—Dijiste tienes un hermano. ¿Es parecido a ti?. Su mirada se encuentra perdida.

—No. El llegó mucho antes que yo, el se adaptó a vivir aqui, yo aún no puedo.— Su voz esta llena de melancólia.

—Debe ser difícil cambiar de país supongo.—El me mira.

—No te imaginas cuántas veces me siento perdido, pero me debo acostumbrar. Aunque extraño muchas cosas de mi antiguo hogar. ¿Qué hay de ti Skyler?

—Mi vida es absolutamente aburrida. Se supone que me tengo que ir a Carolina del Norte en los últimos meses del año—. El aparta la mirada.

—Espero ser de ayuda para ti en estos últimos meses, mi hermano estará de acuerdo con eso Skyler.

—Eso es agradable de tu parte. También amable.

—Es lo menos que puedo hacer por ti, te lo debo.—El se levanta y se dirige a la puerta.

—Mi hermano esta aquí. Gracias por todo. Lo veo alejarse hacia la casa de enfrente la puerta se abre y el desaparece dentro. Me pregunto ¿Cómo sabia que su hermano estaba en su casa? No lo mire usar un teléfono móvil, ni siquiera escuche un ruido enfrente.

***

Mis párpados se sienten pesados pero aquella sensación de estar siendo observada aún está alli.
Quiero abrir los ojos y ver qué pasa pero no puedo. Tengo miedo me duele el cuerpo algo no está bien. Siento que me cuesta respirar algo se aferra a mi cuello, quiero decir algo o pedir ayuda pero no me puedo mover me siento débil. Pero el dolor desaparece brazos me sostienen. Alguien susurra unas palabras que no entiendo pero que me calman.

Gracias por leer. ..

IzzelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora