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-Ese fue un buen tiro... -digo recargada en el marco de la puerta-.
-Gracias... Que haces aquí? -se giró hacia mi, llevaba unas bermudas de color azul y una camisa polo blanca, muy propio de jugar golf-.
-Bueno... -caminé hacia el mirando el suelo- Hoy es mi día de descanso, y la verdad es que tenia ganas de hablar contigo por teléfono... Y me acordé que estamos peleados...
-Estamos peleados? Creí que los amigos normalmente se gritaban... -me dijo con notable sarcasmo, dejó el palo de golf y caminó hacia mi-.
-Al parecer no, los amigos no se gritan... Lo siento, no debí decir lo que dije... Bueno, no de esa manera... Y por eso tengo esto -saqué de mi bolso una caja blanca con 4 chocolates, dos en forma de corazón, uno de chocolate blanco y otro de chocolate con leche, y otros dos chocolates con forma cuadrada, igualmente de chocolate blanco uno y chocolate con leche el otro-.
-Miró la caja y luego me miró, se tomó unos segundos y luego tomo el chocolate blanco en forma de corazón- Estás perdonada.
-Gracias, te extrañe -Lo miré y tome el chocolate a juego, luego lo metí a mi boca-.
-Pero esto es mío -tomó la caja-.
-Toda tuya... Cómo vas? -miré el césped artificial-.
-Apenas empecé a jugar... No recordaba que conocías este lugar... -se colocó a mi lado-.
-Debes mantener viejos hábitos, que seas una persona legal no tiene ventajas -sonreí mientras lo miraba-.
-Si... No sabía que eso era una desventaja...
-Lo es... -lo miré- Quieres que me vaya?.
-No lo sé... -suspiró- Aunque estás perdonada me preocupa algo...
-No voy a dejar mi observación con Neal -dijé firme-.
-No era eso... Bueno, un poco, pero en realidad me pregunté porque no volviste a correr detrás de un avión a Egipto -me miraba-.
-Es un poco caro el boleto, -hice una mueca- la verdad... Es que no lo sé, creo que estoy recuperando energía para hacerlo de nuevo.
-Espero que...
-Encuentre la paz? -dije con una sonrisa burlona-.
-No, -me dió una sonrisa- que encuentres lo que buscas, no se si son respuestas, a Neal, una bodega con su cadáver falso... Pero ojalá algo te de paz.
-Paz? No se si la encuentre, tal vez no existe -lo mire y levanté los hombros-.
-Entonces... Espero que te vuelvas loca y te internen en un hospital mental en París -me tomó de la mano, junto una sonrisa burlona-.
-Eso me agrada más.

Sonreí, me senté en una pequeña banca, mientras vi jugar a Mozzie. La primera pelea que tuvimos fue muy fuerte, no nos podíamos ni ver, un día vi en mi cama una caja blanca, dentro había 4 chocolates, dos con forma de corazón y dos con forma cuadrada, uno de los pares era de chocolate blanco, había una carta escrita por el.

"No importa quién haya empezado la pelea, solo estamos juntos, solo te tengo a ti y no te puedo perder... Come un chocolate blanco con forma de corazón si me perdonas, o de lo contrario uno tradicional cuadrado. Sea lo que sea que elijas, yo te perdono... Mozzie".

Desde eso se convirtió en una tradición esos 4 chocolates, era una manera más fácil de pedir perdón, luego podíamos retomar nuestra relación, la verdad es que Mozzie no podía perder a más personas importantes, el sabía cuánto importaba Neal para mí, y según me ha dicho el, lo mucho que yo significaba para el. Ví a Mozzie jugar unas 3 horas, la verdad es que mi cerebro pensaba recordando todo, mi historia con Mozzie, cuánto lo quería, mis planes después que Neal se fuera... Mis ojos lo veían, pero mi mente estaba en otro lado... Con Neal, específicamente.

Puntos Suspensivos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora