Me dormí con el pensamiento de tener una familia como esta.

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POV AMY

Robert abrió la puerta de la gigantesca casa y en un solo segundo me enamore de ella, era bellísima.

Había un enorme comedor que era de grande como toda mi casa, con una gran mesa para aproximadamente unas 6 personas como mínimo, la de mi casa entrabamos 4 personas apretadas y siempre tenía que comer en la mesada de la cocina para que mi mama y mis hermanas coman cómodamente, estaba muy bien decorado todo, las paredes eran de un color crema que combinaban muy bien con los adornos y cortinas de color miel,  todo parecía perfectamente limpio, de seguro tenían a alguien quien limpiaba y ordenaba todo correctamente, la casa era bellísima, perfecta, desde la entrada podía ver un pedazo de la cocina y por lo que se veía era muy grande, también había una escalera que de seguro llevaba a los dormitorios. La voz de Robert y risas femeninas me sacaron de mis pensamientos y mire a mí alrededor, encontrándome a Robert con una niña y una chica un poco menor de edad que yo, sus hijas claro.

-Pequeña ellas son mis hijas- señalo a la mayor -Ella es Ema - señalo a la joven- y ellas es Diana. -Dijo señalando a la niña.

-Hola- Dije nerviosa, no me gustaba hablar con gente, nunca fui de tener muchos amigos, con Jake y Leslie me alcanzaba, además si la personas no se acercaban yo tampoco lo hacía.

-Chicas Amy se va a quedar aquí, tuvo un mal día hoy, quiero que le muestren la casa, y su habitación y le presten algo de ropa, ¿entendido princesas?

-Si papá- dijeron las dos -¿ Vamos?- me pregunto Emma con una sonrisa.

-Claro- sonreí dejándola pasar primero para que me dirija.

Subimos las escaleras, que me daban miedo porque eran como de vidrio y sentía que si pisabas demasiado fuerte se iban a romper, y esta nos dejó ver un pasillo muy iluminado con puertas blancas.

-Esta es la habitación de mi padre- dijo Emma señalando la puerta al final del pasillo- este el baño-señalo una puerta a la izquierda - y esta nuestras habitaciones- señalo con la mano todas las puertas de la derecha.

-Su casa es muy grande y muy bonita -solo alcance a decir.

-Gracias - me sonrió abriendo la última puerta de la derecha- bueno Amy esta es tu habitación.

Tenía una cama matrimonial con sabanas con seda color azul brilloso, unas mesitas de luz a cada lado de la cama donde estaban parados unos veladores. También contaba con un escritorio y dos puertas que no sabía que eran. Era bellísima igual que toda la casa.

-Es muy bella. Muchas gracias- dije a las hermanas que me miraba con sonrisas.

- No agradezcas, mujer- sonrió la pequeña, Diana.

- Esa puerta es el baño y la otra a la izquierda es un guardarropa, saca la ropa que te guste de allí seguro hay de tu talla. Puedes bañarte hay cualquier cosa en el baño. Cuando termines ven a mi habitación, es la de al lado, así podemos hablar y conocernos para luego ir a cenar abajo. - dijo gentilmente Emma.

- Claro, gracias de nuevo.- dije sin poder evitar agradecer. Estaban siendo muy buenos conmigo sin ninguna razón, eran personas muy generosas.

-Ya no agradezcas- Dijeron al unísono riendo haciendo que yo riera también.

-Te esperamos Amy-Dijeron otra vez al mismo tiempo y cerraron la puerta de "mi habitación".

Fui al baño y era cierto había de todo aquí cremas, perfumes, maquillaje, cosas para el cabellos, de todo. También fui al guardarropa y ahí había todo tipo de cosas tanto para hombre como para mujeres. Ropa, zapatos, accesorios, abrigos y hasta trajes.

Te conocí en mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora