Creo que cada día empeora.

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POV NOAH

Me sentía bien conmigo mismo, desde lo que yo podría estar, contarle lo que sucedió a Amy me saco una preocupación muy grande. Había despertado de buen humor y eso no pasa seguido. Me duche y baje a desayunar con mis padres.

-Hola, gente.

Mi mamá que era la más próximo a mí me levando la mirada de su desayuno y me miro con asombro y las cejas levantadas.

-Hola, cariño. ¿A qué se debe tanta...felicidad?

-¿Qué? ¿Ahora tu hijo no puede tener una buena mañana? – No podía sacar esa estúpida sonrisa de mi cara.

- Creo que a esta altura es más normal que estés malhumorado a que estés con esa sonrisa. – Dijo para último señalar mi sonrisa sin mostrar mis dientes.

-Concuerdo con tu madre. - Y ahora mi padre. - Todo es por esa jovencita. Amy.

-¿Es por ella no, Noah?

Excelente. Mi mamá no ayudaba. Absolutamente.

-Puede ser. – Hable mientras arrastraba una silla y me sentaba en la mesa para poder desayunar.

-¿Cuándo la vas a traer a casa?

-¡Mamá!

-Hoy vendrá con Robert. Los podemos invitar a cenar.

¿Qué? ¿Hoy vendría mi novia y yo ni enterado? ¿Por qué nadie me lo había dicho? No la iba a atender con estas fachas.

Por dios. Pereces una chica, Noah. ¡Cálmate!

-¡Genial! Entonces cocinare...Uhm no sé. Tengo que llamar a mis amigas para que me ayuden a pensar que hacer. – Se alejó gritando algo del maldito teléfono.

-Creo que cada día empeora.- Dijo mi padre en un susurro con el ceño fruncido pero con una sonrisa mirando por donde se había ido mamá.

-¿Por qué viene Amy?

No te molestaste en demostrar lo ansioso que estas ¿no?

Es mi novia. Claro que no.

-Asuntos del caso.

-¿Y cuánto dura eso?

-Tranquilo. No mucho, luego tendrás a tu novia. – Dijo para luego salir, no antes de despeinarme como a un niño de cinco años. Odio eso.

Termine mi desayuno como el niño gordo que soy.

Ya, tendré que ir devuelta a un gimnasio.

Le mande mensaje a Amy pero seguro que la muy floja todavía ni se había levantado.

¿Qué hago?

º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*

Como la aburrición me estaba matando vine a visitar a Alli. Hace mucho que no lo hacía.

Baje del auto y como de costumbre tome las santísimas escaleras. Llegue a la habitación y otra vez me entraron ganas de llorar al verla en este estado.

Me acerque como siempre, estaba fría todo lo contrario a antes, siempre que le tomaba las manos las tenía tibias. Me reí en el momento en el que yo usaba guantes porque tenía las manos congeladas y ella me presumía que no tenía por qué hacerlo.

Éramos muy unidos. Demasiado a veces. Siempre pensábamos lo mismo o decíamos las cosas al mismo tiempo terminábamos peleando la mayoría del tiempo pero, ¿No es normal? Para eso somos los hermanos. No es que estábamos TODO el día peleando, gran parte sí pero ella sabía que era su hermano mayor que podía contar conmigo, como cuando me contó la primera vez que le rompieron el corazón, no cabe duda que primero la abrace por un rato MUY largo y luego golpeamos al imbécil que le causo dolor a mi hermana. Literal. Llame a Peter y Jason, y fuimos a la casa del idiota y le partimos la cara, después solo hicimos una fiesta en su casa en honor a Allison. Ella no se la perdió no es una de esas chicas que se amargaban, está bien si le dolió pero no se ahogó dentro de su propio dolor. La fiesta no duro mucho porque los padres del desgraciado vinieron pero eso no la arruino fue una de las mejores sin duda.

Me encantaba causarle una sonrisa o hacerla reír. Tanto a ella como a Alex. Los extrañaba tanto. Al recordar todos los momentos vividos me picaron los ojos a causa de las lágrimas.

Empecé a hablar para impedir que las lágrimas salieran - ¿Sabes, Alli? Tengo novia. Lo sé raro de mi.- Reí.

-Es la chica de mis sueños. Si, la encontré. Ya sabe todo lo que paso y dentro de poco tiempo vendrá a visitarte y cuando despiertes podrás conocerla y serán mejores amigas. Estoy convencido de que se llevaran bien. – Hable muy rápido mientras sorbía mis mocos.

Volví a casa a casa y vi la camioneta de Robert.

Oh no.

Entre y busque a Amy pero solo encontré a mi mamá así que me acerque a ella y la salude con un abrazo porque seguro noto que todavía tenía los ojos algo rojos. Sabía que había venido del hospital.

-¿Qué paso? ¿Todo bien? – Pregunte para que sepa que estaba todo igual con el asunto de Allison.

-Si. Llego tu novia.

-¿Dónde está?

-Cuando llegaron estaba lavándome las manos en el baño y no la pude ver. – Entrecerró los ojos – Así que los atendió tu padre. Están en su oficina.

- ¿Puedo pasar?

-¿Alguien esta ansioso?- Solo sonreí y levante las cejas para que responda – No, tu papá odia que lo interrumpan.

Hice un puchero con mis labios y ella sonrió y se encaminó hasta la alacena y saco un vaso.

¿Eso es un sí?

Me tendió el vaso ya con contenido dentro y al ver seguro mi cara de "No entender" se explico – Ve a ofrecerle jugo.

Mi terriblemente lento cerebro tardo en entender pero una vez que lo hizo reí y tome el vaso.

Cuando iba pensando en ver a mi chica me choque con algo. Fuerte.

-Ach. - Ese quejido era de Amy. Levante la vista inmediatamente.

Sip. Como soy tan estúpido no venía mirando el camino y bueno me la choque.

-Perdón, Perdón. Perdón, amor. No estaba mirando.

- Ya está, Noah. Yo tampoco estaba mirando. – Dijo sonriendo.

-¿Y qué mirabas? – La tome de la cintura.

-Mmmm... no lo sé. Buscaba a un chico guapo, de cabello negro y ojos verdes que por casualidad es mi novio. ¿Tú qué estabas buscando?

- La chica más hermosa del mundo. Bajita, pelo negro, preciosos ojos azules que por casualidad amo ¿La viste?

- No, no tengo ni la más mínima idea de donde esta

-¿No? – La acerque más.

-No. – Dijo negando con la cabeza y acercándose más de a poco con una sonrisa.

-Yo si la veo y la voy a besar.

Rió y termine con la distancia. Ahí está ¿Lo ven? Un hermoso beso de Amy y Noah. Faltan que salgan corazones, imaginen eso por mí.

Después de separarnos me miro a los ojos y frunció el ceño.

-¿Qué paso? ¿Está todo bien? – Dijo tomando mis mejillas en sus manos y mirándome preocupada.

-Nada. Solo que visite a Alli y sabes cómo me pongo con este tema.- Sonreí lo más sinceramente posible y ella me abrazo. Ay que tierna me llega al hombro. No dude en apretujarla toda como a una naranja.

Que raras comparaciones.





Te conocí en mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora