──EL CORAZÓN del mayor de los Sano latía con fuerza, sentía su estómago revuelto, un leve cosquilleo en éste mismo, sus manos sudorosas, al igual que el arder de su cara, mostrando su sonrojó.
‘Es tan hermosa’
Fué lo que el mayor pensó, se encontraba aún hipnotizado por tí.
–– ¿Cómo te fué hoy en el taller?–– pregunto Emma, tratando de que el pelinegro apartará su mirada, sin éxito alguno.
–– Shin... Oye Shin ¡Shin-nii!–– Exclamó nuevamente esperando sacarlo de una vez de su trance.
–– ¡¿Eh-eh?! Di-disculpa ¿Qué decías Emma?–– pregunto el Shinichiro mirando en su dirección.
El mayor fué interrumpió por lo que parecía ser un chico rubio de aspecto lindo, a simple vista parecía adorable, había llegado corriendo a la cocina en paso apresurado; sin percatarse de la presencia tuya, se quedó mirando directamente al horno.
–– Waaa~ ¡Huele tan bien! ¡Emma, Emma! ¡Yo quiero, yo quiero!–– exclamó en un tono feliz el pelirubio.
–– ¡Mikey, no seas maleducado! ¡Presentate! Emma tiene una invitada.––
‘Unamuylinda invitada.’
–– ¿Eh? ¿Invitada? –– murmuró él chico llamado Mikey, dirigiendo su mirada a donde te encontrabas; el pelirubio juraría que el tiempo se detuvo en aquel instante, los latidos de su corazón aumentaban, sus pupilas se dilataron. Si Mikey fuese un perro podría ser tan notorio el hecho de que en el momento que te vió hubiese comenzado a mover la cola frenéticamente, al igual que pondría los tiernos ojitos de cachorro.
Parece un lindo cachorrito... Fué lo que cruzó por tu mente en aquel instante.
–– Oh... –– fué lo único que pronunció.
Optaste por tomar tú la iniciativa.
–– ¡Hola! Un gusto soy ＿＿＿ Yuzuki. –– te presentaste con un tono de alegría, el chico en verdad era lindo.
