Una escuela hizo que el destino cruzará sus caminos.
Él, tan tímido y reservado. De cabellera verde y alborotada el cual recordaba cómicamente a un brócoli.
Ella tan popular y querida. Con su cabellera de color lavanda similar a una hermosa miosotis, la hacia famosa entre los chicos.
Polos opuestos. Vivían en diferentes mundos pero con ciertas similitudes.
Inteligentes y de gran corazón, describían de esta manera sus más cercanas amistades a ambos.
Pero además, había algo más que los unía.
La existencia de un secreto a voces en toda la escuela.
Un enamoramiento.
Él, enamorado de ella, la observaba reír junto a sus amigas en el almuerzo, pero nunca se acercaría por temor al rechazo.
Ella, se daba cuenta de las miradas y esperaba paciente la iniciativa del chico.
El tiempo no dejaba de avanzar y otra oportunidad perdida se le iba de las manos al de cabellera verdosa.
El sonido de la campana aviso del final de otro día escolar, ambos en dirección a su hogares pensaron "En otro día me acercaré a hablarle".
Los días pasan, pero ninguno se atreve a dar el primer paso. Ella no sabía cómo hablarle, Él era demasiado tímido y estaba demasiado asustado como para dirigirle una palabra.
Todos sus compañeros sabían de esta situación pero ninguno sabía cómo ayudarlos, así que decidieron dejar que ambos lo resolvieran.
Días pasaban y la situación no cambiaba, ninguno de los dos se atrevía a dar el primer paso.
Pero como si de una obra del destinó fuera un trabajo en parejas los unió, un ensayo encargado por su maestro sería el catalizador para dar inició a una pequeña charla entre los dos, la cual consistió sobre un acuerdo del lugar donde realizarían su trabajo.
Y aunque al principio no sabían cómo decidirse sobre el lugar, todo discusión finalizó cuando Él ofreció su hogar para trabajar más a gusto, Ella aceptó rápidamente la idea y de esa manera la fecha fue concordada.
Así fue como el día sábado término siendo elegido como la fecha idónea para realizar el proyecto. Él esperaba pacientemente en su hogar, golpeando con sus pies repetidamente el suelo mostrando su claro nerviosismo.
Ella estaba llegando a la dirección que el peliverde le había proporcionado anteriormente cuando acordaron el lugar.
Al llegar, Ella tocó la puerta y fue recibida por una amable señora peliverde la cual supuso que era la madre de su compañero. La amable señora le invitó a pasar para luego retirarse de la casa dejando solos a ambos jóvenes.
Él no se podía mover, según sus propias palabras veía a un ángel al frente suyo.
Ella estaba sorprendida, el chico usaba una vestimenta sencilla que dejaba al descubierto unos brazos fornidos, no podía dejar de mirarlo.
Él se dio cuenta de las miradas sin poder evitar sentiste nervioso, "¿Acaso me veré mal?" se cuestionaba mentalmente.
Ella sentía un alborote en su corazón, tan fuerte que creía que este se le iba a escapar, miles de emociones surgían de lo más profundo de su ser.
Él, aún nervioso la saludo para luego ir por su laptop a su habitación con la intención de dar por iniciado su tarea.
Ella tuvo que salir del pequeño trance en el que se encontraba al ver cómo él regresaba con su laptop en manos.
