Se había vuelto casi una rutina el hecho de que Eren visitara el departamento de Levi cada tarde durante la semana. Levi lo llamaba durante el transcurso de la jornada para invitarlo a cenar día tras día, con el pretexto de que no podía cocinar y quería comer comida cocinada en casa.
Eren nunca se negó a ninguna de las llamadas del mayor, es más, las esperaba con ansia cada vez, porque así podía pasar tiempo con el pelinegro y disfrutar de veladas llenas de risas y buenos momentos... Aunque claro, por lo general era así, no obstante existían aquellas excepciones, donde todo era un caos de discusiones y pequeñas batallas por dominancia, iniciadas principalmente por las simples pataletas de Eren.
El castaño se sorprendía de la confianza que sentía con el detective para dejarse llevar de esa forma con sus emociones, le tenía tal sentimiento que era imposible contenerse con cada cosa que quería expresar, incluso sus verdaderos sentimientos eran dichos en voz alta, cada vez con más confianza y seguridad, esperando llegar al corazón implacable del mayor. Por lo tanto, abusaba un poco de los límites impuestos por Ackerman e invadía sus espacios personales, con excusas tontas para poder tocarlo.
De ese modo, Eren logró compilar varios tipos de conocimientos en torno a Levi con tan solo dos semanas. Dos semanas en donde logró conocer al mayor casi por completo, había tenido la oportunidad de estudiarlo y tomar nota de cada reacción, gesto, sonido, acción que realizaba y en qué tipo de situación se desencadenaba. Atesoró cada momento a su lado como nunca.
El Levi hogareño era su favorito, de todas las facetas que había logrado ver a lo largo de los días. Desde luego el Levi detective era el que se llevaba el primer lugar de entre todos, jamás iba a negar lo sexy que se veía Levi con su traje y el arma colgada del arnés que cubría sus hombros, espalda y cruzaba por su pecho. Aún tenía aquella imagen grabada a fuego en sus recuerdos, de la primera vez en que fue a visitarlo a la estación de policías.
Como era de esperarse, con el paso de los días Levi había comenzado a frecuentar la clínica para recibir el tratamiento adecuado y recuperar la movilidad de su hombro, y cada día volvía con un mejor aspecto y siempre ansioso de regresar a su trabajo y estar en acción nuevamente. Eren lo veía con algo de aprensión, porque temía a que nuevamente le sucediera algo peligroso, sin embargo, sabía que era un sentimiento inútil cuando Ackerman llevaba ejerciendo su profesión por más de una década.
Aquellos eventos de seguro no eran inusuales para él.
¿Qué tipo de cicatrices tendrá en su piel?, pensó mientras lo miraba quitarse el abrigo aquella tarde.
Aquel día había pasado por él a la clínica luego de haber salido del trabajo, y se habían dirigido al departamento del mayor para comer, donde el menor, como ya era habitual, debía de cocinar.
Se quitó la chaqueta mientras miraba al mayor, y colgó la prenda en uno de los percheros junto a la puerta, acto seguido se quitó los mocasines para calzarse las pantuflas.
– ¿Quieres tomar una ducha antes? – Preguntó Levi mirándolo desde el pasillo.
– No tengo ropa para cambiarme.
– Puedes usar algunas de mi hermano, es menor que tú pero tiene la misma complexión.
– Si no es molestia entonces sí me gustaría.
– Bien, luego me ducharé yo mientras tú cocinas.
Eren asintió con una sonrisa de medio lado, observando cómo el más bajo ahora podía mover ambos brazos sin problema alguno, salvo uno que otro quejido por el dolor que le quedó en el área, se veía casi en el cien por ciento de su capacidad, pero aún le quedaba una semana de tratamiento que cumplir y esperaba que siguiera las indicaciones al pie de la letra.
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Captive 「RiRen ◦ EreRi」› Shingeki no Kyojin ‹
FanfictionVeinticuatro años de una vida que, en circunstancias normales, podría haber sido todo lo que cualquier persona querría, cumpliendo sueños, conociendo personas y haciendo amistades... Sin embargo el pasado de Eren Jeager se arrastra por una década si...