Capitulo 2

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Capitulo 2

Emily

Mamá estaba junto a mí cuando el doctor Neil entró a la habitación y me explicó lo que realmente estaba pasando. Aún me cuesta procesar todo lo que me dijo Max esta tarde cuando recién desperté. Había estado inconsciente por más de una semana, y se me había roto una costilla. Además había un pequeño ovulo fecundado en mi útero del que yo no sabía absolutamente nada. 

-Bienvenida de vuelta, Emily, ¿cómo te sientes?- Preguntó el doctor.

-Confundida.

-Es normal. 

Un grupo de enfermeras irrumpieron la tranquilidad de mi habitación de hospital. Entre ellas iban también enfermeros que me subieron a otra camilla.

-¿Qué sucede?- Preguntó mi mamá, ya que yo era incapaz de articular palabra.

-Tenemos que hacerle algunas pruebas, tranquilas, es parte del proceso- Dicho así hasta parece inofensivo, aunque no por mucho cuando vi que llevaban una aguja consigo. Cerré mis ojos pero jamás sentí el pinchazo. 

Me trasladaron hacia otro piso. Conforme me hacían avanzar notaba todas las mujeres embarazadas que de vez en cuando me topaba en el pasillo. Respiré hondo, luego me arrepentí porque el olor a hospital es lo que menos me gusta. Terminaron dejándome en un consultorio médico. Pasee mi mirada por todos lados, había una máquina de ultra-sonido, un escritorio, un librero gigante, fotografías de una familia de cuatro miembros y un perro, y muchos carteles sobre embarazo que colgaban de la pared junto a varios diplomas de la escuela de medicina.

“Doctora en ginecología, Allison Keith“.

¿Qué se supone que hago aquí?, Max ya me ha reclamado lo suficiente, y no termino de entender si debo sentirme culpable o aliviada por no tener un bebé justo ahora. No es que desprecie a los niños, pero yo jamás sería una buena madre. A mí me gusta viajar y mi trabajo, lo suficiente para que no piense en tener una familia. Eso no es lo mío.

-Hola, ¿Emilianne?- Preguntó una voz dulzona a mis espaldas.Lo único que puedo girar es el cuello, así que con dificultad vi a la doctora parada detrás de mí, sosteniendo una carpeta amarilla.

-Emily, ¿usted es la doctora Keith?- Pregunté.

-Así es- Sonrió y movió mi camilla hasta quedar al lado de la maquina de ultra sonido. 

-Vamos a ver qué tenemos aquí- Canturreó con felicidad en lo que aplicaba un gel frío en mi abdomen desnudo. Me estremecí, más por la incertidumbre que por el frío.

-¿Qué…

-Ahí está- Ella pasaba una máquina pequeña sobre todo el contorno de mi abdomen. La pantalla mostraba un plano de mi útero, pero lo demás era abstracto, no podía entender que era lo que quería que viese.

-Se supone que perdí a un bebé- Le dije. Me lo acababan de confirmar hace poco, ¿qué es esto?, ¿un programa de cámara escondida?

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